Hace 38 años, un hombre que tenía problemas con su vehículo en la Interestatal 24 Oeste en el Condado de Cheatham, en Tennessee, hizo un macabro hallazgo.
En marzo de 1985, unos restos óseos fueron descubiertos cerca de la orilla de un arroyo e iniciaron las investigaciones para identificar de quién era dicho cuerpo.
Los antropólogos forenses de la Universidad de Tennessee determinaron que los restos óseos eran de una mujer blanca y según el Departamento de Antropología de la Universidad de Tennessee, se calculó que la mujer llevaba fallecida entre dos y cinco meses antes del hallazgo de sus restos.
Los agentes del Buró de Investigaciones de Tennessee (TBI) empezaron a trabajar junto con la Oficina del Sheriff del Condado de Cheatham en la investigación de la muerte, pero tras agotar todas las pistas, los investigadores no pudieron determinar la identidad de la víctima, que fue clasificada como desconocida.
En su momento, hallaron, junto con los restos, una gorra y una camiseta que guardaron como evidencia.
Pero no fue sino hasta abril de 2018, que el Centro de Antropología Forense de la Universidad de Tennessee envió una muestra de los restos de la mujer al Centro de Identificación Humana de la Universidad del Norte de Texas (UNTCHI), como ha informado el TBI.
Allí se desarrolló un perfil de
ADN y se introdujo en el Sistema Combinado de Índices de ADN (CODIS) y en el Sistema Nacional de Personas Desaparecidas y No Identificadas con la esperanza de que la mujer fuera finalmente identificada.
En diciembre, en el marco de la Iniciativa sobre ADN de restos humanos no identificados, los agentes enviaron una muestra de los restos de la mujer a Othram, Inc, un laboratorio privado con sede en Texas, para que realizara pruebas genealógicas forenses de ADN.
Los científicos proporcionaron información sobre posibles parientes relacionados con la mujer y un analista de inteligencia del TBI utilizó esa información para localizar a posibles familiares en Virginia.
Los agentes se pusieron en o con una de las personas y confirmaron que tenía una hermana de la que no sabía nada desde hacía más de cuatro décadas.
Los agentes obtuvieron un patrón de ADN del hombre para compararlo con el de la víctima utilizando genealogía genética forense.
A principios de este mes, Othram, Inc. identificó positivamente a la mujer como Michelle Lavone Inman, nacida el 17 de abril de 1961, en Nashville.
Ahora, con un nombre, los investigadores consideran que es posible encontrar más información para resolver este crimen de hace décadas.
"Alguien siempre ve algo o sabe algo o está involucrado de alguna manera y lo que necesitamos es que esas personas den un paso al frente en este momento", mencionó un agente del Buró de Investigación de Tennessee en una rueda de prensa.
Ahora, los agentes especiales del TBI esperan que la ciudadanía pueda aportar información que ayude a resolver el asesinato de esta joven, cuya vida fue arrebatada a los 24 años.
Buscan datos sobre las personas con las que Michelle Inman pudo haber estado antes de su muerte, o que si alguien reconoce alguna prenda de la escena del crimen pueda señalar a un posible responsable.
LAURA ALEJANDRA ALBARRACÍN RESTREPO
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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