Hoy en día, existen muchas actividades en las que los padres, hermanos y la familia en general, pueden involucrarse en el desarrollo integral de los más pequeños de casa. Una de esas formas es la cocina. Hacer los alimentos juntos e involucrar a los niños, hace de ello una terapia excelente para su desarrollo motriz, afectivo y emocional.
Al respecto la psicóloga de la Universidad de La Sabana, Luisa Fernanda Fandiño, ‘Lu’, creadora de una empresa de estimulación temprana y desarrollo infantil quien además, ha sido certificada como instructora de estimulación temprana por la Asociación de Estimulación Temprana de México, D.F. explicó para ABC del Bebé cuáles son las virtudes de cocinar en familia y los beneficios que trae en la formación de los niños.
Así mismo, la chef Catalina Ospina enseña en el video a hacer un fácil wraps de atún, ratificando que cocinar en familia es un ejercicio que estrecha lazos afectivos y ayuda a los niños a afianzar sus habilidades motrices.
La cocina aflora habilidades
El arte culinario, cuando se hace en compañía de padres y niños se convierte en el vehículo perfecto para que el pequeño aprenda ciertas habilidades. La psicóloga Fandiño afirma que con las sesiones de cocina, los niños desarrollan la atención al detalle, coordinación ojo-mano, creatividad, perspectiva, exploración, texturas y motricidad fina y gruesa.
“También va de la mano con el desarrollo personal, emocional y, muy importante, la canalización de emociones como frustración y enojo. Esos sentimientos ‘negativos’, que el ser humano no está ajeno a sentir”, añade.
Cuando los niños cocinan reconocen texturas, olores, sabores. Por tanto, estimulan el área táctil, gustativa, olfativa y auditiva. Otro aspecto importante que surge en medio de las clases de culinaria es el fortalecimiento del vínculo afectivo entre los niños y sus padres.
En el caso de los talleres de la psicóloga ‘Lu’, papá o mamá deben acompañar a su hijo en la actividad porque, dentro del programa de estimulación, es básico el desarrollo y la guía de los padres. “No es igual con la niñera o la abuela porque, insisto, la principal guía de los hijos son sus papás”, añade Luisa.
De allí nacen niños seguros de sí mismos, agrega. Que nunca van a dudar para lanzarse al mundo a crear cosas. “Ahora, la gente está llena de miedos para opinar y salir al mundo a crear, y esto está relacionado con la búsqueda de la felicidad. Si te inculcaron la seguridad, eres capaz de hacer cosas y te vas a lanzar a hacerlas.
“La idea también es crear familias más fuertes y que aprendan a conocerse; por ejemplo, los gustos, los colores, etc. Que tengan respeto por la individualidad de cada ser”, sostiene Fandiño.