Seguramente usted ha escuchado que sentar al bebé en el momento inadecuado puede generarle problemas de espalda o columna, por estar forzándolo a hacer algo para lo que todavía no está preparado.
Encontrará personas que le llamarán la atención por su actitud.
Sin embargo, un bebé no hará lo que le genere incomodidad. Si usted intenta sentarlo, él se caerá de lado. Cuando ocurre esto, un cojín no es capaz de soportarlo y eso quiere decir que el cuello y la espalda no están preparados y necesitan más que ese pequeño soporte.
Una señal que le permitirá darse cuenta de si su bebé está listo, es cuando él pueda mantener la cabeza erguida. La mayoría de los bebés se sientan después de los cuatro meses y a los ocho, ya logran hacerlo sin apoyo de los cojines.
Una actitud muy acertada es ayudarle a fortalecer los músculos de su cuello, espalda y brazos. Para esto, cuando el pequeño esté acostado, desde arriba ofrézcale un objeto que llame su atención, de esta manera él o ella intentará levantar su cabeza y sus brazos para alcanzarlo.
Para cuando pueda sentarse, el pequeño ya cansado se dejará caer de lado. Sentarse le ayudará a cambiar de posición y esto le proporcionará un gran alivio, además de darle una nueva visión de todo lo que lo rodea. Verá a su familia y a su entorno desde una perspectiva distinta.
En esta posición, también es importante estimularlo, para favorecer el equilibrio. Por ejemplo, se pueden poner juguetes delante de él, para que intente alcanzarlos y, luego, volver a la posición inicial. Esto debe hacerlo bajo su supervisión.