Es común en el mundo laboral que los empleados se vean obligados a firmar un contrato de confidencialidad, en el que se comprometen a no revelar información sobre sus contratistas o sus clientes que prefieren discreción en sus negocios.
Sin embargo, hay algunos de estos que pueden ir más allá de lo ético y lo moralmente correcto, y cuando se trata de una empresa muy grande, como Amazon, y especialmente cuando hay una demanda de por medio, esto se vuelve una polémica internacional.
La demanda a Jeff Bezos
Según múltiples medios norteamericanos, una mujer llamada Mercedes Wedaa, que fue contratada por
Jeff Bezos, creador y dueño de Amazon, en 2019, como empleada del servicio en su mansión de Seattle,
habría demandado a mediados de este año al magnate por “condiciones de trabajo inseguras y poco saludables”. Además, dice haber sido sujeta de discriminación racial por otros empleados.
Expone la demanda impuesta por la mujer que no había ningún área de descanso asignada para los trabajadores, y tampoco un baño con fácil accesibilidad. Trabajaban de diez a doce horas sin descansos para comer o reposar, y Wedaa afirma que muchos desarrollaron infecciones urinarias.
Según ‘GeekWire’, el documento de la demanda dice que a Wedaa, así como a otros empleados, se les prohibía el a un baño cercano al cuarto de seguridad, por lo que debían escalar y salir por la ventana del cuarto de ropas para ir al baño. Wedaa denuncia que ningún empleado tenía permitido entrar a la casa mientras Bezos y su familia estaban dentro, a menos que fuera para limpiar.
El abogado de la mujer, Patrick Leo McGuigan, expuso que Wedaa era una clienta “extremadamente creíble”, pues llevaba más de 18 años trabajando en el sector del servicio doméstico con familias de alto perfil y grandes riquezas, y nunca había tenido problemas.
Por otro lado, el abogado de Bezos anunció, como contraargumento, que Mercedes era responsable de organizar sus propios tiempos de descanso y comida, y que no había suficientes pruebas para considerar ciertas las alegaciones. Además, denunció que Wedaa había pedido a Bezos nueve millones de dólares tras su despido, antes de hacer la demanda. Por esto, el caso fue abandonado.
El acuerdo de confidencialidad
En las últimas semanas, se reveló un acuerdo de confidencialidad de 22 páginas de longitud que Wedaa se vio obligada a firmar antes de aceptar el trabajo, lo que volvió a dar luz pública a la demanda de Wedaa.
El documento fue filtrado por el medio ‘Business Insider’, y estos son algunos de los puntos principales que agrupaba el contrato.
- Prohibición completa de hablar con medios o cualquier otra persona sobre las intimidades de la casa.
- Restricciones a la hora de hablar de Jeff Bezos y de su familia, sea con quien sea.
- Duras sanciones en caso de que se pruebe que la empleada filtraba información a medios de comunicación a cambio de dinero.
- Un particular acuerdo en el que, si la empleada creaba contenido relacionado con la vida de Bezos, como crónicas, memorias escritas o un documental, el magnate podría comprar los derechos por la nimia suma de 10 dólares (aproximadamente $50.000 COP).
“Este tipo de acuerdo es común entre celebridades que buscan proteger su imagen y su reputación”, dijo Evan Starr, profesor de la Universidad de Maryland y experto en el tema. “Este acuerdo es, de hecho, notablemente menos punitivo que muchos otros impuestos por incluso personalidades televisivas de nivel medio”, argumentó Vincent White, abogado de empleo de Nueva York.
Sin embargo, la obsesión con la privacidad de Bezos hace dudar a muchos acerca del veredicto del tribunal y vuelve a poner sobre la mesa las alegaciones de su exempleada, pues puede haber muchas cosas que, por el acuerdo, no pudo decir.
ALEJANDRO VICTORIA TOBÓN
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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