¿Sabía qué Bogotá batió un récord mundial por trasladar 29 metros un edificio completo en 1974? El edificio Cudecom fue protagonista de una de las hazañas de la ingeniería más famosas del país a inicios de la década de los 70, hace exactamente 50 años.
Construido en 1955, en la intersección de la calle 19 con Avenida Caracas, en Bogotá, la estructura de ocho pisos entró al libro de los Guinness World Records, en el que permaneció por 30 años.
Pesando más de cuatro mil toneladas y siendo uno de los más modernos de la época, el edificio iba a ser demolido para dar paso a una nueva vía en la ciudad, pero los ingenieros llegaron a la “descabellada” idea de moverlo.
Sin embargo, la gestión no fue fácil, ya que tomó cerca de un año establecer las negociaciones correspondientes, los diseños y planos de construcción para poder lograrlo.
Pesaba más de cuatro mil toneladas y era uno de los más modernos de la época. Foto:Archivo EL TIEMPO.
Hace exactamente 50 años, en un transcurso de aproximadamente 9 horas, se trasladó el edificio Cudecom a la distancia descrita con más de 2 mil personas, siendo testigos de la proeza.
Según información de la época, se utilizaron rodillos de acero de cinco centímetros de diámetro, siete gatos hidráulicos y la construcción de vigas paralelas sobre rieles y columnas para poder empujar el edificio.
Una vez finalizado el proceso de traslado, fueron agregados dos pisos más a la estructura, modernizando sus instalaciones y adaptando los espacios para ser oficinas.
La hazaña estuvo durante 30 años en los Récords Guinness, hasta que el título fue “arrebatado” por un edificio en China en el año 2004.
¿Cuál es el estado del edificio Cudecom después de 50 años de su traslado?
La zona en la que se encuentra el edificio es el escenario de un barrio en el centro de la ciudad, que evidencia los cambios urbanos que ha tenido la capital a lo largo de los años.
La estructura de ocho pisos entró al libro de los Guinness World Records, en el que permaneció por 30 años. Foto:Archivo EL TIEMPO.
En la actualidad, la gran hazaña de la década de los 70 se encuentra vandalizada con múltiples grafitis y publicidad ilegal que adornan sus muros, dejando poco de lo que fue en su época más popular.
El establecimiento es istrado por el Fondo de Pasivos de los Ferrocarriles Nacionales, que se encarga de mantener lo que queda del edificio en pie, otorgando seguridad privada que evite que se siga vandalizando el inmueble.
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