El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, ha recogido y consignado una serie de parámetros que pretenden orientar a los padres sobre la crianza de sus hijos, teniendo en cuenta que de este proceso depende en buena parte el crecimiento interior de los pequeños.
1. Primero los niños y sus derechos: conocer los derechos fundamentales de los niños, ponerlos en práctica y enseñárselos a los pequeños a medida que van creciendo, es la primera guía de crianza propuesta por el Icbf.
Los padres deben asumir que los niños tienen derecho a la vida, sabiendo que implica el respeto por el niño y sus acciones, y que deberá estar rodeado de afecto y en condiciones aptas para su crecimiento, con espacio para jugar, aprender y divertirse compartiendo con sus padres y hermanos.
La identidad también es un derecho de los niños, por eso deben registrarse antes de cumplir un mes de vida y gozar de sus dos apellidos.
También tienen derecho a la salud, a estar afiliados a un sistema de seguridad social al que puedan acceder fácilmente y en donde puedan recibir dos chequeos médicos generales al año, como mínimo.
Tienen derecho a la alimentación sana y a permanecer bajo el cuidado y responsabilidad de su familia.
Todos los niños, sin excepción, tienen derecho a la educación y este es un deber que deben cumplir los padres y también el Estado.
El descanso, el juego, el sano esparcimiento y poder expresar sus opiniones también son derechos de todos los niños y niñas en Colombia, a quienes además hay que proteger de cualquier abuso físico y psicológico, lo que significa que no pueden trabajar y que jamás deberán ser objeto de prácticas sexuales, pues si estos casos se presentan usted los puede denunciar ante cualquier autoridad.
2. Paternar: este programa promueve la vinculación del padre con su hijo, desde el mismo momento de la concepción y durante toda la vida.
Si un hombre paterna desde el mismo momento de la concepción, puede incluso compartir los síntomas y cambios físicos de su esposa y al hablar con el bebé en el vientre va generando lazos afectivos que siempre van a permanecer con el niño.
Los hombres que llegan a paternar de forma efectiva suelen jugar con sus hijos, llevarlos al médico, alimentarlos, bañarlos, dormirlos y crecer de la mano con sus niños, orientándolos y aprendiendo de ellos.
Esta relación padre-hijo genera personalidades fuertes, aumenta la autoestima de los niños y facilita la identificación del sexo opuesto y las relaciones interpersonales.
La base de esta experiencia es el amor, es dejar de lado los prejuicios para expresar el afecto a través de besos, abrazos y caricias y acompañar a los niños en todo su proceso de crianza y crecimiento.
3. Buen trato: de acuerdo con la guía del Icbf, el buen trato no se limita solo a hablar con respeto y lenguaje adecuado a los niños dentro del círculo familiar; también se trata de disponer de suficiente tiempo para atender sus necesidades, de escucharlo, de enseñarle y compartir con él sus actividades diarias.
Es mantener abiertos los canales del diálogo respetuoso y dejar que el niño se exprese abiertamente, corrigiéndolo cuando es necesario.
Cuando en una familia hay buen trato, que implica respeto y confianza, los niños pueden ver a sus padres compartiendo la responsabilidad de su crianza sin imponerse el uno sobre el otro.
El buen trato también se demuestra generando hábitos sanos en el niño como su cuidado personal y si se le tiene en cuenta para tomar decisiones con las cuales él se sienta importante dentro de la familia; además, se suman el afecto y las expresiones de cariño como los abrazos, las palabras de ánimo y elogio cuando se hacen las cosas bien.
Dentro del buen trato, también se contempla el reprender a los niños cuando tienen conductas inadecuadas, pero hablándoles claro y explicándoles por qué estuvo mal y cuál es la mejor forma de corregirlo.
4. Vivir en familia: como la familia constituye para el niño su primer apoyo y el primer grupo de personas con quienes tiene o, hay que aprender a vivir en familia y a brindar a todos sus tiempo y espacio para que crezcan unidos.
Según esta guía de crianza del Icbf, dentro de la familia deben existir lazos armoniosos de comunicación para que todos sus se sientan cómodos.
El afecto de la pareja (padre y madre) debe proyectarse a sus hijos para que entiendan que son parte de un grupo que expresa afecto y con el cual se puede contar.
Pero además del afecto, dentro de la familia se deben asignar funciones para que pueda crecer. Estas implican algunas labores propias del hogar en las cuales los niños deben ser involucrados, de acuerdo con su edad y capacidades. Los más pequeños de la familia deben conocer y entender su rol dentro del grupo y asumir que también tiene algunas responsabilidades y que al cumplirlas ayuda al desarrollo armonioso de su entorno.
Vivir en familia implica respetarse mutuamente y tener tiempo para compartir con los demás del grupo, todo dentro de un ambiente de seguridad, apoyo y afecto, para poder superar las dificultades que se presenten.
5. Acompañar a crecer, con estimulación adecuada: el Icbf promueve el acompañamiento durante todas las etapas de crecimiento de los niños, sabiendo que no todos son iguales y que poco a poco van adquiriendo habilidades que hay que incentivar.
El objetivo es darle al niño su espacio y tiempo para que pueda desarrollarse de acuerdo con su edad, para que conozca y explore, para que pregunte y se le den las respuestas más acertadas.
No es lo mismo un bebé de seis meses que empieza a sentarse con apoyo, que un niño de un año que comienza a caminar; uno de dos años que comienza hablar, uno de tres que quiere saber el porqué de todo o uno de cuatro que ingresa al preescolar. Todos son diferentes, todos necesitan afecto y orientación según sus necesidades y su edad y, sobre todo, requieren estimulación y exaltación de sus valores como niños y como de una familia.