Mientras la ciudad sufre racionamiento por la falta de lluvias, paradójicamente se inunda cuando estas caen con fuerza en algunas zonas de la capital.
Este problema no es exclusivo de la autopista Norte, sino que se ha venido registrando en otros lugares como la carrera 7.ª, a la altura del Hospital Simón Bolívar; la carrera 30 con calle 6.ª; la carrera 10.ª con calle 3 sur; la carrera 24 con calle 3.ª y la NQS con avenida Comuneros, sectores donde varios vehículos quedaron atrapados en medio del agua.
Que algunas zonas del centro de la ciudad se inunden no es un problema nuevo, pero que este fenómeno se extienda por varias localidades denota un problema mayor: la acumulación de basuras en las calles.
Como la basura se acumula con tanta facilidad, las canecas no dan abasto y se convierten en puntos de acumulación de bolsas, muebles y escombros
De este tema mucho se habla, pero pocos resultados se obtienen; y si bien es un asunto competencia de la istración distrital, también se trata de un problema de comportamiento ciudadano.
Una cosa son los efectos de las fuertes lluvias, consecuencia de la temporada invernal, y otra muy diferente son las inundaciones a causa de la acumulación de basuras en toda la ciudad.
Inseguridad y basura preocupan a residentes, quienes exigen acciones urgentes de las autoridades. Foto:el tiempo
Comerciantes, residentes y recicladores tienen mucha responsabilidad en que Bogotá esté sucia. Muchos de ellos no tienen problema en dejar sus residuos en las canecas ubicadas en la vía pública, desatendiendo, así las indicaciones de horario y la ubicación adecuada de residuos en los respectivos contenedores.
Como la basura se acumula con tanta facilidad, las canecas no dan abasto y se convierten en puntos de acumulación de bolsas, muebles y escombros. Todos estos elementos terminan taponando los sumideros de las alcantarillas y, por ende, ocasionando las inundaciones que hemos visto en los últimos días.
Lluvias inundaron varios sectores de Bogotá pero, sobre todo, el centro. Foto:Alcaldía de Bogotá.
El tema es de tal magnitud que la Empresa de Acueducto extrae anualmente más de 110.000 toneladas de basura del sistema de drenaje para prevenir estas emergencias. Pero la obstrucción de los sumideros no solo causa inundaciones; también provoca que el sistema de aguas negras se desborde en algunos puntos, generando malos olores y problemas de salud pública.
La Empresa de Acueducto extrae anualmente más de 110.000 toneladas de basura del sistema de drenaje para prevenir estas emergencias.
A eso hay que agregarle que el sistema de alcantarillado también se ve afectado por las grasas o aceites que la gente arroja por los sifones, y por los preservativos o pañitos húmedos que terminan en los inodoros.
Es claro que el comportamiento ciudadano tiene efectos en la eficiencia del sistema de alcantarillado, pero también hay errores por parte de la Unidad istrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) que no está haciendo bien su tarea, tanto en temas misionales como operativos. No hay programas de cultura ciudadana; tampoco se han fortalecido los mecanismos de control y sanción a los ciudadanos que hacen uso indebido del mobiliario de aseo, y ni hablar de la gestión con los operadores de aseo para que cambien la frecuencia de recolección en los puntos críticos de acumulación de basuras. No en vano, la temporada de lluvias terminó evidenciando que, en temas de manejo y gestión de residuos, la ciudad, en lugar de avanzar, viene retrocediendo.
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