Las calles Primera y Segunda de Badillo, la calle del Colegio, la calle del Porvenir y la Plaza de Los Coches, en el Centro Histórico de Cartagena, ofrecen una escena decadente todas las noches.
Decenas de mujeres, en su mayoría madres venezolanas - según la Gerencia para el Centro Histórico, adscrita al Distrito-, usan menores de todas las edades para mendigar.
La imagen de mujeres con corrillos de niños de la mano comienza hacia las 6 de la tarde cuando llegan al monumento de la India Catalina, procedentes de zonas vulnerables, en los extramuros de la Ciudad Colonial.
Los niños en brazos de las madres y adolecentes son usados para abordar en busca de una moneda a turistas
cuando son conducidos a las comisarías de familia: abren un proceso al menor, y debería ser entregado al ICBF, pero la mayoría de veces es entregado al adulto y a la noche siguiente está en la calle
Ante los ojos de la misma Policía, los niños en brazos de las madres y adolecentes son usados para abordar, en hordas, en busca de una moneda, a turistas extranjeros que merodean la noche cartagenera.
En redes sociales se han hecho virales los videos de niños que se tapan el rostro y bailan desafiantes mientras son filmados por la comunidad de vecinos que denuncia esta tragedia infantil.
Los niños son testigos todas las noches del microtráfico, el consumo de drogas al aire abierto y la prostitución que ha convertido calles y plazas en ‘zonas de tolerancia’.
“Estamos ante una mendicidad forzada, enmarcada dentro del delito de la trata de personas con menores de edad. Es claro que este fenómeno de explotación de niños se da en las mismas calles donde hay bares que promueven la prostitución y el encuentro de extranjeros con prostitutas”, señala Isabela Restrepo, representante de la Fundación Somos Centro Histórico.
Los adultos que deberían ser judicializados o recibir un comparendo también regresan a las calles
La mayoría son madres y niños venezolanos, hace siete meses hicimos un operativo y descubrimos un grupo que estaba alquilando niños para la mendicidad, pero no es, aún, un fenómeno masivo
En otro de los videos que son tendencia en las redes sociales se ve a un grupo de niños, en la Calle Segunda de Badillo, trenzados en una violenta pelea, por alguna limosna que les ha dado un transeúnte. Niñas y niños son expuestos a la explotación sexual.
“La Policía nos dice que hay una debilidad en la cadena de custodias y judicialización de los padres o adultos responsables, cuando son conducidos a las comisarías de familia: Le abren un proceso al menor, y debería ser entregado al ICBF, pero la mayoría de veces esto no se cumple, es entregado al adulto y a la noche siguiente está en la calle”, añade Restrepo.
Ella agrega que los adultos que deberían ser judicializados, o por lo menos recibir un comparendo, también regresan a las calles.
Necesitamos operativos constantes contra este flagelo, un escenario como el Centro Histórico de Cartagena necesita que en las noches Policía, Distrito y Fiscalía enfrenten de forma decidida y radical este fenómeno”, añade Restrepo.
“La mayoría son madres y niños venezolanos. Hace siete meses hicimos un operativo y descubrimos un grupo que estaba alquilando niños para la mendicidad, pero no es, aún, un fenómeno masivo”, señala Diana Martínez Berrocal, gerente del Distrito para el Centro Histórico de Cartagena.
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John Montaño
Corresponsal de EL TIEMPO
Cartagena
En Twitter: @PilotodeCometas