El orégano, una planta aromática de la familia Lamiaceae, se ha utilizado tradicionalmente tanto en la cocina como en la medicina natural. Esta planta, que se puede cultivar en ambientes cálidos, se encuentra comúnmente en huertos, jardines y hasta en macetas dentro de los hogares.
Aunque su uso más conocido es como condimento en platos como la pizza, el orégano tiene una amplia variedad de aplicaciones culinarias, incluyendo el aderezo de carnes, salsas, pastas y más. Sin embargo, su influencia no se limita solo al ámbito gastronómico.
Desde tiempos antiguos, el orégano ha sido estudiado por sus propiedades antioxidantes y antimicrobianas. Este alimento es particularmente rico en vitaminas A, C, E y K, además de contener minerales esenciales como hierro, magnesio, calcio y potasio. También es una excelente fuente de fibra, lo que contribuye a una mejor digestión.
La presencia de compuestos como el carvacrol y el timol, que poseen propiedades antibacterianas, hace que el consumo de orégano sea beneficioso para prevenir infecciones estomacales, combatir parásitos digestivos y reducir espasmos. Según la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería, estos efectos pueden ser notables en el sistema digestivo.
Además, su contenido de flavonoides y ácidos fenólicos le confiere propiedades antioxidantes, que según un artículo de la Asociación Ecológica de la Sierra Picachos, A.C., "retrasa el envejecimiento celular y fortalece todos los sistemas del organismo, especialmente el inmunológico".
Para aprovechar estos beneficios, una de las mejores formas de consumir orégano es en infusión, que se puede preparar hirviendo un puñado de hojas secas en agua.
Se recomienda consumirlo en infusión para obtener sus beneficios antioxidantes. Foto:iStock
A pesar de los beneficios mencionados, el orégano no está exento de precauciones. Aunque no existen pruebas científicas que respalden la idea de que su consumo sea peligroso, se recomienda tener precaución en ciertos grupos de personas. Según Medline Plus, el consumo de orégano no debe superar las dos cucharadas diarias en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
Por otro lado, el orégano puede ocasionar reacciones alérgicas en personas sensibles a otras plantas de la familia Lamiaceae, como la lavanda, la albahaca, la menta o la salvia. Además, su consumo debe ser limitado en personas con heridas recientes o que hayan pasado por cirugías, ya que podría aumentar el riesgo de hemorragias.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de un periodista y un editor.
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