Silenciado o manifestado. Así se podría interrumpir un embarazo. El primero se da entre las semanas dos y cuatro, sin que la mujer se dé cuenta. El segundo presenta síntomas: hemorragia genital y los cólicos abdominales, los cuales deben alertar a la mujer.
El sangrado puede ser rojo intenso o de color café y puede ir desde escaso hasta abundante. En cuanto al dolor, este se asemeja a un cólico menstrual o más fuerte. Cualquiera de las dos manifestaciones son amenazas de aborto.
“Es común que el sangrado escaso y el leve dolor no tengan mayores repercusiones en el futuro del embarazo. Sin embargo, estos síntomas deben ser evaluados para descartar situaciones patológicas”, explica Fabio Quijano, jefe de la Unidad Materno Fetal del Hospital Universitario Fundación Santa Fe.
El diagnóstico se confirma mediante un examen físico y ecográfico. El físico permite saber si el sangrado proviene de la cavidad uterina o si es externo. La ecografía valora la morfología del saco gestacional y detecta anormalidades en el feto, como ausencia de latidos cardíacos y anomalías anatómicas.
Blas García, ginecoobstetra de la Sociedad Colombiana de Ginecología y Obstetricia, explica que la interrupción del embarazo se puede dar por varias causas: “Las más comunes son las endocrinas, como la insuficiencia del cuerpo lúteo, el cual se encarga de producir la progesterona, que es la que altera y pone en riesgo la estabilidad del embarazo”.
Dentro de las otras causas están los problemas estructurales cromosómicos, las cuales ocurren al azar y se dan por alteración del óvulo o del espermatozoide. Estas causas corresponden a un 70 por ciento de los fetos abortados.
Según el ginecoobstetra Pablo Victoria, otras situaciones clínicas son: formación del saco del embarazo pero sin la presencia del embrión, embarazo molar y un embarazo ectópico (implantado por fuera de su ubicación normal dentro del útero).
Blas García afirma que otro factor importante y causante de la finalización de un embarazo es el de las infecciones virales como la rubéola y los problemas ambientales como el cigarrillo, el licor, la cocaína, la marihuana y la exposición a tóxicos como los pesticidas y plaguicidas.
Evitarlos y controlarlos
Los especialistas aseguran que los abortos espontáneos son difíciles de evitar, ya que en la mayoría de los casos que se producen se deben a alteraciones genéticas al azar.
Lo que el doctor Quijano recomienda es que la mujer sea valorada antes de embarazarse, con el fin de conocer su condición clínica. “Se debe hacer una ecografía para descartar la presencia de miomas dentro del útero. Además, consumir suplementos vitamínicos y ácido fólico, los cuales previenen alteraciones en el desarrollo del sistema nervioso del embrión”, señala.
Según el especialista Victoria, para controlarlos se debe seguir el adagio medicinal de ‘reposo, sulfato ferroso y nada de esposo’. La explicación:
El reposo es importante para evitar que los hematomas o los desprendimientos placentarios progresen. También ayuda a que el embrión logre un mejor proceso de implantación dentro de la cavidad uterina.
Los suplementos vitamínicos que contengan hierro permiten a la madre recuperar las pérdidas sanguíneas. Y, por último, la abstinencia sexual evita que se generen contracciones del útero, que podrían llevar a que el saco del embarazo se desprenda, llevando a un aborto.
También se debe tener en cuenta que las mujeres más propensas a sufrir un aborto espontáneo son las reiterativas, es decir, que han presentado dos o más abortos.
El ginecoobstetra García afirma que hay tasas que indican que si una mujer nunca ha tenido un aborto está en una posibilidad del 12 al 16 por ciento de tenerlo. “Cuando ha tenido uno, el 17-25 por ciento de repetirlo. Dos, el 26-31 por ciento. Tres, el 32-40 por ciento; y de cinco abortos en adelante, más del 50 por ciento”, afirma García.
El riesgo de aborto aumenta con la edad
Según Blas García, una mujer menor de 35 años tiene probabilidad entre el 12 y el 6 por ciento. Aumenta a un 26 por ciento en mujeres mayores de 35 años y, sobre los 40 años es de un 75 por ciento.
Porcentaje de abortos
El 30 por ciento de los abortos que se producen se dan antes de la semana seis de gestación. El 80 por ciento ocurre en las primeras 12 semanas, de los cuales el 70 por ciento tienen anormalidades cromosómicas. En el segundo trimestre, de los fetos abortados el 30 por ciento tiene este tipo de anormalidades y 3-5 por ciento cuando corresponde a fetos muertos a término.
Exámenes que se debe realizar
* La primera ecografía es la de tamizaje de primer semestre, la cual se realiza entre la semana 12 y 14. Se hace con el fin de mirar si las medidas están de acuerdo con el tiempo de gestación. Por ejemplo, se buscan signos como el pliegue nucal o el hueso nasal.
* La segunda ecografía se lleva a cabo en la semana 23 de embarazo. Con esta se verifica la parte anatómica en detalle y alteraciones que puedan sugerir defectos congénitos, como es la medición de huesos largos, anatomía del corazón y del cerebro.
* La tercera se realiza entre las semanas 32 a 38, esto depende de la condición particular de cada paciente y la evolución de su embarazo.
* También están las ecografías de 3D y 4D, que detallan la parte anatómica del contorno y permiten detectar de manera clara estructuras de las órbitas, nariz, labio y superiores e inferiores.
Recomendaciones
* Asistir a la consulta preconcepcional.
* Alimentarse sanamente.
* Asistir a los controles adecuadamente.
* Eliminar el cigarrillo, el licor y las drogas.
* Evitar los ejercicios de alto impacto.
* No tomar medicamentos cuando no son recomendados por los médicos.
* Vacunarse con antelación.
* Cuando la mujer tenga los síntomas, debe ir inmediatamente por urgencias.
Mónica Toro
Redactora ABC del bebé