El rey del meme / Columna 'El otro lado' de Ómar Rincón

Lo que nos dicen los memes de la forma de vivir las noticias y el país, según el crítico de TV.

Ómar Rincón, Crítico de televisión. Foto: César Sánchez Carreño

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Dicen que ya no se necesita al periodista, que ha sido reemplazado por el algoritmo, la inteligencia artificial, el meme. ¿Será verdad?
El algoritmo NO. Y es que él en su producción de realidad política y el poder nos guía llevándonos a los medios. Sin medios de comunicación y el periodismo, el genial algoritmo poco o nada tiene que hacer para contarnos lo que sucede en esa realidad. Todo porque el algoritmo se basa en lo que hay ahí en el internet. Y en términos de realidad social y pública, lo que hay ahí es lo que producen los periodistas. No salimos sobrando los periodistas.
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La inteligencia artificial tampoco lo logra (dicen que por ahora) porque igual: construye el sentido con lo que hay ahí en la internet, y ahí lo que hay de realidad es lo que informan los periodistas y los medios.
Pero, parece que los memes son más poderosos: construyen realidades políticas porque expresan lo que la gente siente y opina sobre la política y el poder. Así, el meme logra reemplazar al periodista y, sobre todo, al columnista de opinión y analista.
¿Lo hacen con base en la información producida por los medios? Parece que no. Lo hacen directamente sobre lo que aparece en las redes digitales, sobre todo X.
La Colombia memética nos muestra que quienes reinan ahí son los políticos. Duque, Peñalosa, Claudia, Quintero son productores de memes instantáneos. La mayor parte de sus actos y declaraciones son ya un meme.
Petro es muy parecido porque con sus actos y retórica produce memes inesperados. Pero, aún mejor, parece que Petro con sus tuits es un productor y provocador de memes. Y por eso él y su Verónica son el show popular. A Duque le dolían los memes, ¿será que a Petro le gustan? Por ahora lo que pensamos de él se puede sentir en lo memes.
Si el sentido público emocional habita el meme, entonces el meme nos hace inteligentes a la masa a través de la risa-burla-ironía que despiertan el Presidente y su mujer. Y lo hace en el tono época, ese tonito de euforia-cínica-risueña.
Lo poderoso es que lo hace de modo directo en narrativa breve, fea, simple, concisa, contundente. Y lo hace usando criterios interpretativos del ecosistema cool-pop de las redes y la ficción televisiva y el divertimento digital. Por eso, sus marcos interpretativos se quedan en Los Simpson, Betty la fea y Protagonistas de novela.
Lo mejor es que son esa inteligencia emocional colectiva de la gente. Y nos permite leer la emoción común de una sociedad.
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Lo peor es que esa emoción común es racista y por eso le pegan tanto al diverso gay, afro, indígena, mujeres, venezolano, pobre. Lo perverso es que usa a Pablito como superhéroe de la venganza.
Parece que el meme es donde la gente se convierte en periodista de opinión. Pero se queda en la risa cínica de sus prejuicios, o ¿será que no?
Por ahora, político sin memes no es político.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión
Orincon61@hotmail.com

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