Sin lugar a dudas la leche materna es el alimento más completo de la naturaleza. Sus propiedades, en estudio día a día, pues la última palabra sobre su composición no se ha dicho aún, la convierten en una fuente potencial de propiedades benéficas para mejorar la salud humana en muchos aspectos.
Precisamente, un equipo de científicos austríacos ha logrado modificar una molécula derivada de una proteína de la leche materna para que actúe como detector y atacante de células malignas en ciertos tipos de cáncer de difícil tratamiento.
La investigación se centra en la lactoferricina, un péptido (es decir un tipo de molécula) presente en la leche materna y del que se conocían ya sus propiedades antimicrobianas, se informó en un comunicado de la universidad de Graz, en el sur de Austria.
Lo que los científicos de esa institución han hecho es modificar esa molécula para que actúe como detector de ciertos tipos de cáncer que son difícil de tratar, como el melanoma y el glioblastoma, un tipo de tumor cerebral. Esta lactoferricina modificada es capaz de localizar la carga negativa de la molécula fosfatidilserina presente en la membrana de las células cancerosas, adherirse a ella y provocar su muerte, pero sin afectar a las células sanas.
“El mayor desafío en el proceso de diseño fue encontrar el correcto equilibrio entre toxicidad y especificidad. Si los péptidos son hechos demasiado activos, también atacan a las células sanas”, explican en la nota Dagmar Zweytick y Sabrina Riedl, dos de los del equipo investigador. La lactoferricina es un derivado de la proteína lactoferrina, abundante en la leche materna.
La lactoferricina forma parte del sistema inmune y es una de las primeras defensas ante cuerpos extraños, como bacterias u hongos. Su uso en la lucha contra el cáncer requiere una reestructuración de sus aminoácidos para lograr la combinación correcta.
El equipo de la Universidad de Graz diseñó durante cuatro años de investigación quince variantes. Dos de ellas fueron usadas en ratones a los que se habían trasplantado células cancerosas humanas. Los científicos observaron una regresión media del 85 por ciento en el caso del melanoma y del 50 por ciento en el glioblastoma, en comparación con animales no tratados con el péptido lactoferricina modificado.
Los ratones sanos tratados con ese agente no sufrieron ningún daño. El equipo dirigido por Zweytick está trabajando en la mejora de ese agente y está colaborando con una farmacéutica en la preparación de estudios clínicos a partir de 2019, como una gran esperanza para lograr derrotar a la penosa enfermedad que cobra millones de vidas por año en el mundo.