Comer, pero comer bien, es para todos los seres humanos y en especial los niños, el pilar de una buena nutrición, que les brindará un desarrollo equilibrado y saludable. En palabras más coloquiales, es el ‘combustible’ que les permitirá alcanzar metas de crecimiento físico, cognitivo y bienestar general.
Pero asegurar que esto suceda no solo depende de la calidad, cantidad y frecuencia con que alimentes a tus niños, sino también de la forma como las futuras madres se han cuidado en su propia alimentación y, lo que es aún más curioso, también influyen el medio ambiente y los factores externos que rodean a las personas y sus familias.
De allí que poder controlar algunos desordenes posible si se lleva una dieta baja en nutrientes y rica en grasas y dulces, entre otros malos hábitos alimentarios puede desencadenar consecuencias graves para tu salud, bienestar y, a futuro, para tu descendencia.
Como lo sostiene Diana Ramírez Prada, nutricionista dietista del Hospital Infantil Los Ángeles, de Pasto, con máster en Nutrición y Metabolismo de la Universidad de Córdoba (España), “en las últimas décadas, de forma progresiva, se han instaurado en todas las sociedades, y más en las desarrolladas, hábitos alimentarios incorrectos que, unidos a estilos de vida sedentarios, llevan a que en el mundo exista, por ejemplo, un gran porcentaje de adultos y niños con obesidad”.
A esto añade que “hoy se conoce que la obesidad es un problema con complicaciones importantes que impactan la salud, y lo que es peor, en los niños tiene repercusiones negativas no solo en el desarrollo en la etapa de la infancia, sino que trascienden a la vida adulta”.
¿Se puede saber si un niño tendrá sobrepeso?
Lo primero que los padres deben conocer es que el sobrepeso infantil puede ser diagnosticado desde el nacimiento. Hay casos en los que el peso del recién nacido supera los 3.500 gramos, y se considera grande para la edad gestacional.
Por su parte, la nutricionista Ledys Olaya, del Centro Médico Imbanaco, de Cali, sostiene que “los niños de madres con condiciones alimentarias no adecuadas pueden presentar tendencia al sobrepeso, y de allí a la obesidad, desde los primeros meses de nacidos, por lo que hay que iniciar con ellos un seguimiento estricto. Por ejemplo, si una madre, por alguna razón no puede dar pecho, el tetero puede convertirse en un factor causante de sobrepeso”.
¿Cómo diagnosticar la obesidad infantil?
Las expertas explican que el sobrepeso infantil se mide a partir de los estándares de crecimiento propuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), teniendo en cuenta el IMC (índice de masa corporal), comparando valores como peso, edad, sexo y talla del niño; si el resultado se sale de los estándares, entonces hay sobrepeso.
Para la doctora Diana Ramírez, “la obesidad infantil se define como un exceso de grasa corporal, pero los cambios progresivos en la longitud corporal y la masa muscular, durante la infancia y la adolescencia, hacen que la obesidad no se pueda evaluar solo por la medida del peso”. A ello añade que, el exceso de grasa corporal implica un mayor riesgo de sufrir complicaciones metabólicas y problemas físicos, psíquicos y sociales. “A corto plazo, las consecuencias más frecuentes en la infancia son de tipo psicológico y social”.
Entre las posibles complicaciones están las dislipemias (niveles aumentados de colesterol y triglicéridos en la sangre), resistencia a la insulina e hipertensión arterial. También son habituales los problemas ortopédicos, el reflujo gastroesofágico y el asma.
En el caso de las niñas, la edad temprana de la menarquia (primera menstruación) se asocia con obesidad, independiente del IMC y de otros factores condicionantes, indica Ramírez. “Así mismo, vemos con frecuencia que el sedentarismo, la falta de actividad física y los malos hábitos alimentarios son causas principales del aumento irregular de peso”, señala la experta.
Existen también, causas de sobrepeso infantil de tipo hereditario:
familia con sobrepeso, madre con diabetes gestacional, síndromes y enfermedades de tipo genéticorelacionadas con el peso que en gran medida pueden favorecer la aparición de condiciones que lleven a una obesidad temprana en loe pequeños.
¿Cómo prevenir el sobrepeso infantil?
Los expertos dicen que para evitar el sobrepeso infantil y sus consecuencias, la primera gran pauta preventiva es asistir periódica y estrictamente a los controles de peso y talla, y atender a las recomendaciones que el pediatra y el nutricionista les hagan en torno a la alimentación apropiada para su hijo, de acuerdo con la edad.
La nutricionista Ledys Olaya dice que a partir de la alimentación complementaria (seis meses de edad), “hay que generar hábitos adecuados de alimentación en el menor, de forma que se introduzcan alimentos como verduras y frutas con la mayor variedad posible, dentro de una dieta balanceada”.
Al respecto, Diana Ramírez recomienda que el pequeño reciba, por lo menos, cinco porciones al día de alimentos, representados, por ejemplo,en una papilla o una fruta a la hora de las medias nueves y las onces; y en las comidas principales, una porción de verdura.
“Debemos incentivar la actividad física a través del baile, el deporte en grupo, salir a caminar en familia o montar en bicicleta, lo que, aparte de divertirlos, les ayudará a crear una rutina saludable”.
Por ello, el llamado es a que, desde temprana edad, los niños reciban una alimentación balanceada y nutritiva, pero, igualmente, que adquieran rutinas y hábitos como respetar horarios de comidas y cuidar las cantidades de los alimentos lo que, acompañado de ejercicio, hará que su peso y contextura se conserven estables.
Así puedes instituir una buena nutrición
1) El ejemplo es básico para crear buenos hábitos. Por ello, los padres deben mostrar gusto al comer verduras y frutas en todas las comidas, y reemplazar los refrescos por agua.
2) Prepara recetas saludables con tus niños, pues esto afianza los conceptos de una alimentación balanceada y saludable.
3) Asegúrales una alimentación variada que aporte la cantidad de nutrientes requerida de acuerdo con la edad y actividad física que el pequeño realice.
4) Incentiva la práctica regular de un deporte o actividad física. Busca que esto sea un plan familiar que fortalezca el ejemplo y que tu niño disfrute.
5) Procura que, por lo menos una comida al día, sea con la familia reunida. Esto es muy importante porque los niños ven cómo y qué comen sus padres y hermanos, y los lleva a adquirir buenos hábitos.
6) Evita premiar y/o castigar con alimentos. Esto puede generar desórdenes de tipo alimentario que desencadenen en sobrepeso y mala alimentación.
7) No muestres obsesión por una figura estándar y afianza la autoestima del niño.
8) Involucra a tus hijos en la elaboración de la lista del mercado. Que ellos elijan las verduras y frutas que les gustan y que creen su propio menú de la lonchera.