El líder de la secta supuestamente responsable de persuadir a unas 430 personas en el sur de Kenia para ayunar hasta la muerte en un intento de encontrarse con Jesucristo, Paul Mackenzie, inició una huelga de hambre mientras está detenido desde el 14 de abril, lo que llevó a un tribunal keniano a ordenar su hospitalización.
El abogado de Mackenzie, Wyckliffe Makasembo, argumentó ante el Tribunal de Justicia de Mombasa que la prolongada detención de su cliente constituye una violación de sus derechos humanos, destacando que "la prisión no es un hotel donde uno puede darse el lujo de quedarse durante mucho tiempo".
Mackenzie y otros 94 coacusados manifestaron su debilidad física, impidiendo su comparecencia ante el tribunal según lo programado, lo que requirió su traslado en sillas de ruedas y arrastrados hasta el tribunal.
La corte ordenó su hospitalización para recibir atención médica, ante la oposición de la Fiscalía keniana a su liberación, argumentando la falta de domicilio fijo y el riesgo de fuga o intimidación a los testigos.
Los acusados enfrentan cargos que incluyen terrorismo, asesinato de 191 niños y homicidio involuntario de al menos 238 personas, relacionados con la "masacre de Shakahola" en la que se encontraron los cadáveres de los seguidores de Mackenzie en fosas comunes y tumbas en el bosque de Kilifi.
El líder religioso supuestamente convenció a sus seguidores de ayunar hasta la muerte para encontrarse con Jesucristo, resultando en autopsias que revelaron signos de inanición, estrangulación y asfixia en los cuerpos.
El líder religioso supuestamente convenció a sus seguidores de ayunar hasta la muerte para encontrarse con Jesucristo, resultando en autopsias que revelaron signos de inanición, estrangulación y asfixia en los cuerpos.
Mackenzie fue arrestado el 14 de abril y ha permanecido detenido con otros coacusados, siendo designada su secta, la Iglesia Internacional de la Buenas Nuevas, como un grupo criminal organizado por el Ministerio de Interior de Kenia el 31 de enero.
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*Este contenido fue reescrito con asistencia de una inteligencia artificial basada en información de EFE y contó con la revisión de la periodista y un editor.