Alejandra Ávila, actriz de la telenovela Pa’ quererte, de RCN, habla de su personaje Milagros y de la importancia de resaltar a los papás en la televisión.
El personaje de Milagros (representando por Alejandra Ávila) en la telenovela Pa’ quererte, de RCN, tiene un papá muy mayor y una mamá un poco inestable, con la que no se sabe si está en sus momentos de razón o no, y hay que aprender a leerla.
Por lo anterior y porque Milagros piensa que la vida es conseguir un hombre que la mantenga, no hay una buena relación con sus padres.
Eso es en la ficción, porque en la vida real, Alejandra Ávila (nacida en Ibagué y de 30 años) siente que tuvo un gran regalo de la vida al trabajar con Luis Eduardo Arango y Alina Lozano, sus papás en la novela, dos de los actores más importantes de la televisión colombiana.
Con Arango la cercanía es muy importante, “porque es una persona muy generosa en las escenas, me ayudó mucho siempre. Y tiene un gran sentido del humor. A veces, grabando, teníamos que parar porque nos moríamos de la risa”.
Con Alina Lozano tuvo una relación mucho más cercana, que empezó el día de la audición para la novela, una de las más exitosas de RCN en el último tiempo, pese a que el año pasado se suspendieron las grabaciones por la pandemia, que se retomaron a finales del 2020.
“Nos habíamos visto en Retrato de una mujer (versión de La madre, para Telefutura), pero el día de esa audición la hicimos juntas y sentimos una gran cercanía. Yo no estaba segura de quedar elegida, porque de algún modo Milagros es un personaje de comedia, un género que no había hecho. Y al terminar, le dije a mi representante: ‘Así no quede, soy feliz por el casting que presenté’. El hecho fue que nos llamaron a las dos y he aprendido mucho de ella en este tiempo”.
Aprender le gusta. Hizo lo mismo con Katherine Vélez en Retrato de una mujer, donde ella fue su mamá. Para Ávila, es un oportunidad no solo de estar al lado de grandes, sino de talentos que enseñan y exigen.
A los 18 años, la tolimense llegó a Protagonistas de novela como la concursante más joven. Y pese a que fue la edición del reality que menos rating tuvo, fue una de las que más actores tiene hoy trabajando. “Ahí estuvieron Valentina Lizcano, Margarita Reyes, Alejandro Estrada y Juan Calderón, que hoy da clases”.
Y Ávila, al contrario de algunos exparticipantes que prefieren no hablar de su paso por este concurso, dice que le permitió empezar su carrera en la actuación. Ella se ha encargado de tomar cursos y talleres en México y Colombia, de clown, creación de personajes, expresión corporal y manejo de cámaras.
Su primer proyecto en televisión fue en La marca del deseo. Luego vinieron Don Bella, Sin senos sí hay paraíso, La primera dama y el protagónico de Nadie me quita lo bailao, una serie que no tuvo éxito en Colombia, pero sí en la televisión latina de Estados Unidos.
Allí representaba a Sandra, una joven que padecía cáncer y este hecho la afectó, a tal punto que tuvo que ir al médico para determinar que no padecía este mal. Ha sido, según cuenta, uno de los personajes más importantes de su carrera, por la exigencia con la enfermedad de su caracterización y por los cambios físicos que debió hacerse para lograr credibilidad. También actuó en la película Que viva la música. Ahora, con Milagros, muestra la rebeldía de ver cómo su papá, luego de separarse de su mamá, se enamora de una mujer mucho más joven que él.
“Esa mujer, Azucena (representada por Laura de León), era una de las mejores amigas de Milagros, y ella esperaba que ese papá (que es muy adulto) se consiguiera alguien de su misma edad y forma de vida”.
Además, de esa relación nueva de su papá llegan un par de gemelas, lo que la hace sentir desplazada, y pierde el control.
“Pa’ quererte es un tributo a esos hombres que trabajan y luchan por sus hijos, que son muchos, un trabajo que a veces no se ve
Esta Milagros, aunque es muy inteligente, “no quiere hacer nada, ni estudiar ni trabajar, su sueño es encontrarse un sugar daddy que le dé todo y lo busca afanosamente, con el problema que el que tenía ubicado termina en una relación con su mamá y esto la lleva a un punto de su vida terrible”, cuenta.
De Pa’ quererte resalta que es una producción pensada en mostrar la importancia de los papás en la vida.
En un país cuyas producciones han resaltado a la mujer y su talante, dejando al protagonista masculino muchas veces como un personaje de reparto, Pa’ quererte busca resaltar esa figura paterna.
“Es un tributo a esos hombres que trabajan y luchan por sus hijos, que son muchos, un trabajo que a veces no se ve. Con esta novela me he dado cuenta de que no son pocos los hombres enganchados con la historia, que se identifican con los personajes masculinos (además de Arango, representados por Sebastián Martínez, Carlos Camacho y Manuel Sarmiento), que son los protagonistas”, dice.
Y cuenta que tiene un conocido cercano, a quien su esposa lo dejó con tres hijos pequeños y ha tenido que asumir los dos roles para sacar a estos niños adelante.
Luego de terminar las grabaciones de Pa’ quererte, Alejandra Ávila se dedicará a su empresa de ropa cómoda para estar en casa. Ella, que prefiere no estar saliendo y menos en esta época, sigue adelante, además, con su faceta de empresaria, que también le gusta mucho, mientras llega otro personaje.
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