Nunca exagere con remedios. Las madres, en medio del desespero al mirar a su hijo con una fiebre alta, suelen tomar decisiones equivocadas como llenar un poco más la cucharada de remedio para intentar regular la temperatura.
En pediatría, las dosis se calculan combinando edad y peso del menor. “Las cajas de los medicamentos tienen una guía de dosificación solo según la edad del menor. Y no todos los niños de una edad determinada pesan lo mismo ni presentan las mismas necesidades. Por eso, al guiarse por el envase, se puede suministrar una dosis equivocada”, explica la pediatra Ángela Camacho.
Los errores al suministrar medicinas surgen a partir de la automedicación. “Lo que más se suele recetar en casa son los analgésicos y antipiréticos, para el dolor y la fiebre”, señala la experta.
Para evitarle riesgos a los niños, tenga en cuenta lo siguiente:
Ni tanto, ni tan poco
Cada paciente es un caso aparte. Inclusive, aunque una enfermedad se comporte de manera similar en el mismo niño, es mejor consultar de nuevo en vez de darle el mismo medicamento que ya le había suministrado o el que le sirvió al vecino. El tratamiento no es siempre el mismo.
Así como una sobredosificación (cuando se da más medicina de la que requiere el menor, según su peso) supone el riesgo de intoxicación, una dosis precaria demora la mejoría del niño.
Para que esto último no suceda, la pediatra Camacho recomienda someter al pequeño a un chequeo periódico para saber su peso, y, preferiblemente, solo darle la medicina que le formula el médico.
Otros errores
Como mamá, usted no debe:
* Dar los remedios a oscuras. Así corre el riesgo de que use un medicamento equivocado.
* Nunca reenvase los sobrantes del mismo jarabe en un solo frasco. Tienen fecha de vencimiento distinta.
* Otro error que señalan los pediatras es que se llama al médico por teléfono y se le pide que formule al pequeño. “Esta práctica es inadecuada, aunque se requieran los síntomas con mucho detalle. El problema es que una molestia puede estar asociada con múltiples enfermedades. Por ejemplo, un dolor de estómago puede corresponder a una diarrea o a una apendicitis. Diferenciar esto por teléfono es imposible”. Explica Camacho.
Recomendaciones
* Los tratamientos se deben seguir al pie de la letra (en cuanto a medidas y horarios).
* Practique controles periódicos al niño, en los que el pediatra indique el peso exacto del menor y la dosis médica correspondiente. De este modo se evitan contratiempos y errores.
* No confunda las dosis de los medicamentos. “Muchos vienen en presentaciones de gotas y jarabes. Estas dos formas tienen diferentes concentraciones”, explica la pediatra Constanza Castilla.
* Al adquirir las medicinas revise la fecha de vencimiento y verifique que sea de uso pediátrico.
Por Pilar Bolívar Carreño
Redactora ABC del bebé