Esta puede ser causada por alteraciones genéticas, cuestiones ambientales o producto de afecciones en el sistema reproductor, entre otras distintas enfermedades.
Consumir dulces de menta o emplear ropa interior apretada son los mitos sobre las razones por las que se afecta la fertilidad masculina. De igual forma, se asegura sin consistencia que un helado diario reduce la infertilidad en la mujer. Las leyendas son numerosas, lo único cierto es que la incapacidad para lograr un embarazo se debe más a alteraciones reproductivas ocasionadas por factores genéticos, dietas estrictas, obesidad e, incluso, el estrés y el medio ambiente, y no tanto a las razones que dan las creencias populares.
Es una anomalía que afecta por igual a los dos géneros y se ha incrementado en los últimos años. Mientras en el siglo pasado la infertilidad era cuestión de menos del 2 por ciento de la población mundial, hoy, según las sociedades de reproducción humana, entre el 25 y el 30 por ciento la presentan. Es decir, ataca a unos 80 millones de personas, lo que supone que de cada 20 parejas, tres tienen dificultades a la hora de procrear.
“Existen varios métodos para diagnosticar la infertilidad masculina y femenina, pero estos no se deben practicar porque sí. El primer método para saber si se es infértil o no es intentar procrear por lo menos durante un año”, explica Cecilia Hernández, ginecoobstetra especialista en medicina reproductiva de la Clínica de la Mujer.
Planificación e infertilidad
De acuerdo con expertos del Laboratorio de Reproducción y Genética de la Universidad de Mississippi (Estados Unidos), es importante que las mujeres acudan al ginecólogo antes de iniciar cualquier esquema anticonceptivo.
“Cada mujer tiene diferentes respuestas a la anticoncepción hormonal. Algunas presentan tendencia a la infertilidad y, al iniciar una anticoncepción a temprana edad, anulan cualquier posibilidad de embarazo después de cinco o 10 años de planificación constante. Cada quien debe evaluar su fertilidad antes de empezar a evitarla”, aseguran los expertos colombianos Harold Moreno, ginecoobstetra, y Clara Esteban, genetista de la Universidad de Mississippi. Entre las posibles causas de infertilidad están:
Procesos infecciosos
Eventualmente, las paperas pueden afectar la fertilidad masculina. Esta infección viral, también conocida como parotiditis, puede ocasionar daño a nivel testicular y afectar las células encargadas de producir espermatozoides, si no se trata adecuadamente.
Las enfermedades de transmisión sexual afectan la fertilidad masculina y femenina por igual. “Causan inflamación en los órganos reproductivos, alteran su funcionamiento, afectan el proceso de maduración de óvulos y espermatozoides o pueden causar obstrucciones en los canales de fertilización y transporte de los gametos”, asegura Esteban.
El ambiente y las profesiones de riesgo
La contaminación ambiental y la carencia de alimentos naturales (sin aditivos para su conservación) aumentan la tendencia de hombres y mujeres a la infertilidad. “En nuestra información genética tenemos una especie de interruptor que enciende o apaga nuestros genes según el medio que nos rodea. A unas personas se les prenden los genes de cáncer o a otros los de infertilidad”, sugiere Esteban.
Según el ginecoobstetra Harold Moreno, los estilos de vida también influyen en la infertilidad. “La enfermedad del siglo es el estrés (el peor combustible para activar los genes de la infertilidad). Y ciertos empleos son más propensos a ocasionarla”.
Por ejemplo, quienes trabajan en las peluquerías tienen más riesgo de sufrir problemas reproductivos, según un estudio realizado por el Ministerio de Trabajo de España que demuestra que esto es ocasionado por la exposición continua a químicos que contienen varios productos de uso estético. Asimismo, los deportistas (por el estrés físico), los pilotos, militares, obreros de siderúrgicas y personal que está en o con químicos, pesticidas o radiación son más propensos a sufrirla, pues estas sustancias causan daño en el testículo (por elevación de la temperatura) y a las mujeres les pueden producir envejecimiento temprano de los ovarios y alteraciones hormonales que llevan a irregularidad menstrual.
“Pacientes de cáncer que se practican radioterapia o quimioterapia están muy expuestos a la infertilidad; además de atacar las células cancerígenas se pueden afectar las germinales. Es útil que antes de iniciar el tratamiento se asesoren para preservar esperma u óvulos”, sugiere Cecilia Hernández, especialista en medicina reproductiva.
Factores genéticos y hormonales
-En la mujer
Las alteraciones en la ovulación por condiciones genéticas, como por ejemplo el síndrome de ovario poliquístico, o el hipotiroidismo y los altos niveles de prolactina que presentan algunas no lactantes (debido a tumores o al consumo de ciertos medicamentos), frenan la ovulación. “Sin ciclos normales no hay ovulación, por ende, tampoco habrá un embarazo”, explica Cecilia Hernández, ginecoobstetra especialista en medicina reproductiva.
Enfermedades genéticas como el X frágil también afectan la fertilidad femenina. “La mujer en edad temprana deja de producir óvulos y entra en falla ovárica prematura. Otra anomalía es el síndrome de Turner, en donde no hay desarrollo normal de los ovarios”, explica el ginecoobstetra Harold Moreno.
- En el hombre
Las anomalías genéticas tienen que ver con alteraciones en el número de cromosomas que impiden la producción de espermatozoides, como el síndrome de Klinefelter.
Otra enfermedad es la fibrosis quística. “Es la ausencia de conductos deferentes que transportan los espermatozoides. El hombre los produce, pero no salen cuando él eyacula”, explica Clara Esteban, genetista vinculada a la Universidad de Mississippi.
Factores físicos
- En el hombre
Presentan criptorquidia (testículos no descendidos hacia el escroto y permanecen en el abdomen), y corre el riesgo de que el testículo se atrofie. “La infertilidad surgiría porque en el testículo se almacenan las células que producirán los espermatozoides en la edad fértil”, agrega Esteban.
El varicocele es otro factor de riesgo. Es la dilatación de las venas que transportan la sangre desde el testículo. Según la genetista Esteban, “la temperatura a nivel local aumenta y altera la morfología de los espermatozoides almacenados. Pierden movimiento y no completan la fertilización”.
-En la mujer
Las anormalidades como tabiques o adherencias dentro del útero pueden generar infertilidad, ya que no permiten el paso de los espermatozoides hacia la trompa o la implantación del embrión en la pared uterina. “Hay casos en los que sí se implanta el embrión, pero no deja espacio para el desarrollo fetal y ocasiona aborto”, explica el ginecoobstetra Harold Moreno.
También, la miomatosis o tumores benignos en la pared uterina evita la implantación o el crecimiento fetal. Y la endometriosis o proliferación de tejido uterino en otros lugares como las trompas de Falopio, los ovarios y otros órganos vecinos “obstruye la trompa y causa daño en la ovulación, pues impide el transporte del óvulo para que sea fecundado por el espermatozoide”, agrega Moreno.
Por Pilar Bolívar Carreño
Redacotra ABC el Bebé