La lactosa es el nombre del azúcar que se encuentra en la leche, que para poder convertirse en energía necesita de una encima del cuerpo llamada lactasa.
La lactosa es el nombre del azúcar que se encuentra en la leche, que para poder convertirse en energía necesita de una encima del cuerpo llamada lactasa.
La intolerancia a la lactosa ocurre cuando el intestino no produce suficiente lactasa y el azúcar es convertido por las bacterias en ácidos y gases , generando síntomas de dolor, náuseas y diarrea.
Este problema puede ocurrir a cualquier edad, aunque en los niños menores de cinco años es bastante raro, pues al nacer vienen con suficiente lactasa.
Un niño puede convertirse en intolerante a la lactosa si una infección o una reacción alérgica dañan el intestino delgado, causando una escasez en la producción de lactasa. Generalmente, este trastorno es temporal, pero pueden pasar algunas semanas mientras vuelve a tolerar los productos lácteos.
Otras afecciones crónicas como la enfermedad de Crohn o la enfermedad celiaca también pueden causar una intolerancia a la lactosa temporal.
Normalmente, esta dolencia se desarrolla después de los 3 años de edad, cuando los cuerpos empiezan a producir menores cantidades de lactasa
DIAGNÓSTICO DE INTOLERANCIA A LA LACTOSA
Una forma para saber si el niño es intolerante a la lactosa es hacer un diagnóstico mediante un examen médico basado en la respiración. En la prueba se ingiere una solución de lactosa en agua y, posteriormente, durante dos y tres horas, se sopla dentro de una bolsa para analizar las cantidades de hidrógeno, uno de los gases producidos en el intestino grueso.
En este caso se dictamina intolerancia a la lactosa cuando se detecta un aumento significativo del nivel de hidrógeno en la respiración.
Otra forma de diagnosticar esta dolencia es mediante una endoscopia, en la que se recoge una muestra de tejido del intestino delgado para analizar la producción de enzimas de lactasa. Este procedimiento se hace mientras el niño está bajo anestesia o sedación.
En caso de dictaminar la intolerancia, el pediatra es el más indicado para decidir el tratamiento. La primera opción puede ser consumir píldoras o gotas de lactasa para digerir la lactosa.
Si el niño es muy sensible a la lactosa, tendrá que imponérsele una dieta con productos que no tengan este tipo de azúcar, pero que sustituyan los complementos vitamínicos y proteínicos de los lácteos.