La anticoncepción durante la lactancia es un tema muy importante, ya que comúnmente se tiene la falsa creencia de que amamantar es un método anticonceptivo en sí mismo, debido a la ausencia de menstruación en esta temporada.
También se cree que las hormonas de la planificación afectarán la calidad de la leche materna, pero ante todos estos conceptos, lo recomendable es consultar con tu médico, luego de los 30 días del parto, para saber cuál es el método anticonceptivo que más se ajusta a tus necesidades.
La causa más común de las grietas y dolor en el pezón, que aparece durante los primeros días, es el mal agarre del bebé al pecho. Otras posibles causas pueden ser las perlas de leche (acumulación de grasa de la leche en los pezones), la mastitis, el frenillo corto en la lengua de los pequeños, y los hongos. Ahora, si estás lactando o aún no lo haces, los pezones adoloridos también pueden ser una señal temprana de embarazo.
El dolor es señal de que hay algo que se debe modificar. Si la incomodidad va ligada a problemas de la piel, los siguientes consejos te pueden ser útiles, pero sólo si antes corriges la causa del daño.
- Prueba extraer manualmente un poco de leche después de que tu bebé toma y déjala secar en los pezones. Las propiedades antiinflamatorias y antibacterianas de la leche pueden curar no sólo las grietas del pezón, sino también otras heridas de la piel.
- La lanolina purificada ayuda a mantener intacta la hidratación de las células del pezón. Una fina capa de lanolina purificada evita que nuevas células se sequen.
- Las heridas en los pezones son como cualquier otra herida, tienen una entrada potencial de bacterias y hay que mantenerlas limpias con agua y jabón neutro.
- Los hidrogeles para el pezón aportan frescura y comodidad a la piel, no se pegan a las heridas y protegen la hidratación.
Una de las muchas virtudes de la lactancia materna es, precisamente, la de ayudar al cuerpo a volver a su peso cuanto antes, dado que la mujer utiliza sus depósitos de grasa acumulados durante el embarazo para la producción de leche. Según la OMS, la lactancia materna ayuda a las mujeres a recuperar más rápidamente su peso anterior al embarazo y reduce las tasas de obesidad. De modo que si quieres regresar a tu figura, la lactancia prolongada es una buena alternativa.
En caso de que necesites almacenar la leche que produces, antes de iniciar el proceso de extracción debes realizar un estricto lavado de manos, posteriormente puedes llevar a cabo la extracción manual de la leche o llevar contigo una bomba extractora. Debes envasar la leche en recipientes de vidrio o plástico, bolsas especiales libres de BPA (Bisfenol A, sustancia tóxica presente en los plásticos) correctamente lavados y enjuagados.
Quitar el seno a tu hijo debe producirse a un ritmo natural, hazlo preferiblemente de manera gradual, para minimizar los efectos emocionales en el bebé y para permitir que la producción de leche disminuya y no corras con el riesgo de que los conductos del pecho se obstruyan. Hacerlo, de un momento a otro, puede ser difícil para el bebé y para los senos.
Este proceso suele darse poco después de la incorporación de alimentos sólidos a la dieta del niño, es decir cuando inicies la alimentación complementaria. Hacia los seis meses, ve disminuyendo las tomas de leche, pero no de forma drástica. Es importante prestar atención y mimar al pequeño, así aprenderá otras formas de conexión además de la lactancia.