Se calcula que el 70 por ciento de las mujeres lo adquirirán en algún momento de sus vidas.
Este virus posee cien tipos diferentes y tiene particular preferencia por las mucosas. Ocho o diez subtipos se sienten atraídos por lugares como el tracto anal y vaginal y amenazan con transformarse en lesiones cancerosas en la mujer. Para hacerlo más claro: el VPH es la principal causa de cáncer de cuello uterino, que en este momento es el tipo de esta enfermedad que más vidas de mujeres cobra en nuestro país (36,4 por ciento de las muertes).
En muchos casos, su presencia no se detecta por síntomas y actualmente solo existe un método para diagnosticarlo: la citología. Por eso, el ginecoobstetra Nicola Ambrosi recomienda realizarse este chequeo mínimo dos veces por año.
Sin embargo, muchas mujeres aún no creen en la necesidad de realizarse esta prueba. Así lo señala Xavier Bosch, jefe del Instituto Catalán de Oncología, quien estuvo en Colombia dictando una conferencia sobre el tema.
Este especialista señala que “en el 2002 se presentaron 75 mil nuevos casos de mujeres con cáncer de cuello uterino en Centro y Suramérica. La mayoría de las pacientes son diagnosticadas tarde, en estados en los que ya es difícil hacer algo por ellas”.
Cuando hay manifestaciones, la más común es la presencia de verrugas en la parte exterior de los órganos genitales, que se tratan con medicamentos localizados o cuando no ceden se necesita cirugía. “Pero para eliminar el virus como tal, no existe tratamiento”, asegura Ambrosi. Algunas veces, el cuerpo de la mujer activa sus defensas y el sistema inmune ataca esta presencia nociva y termina por reversar su presencia.
El contagio
Las relaciones sexuales sin protección, una vida sexual promiscua y el comienzo, cada vez más temprano de estas, son los principales factores de riesgo. “Si bien el preservativo no es el mejor método que puede haber, es el único con el que contamos para evitar la aparición de este tipo de lesiones”, señala Ambrosi.
Generalmente, este virus es transmitido por los hombres, pero es en las mujeres en quienes se presentan las mayores lesiones. Este especialista asegura que “no se ha encontrado relación directa entre la presencia del papiloma con la aparición de cáncer peneano. Por el contrario, sí se ha determinado que el cáncer de cérvix está íntimamente ligado con su aparición”.
Una herramienta de prevención
Distintas casas farmacéuticas en el mundo están trabajando desde hace un tiempo para hallar una vacuna que permita inmunizar a los jóvenes contra el virus, antes de que comiencen su vida sexual.
“Como no hay terapias para controlar el papiloma, esta es una buena propuesta para eliminar riesgos, debido a que prepara al sistema inmunológico para que este se defienda ante la presencia del papiloma”, señala Ambrosi, quien hace parte de un estudio dirigido por una farmacéutica en el hallazgo de una vacuna.
El año pasado, Gardasil, el nombre de la primer vacuna, fue presentada al mercado y ya ha sido aprobada por la FDA, entidad reguladora de alimentos y medicamentos de Estados Unidos. Se comprobó su eficacia contra cuatro subtipos del virus y está en procesos istrativos para entrar al mercado.
Eduardo Lazcano, director del departamento de epidemiología del centro de Investigaciones del Instituto de Salud Pública de México, quien también hizo parte del ciclo de conferencias sobre cáncer que se dictó en nuestro país en noviembre, señaló que la aplicación masiva podría disminuir en un 75 por ciento las muertes por esta causa.
“La vacuna mejoraría la salud en el mundo, pero su existencia no implica , ni aceptabilidad. Se debe promover una vacuna barata, porque es una necesidad para todas las mujeres”, señaló el experto.
Por eso, mantener relaciones sexuales siempre con preservativo, gozar de una vida sexual sana y confiable, promover la educación sexual dentro de los jóvenes y la aplicación de la vacuna son los métodos con los que hasta ahora se cuenta para hacerle frente a este mal.