Personería: IPS privadas se rajan en urgencias, pacientes esperan hasta 24 horas

En octubre del año pasado tuve que estar en la sala de urgencias Méderi y pude evidenciar que había pacientes que llevaban tres días en la sala urgencias esperando una habitación y nada. El caos, el ruido, el hacinamiento, pacientes en los pasillos es el diario vivir en estas salas. Pedimos algo de dignidad”, dijo un ciudadano indignado.

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Por casos como este, la Personería de Bogotá realizó un estudio que analizó el comportamiento de las salas de urgencia de 15 institutos prestadores de salud (IPS) en Bogotá. La conclusión es que se deben tomar medidas urgentes para la sobreocupación y para atender los casos de pacientes, más complejos, de forma urgente.

Este informe se realizó entre los meses de abril y junio de 2023 y aunque hoy existe una tendencia a la baja en cuanto a la aglomeración de s en las salas de urgencias, se establece que el 40 % de las instituciones públicas y el 80 % de las privadas cuentan con una sobreocupación igual o superior al 100 %.

La situación más crítica se presenta en las IPS de complejidad alta, con un promedio de 171 %, seguido de los servicios de mediana complejidad, con 87%, y por último los de baja complejidad, con un 38 %. La explicación reza el informe, es que “los s optan por acudir a las instituciones de mayor complejidad por su capacidad resolutiva”.

Del estudio se destaca que la mayor ocupación se reporta en las salas de urgencias de IPS de naturaleza privada, por encima de las pertenecientes a la red pública del Distrito. “Esto lo evidenció por el número de pacientes encontrados en el servicio durante las visitas realizadas”.

Las instituciones que registran una preocupante sobreocupación de los servicios son: el Hospital Universitario Mayor de Méderi, en el que la ocupación pasó de un 192 % al 1.012 %; en la Fundación Hospital San Carlos pasó de un 137 % al 118 %; y en el Hospital Occidente de Kennedy, del 312 % a 247 %, a pesar de que en el mes de mayo se habilitó la nueva torre para el servicio de urgencias.

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Según el ente de control, es urgente que se evalúen otros esquemas o alternativas, sobre todo para que aquellos pacientes que requieran de una atención inmediata por la complejidad de su estado de salud no lleguen a una situación más crítica.

Agregan que no solo se trata de mejorar las infraestructuras, sino que es imperioso que en estos centros de atención exista capacitación constante, reubicación y reorganización por parte del Distrito.

Para ellos, explican, debe haber un trabajo coordinado entre aseguradores y prestadores de servicios de salud, buscando que las personas acudan al centro de baja y mediana complejidad de sus localidades. “Así se puede evitar la saturación de los servicios más especializados o de altas complejidades, ya sean públicas o privadas, evitando retrasar la atención de pacientes críticos”.

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Una de las problemáticas que no ha mejorado en Bogotá es que los pacientes, desde su ingreso hasta su hospitalización efectiva, en el servicio de urgencias, padecen tiempos inclementes de espera antes de que los atiendan.

De hecho, la Personería encontró que el 80 % de las instituciones privadas tuvieron un alto porcentaje de pacientes que superaban las 24 horas en el servicio, mientras que esa situación persistía en un 60 % de las IPS del sector público analizadas.

El ente hizo visitas extraordinarias de seguimiento los días 10 de mayo de 2023 al Hospital Universitario Mayor Méderi, Fundación Hospital San Carlos y Unidad de Servicios de Salud Ambulatoria Tunjuelito (SISS SUR) y el 21 de junio del presente año al Hospital Occidente de Kennedy. Encontró que continuaban las fallas en cuanto al tiempo establecido para la valoración inicial por parte del médico general y la estancia de los pacientes en el área de observación del servicio de urgencias.

Como si fuera poco, las salas de emergencia no solo fallan en la atención, sino que, muchas veces, también falla la disponibilidad de medicamentos para entrega a los s en las 15 IPS analizadas. La Personería dijo que el 40 % de las IPS públicas y el 20 % de las privadas presentaron insuficiencia de medicamentos e insumos. Hoy, añaden, en el 33 % de las IPS a las que se les efectuó visita de seguimiento continúa este problema.

Los servicios de urgencias de las entidades públicas visitadas fueron: Hospital Chapinero, Hospital Engativá, Unidad de Servicios de Salud Vista Hermosa, la Unidad Ambulatoria Tunjuelito, el centro de salud Diana Turbay, Hospital San Blas, Hospital Jorge Eliécer Gaitán, Unidad Patio Bonito y Tintal, Hospital Fontibón, y el Hospital Occidente de Kennedy. En la red privada se visitó el Hospital Universitario Mayor Méderi, la Fundación Hospital San Carlos (FHSC), el Hospital Universitario San Ignacio, el Centro Policlínico Olaya y la Clínica del Country.

De las IPS visitadas, la Fundación Hospital San Carlos (FHSC) y el Hospital Universitario Mayor Méderi presentaron planes de mejora ante los hallazgos reportados por el equipo comisionado. Sin embargo, la Personería de Bogotá insta a la Secretaría Distrital de Salud a efectuar seguimiento a todos los hallazgos encontrados, así como a las IPS que tienen habilitado el servicio de urgencias en la ciudad.

Pide, además, desarrollar estrategias conjuntas lideradas por el Distrito, entre aseguradores y prestadores de servicios de salud, para garantizar la oportunidad del servicio de urgencias en las condiciones de calidad necesarias, para proteger el derecho fundamental a la salud de los bogotanos.

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Por su parte, EL TIEMPO consultó a la Secretaria Distrital de Salud, que revisa cuidadosamente el informe y sigue trabajando en descongestionar las salas de urgencias tanto públicas como privadas.

Parte de los esfuerzos realizados en la actual istración fue la entrega de la nueva y moderna Torre de Urgencias del Hospital Occidente de Kennedy, la cual hace parte de la Subred Integrada de Servicios de Salud Sur Occidente, y beneficiará a 2,5 millones de personas. Esta obra tuvo una inversión de más de 124.000 millones de pesos para su construcción y dotación. Contribuirá a mejorar el a los servicios de salud.

REDACCIÓN ELTIEMPO

CAROL MALAVER