Un viaje por la música sacra y alienígena de Las Áñez

Este duo se niega a casarse con un solo género, más bien buscan crear una atmósfera con sus voces.

Las Áñez se presentarán el próximo 27 de octubre en Rock al Parque en el escenario Bio a las 5:40 p.m. Foto: Prensa Las Áñez

Actualizado:
Juanita y Valentina Áñez son dos gargantas de las que emana una sola voz. En sus conciertos la gente no grita, no salta, más bien se dejan arrastrar por la corriente que estas gemelas construyen en cada una de sus canciones. Para ellas no es necesario tener una orquesta sinfónica que sostenga su música. Con un looper, un cuatro y uno que otro pequeño instrumento o juguete que tengan a la mano es más que suficiente, como lo podrán confirmar los que asistan a su presentación en esta edición de Rock al Parque, el próximo 27 de noviembre.
Esta atmósfera de escucha atenta se la deben a su padre, Eduardo Áñez, cuya pasión por la música las empujó por este camino. Ambas lo recuerdan poniendo las canciones de Violeta Parra o Mercedes Sosa siempre con el mismo ritual. Agarraba un disco, lo ponía a sonar y se sentaba a escucharlo sin hacer nada más. Esa sensibilidad la heredaron ellas y la recrean cada vez que se suben a un escenario.
Desde hace nueve años que hacen música bajo el nombre de Las Áñez y con cada álbum han querido expandir más los límites creativos de este proyecto musical, por lo que no es nada fácil clasificarlas dentro de un solo género, aunque algunos de los artistas con los que han trabajado lo han intentado. Kevin Johansen, por ejemplo, dice que son unas ‘desgeneradas’, y Andrea Echeverri afirma que hacen “música sacra, pero como del espacio y del futuro”.
Esa extrañeza en la creación de sus tres álbumes –‘Silbidos’ (2014), ‘Al aire’ (2017) y ‘Reflexión’ (2020)– las ha llevado a los oídos de muchas personas dentro y fuera de Latinoamérica. Al entrar a su estudio lo primero que se ve son dos mapas: uno de Colombia y otro del mundo. Sobre ellos, Valentina y Juanita han puesto pequeñas banderas que muestran los territorios que han conquistado con su música. Desde Honda y Sincelejo hasta São Paulo y Berlín. No ha sido fácil construir un público para un proyecto tan distinto, pero cada vez más gente le da una oportunidad a su arte.
Escuchar a Las Áñez es sumergirse en un caudal de voces idénticas que se entretejen en armonía con sus instrumentos; un balance perfecto entre la simetría y el contrapunto.

Desde muy jóvenes compartieron ese espacio musical. ¿Cómo se diferencia crear música con una gemela de crear con otro músico cualquiera?

Juanita: Muchas veces ya se da por hecho alguna respuesta. Cuando uno se junta a hacer música, siempre está la duda de por qué lado coger. Nosotras, en cambio, nos conocemos tanto que muchas veces es obvia la ruta que queremos tomar.
Valentina: Además, tenemos la voz parecida, y para la música eso es muy útil. Nuestras voces compaginan muy bien y podemos jugar a contrastarlas con más fluidez que, por ejemplo, una persona que tiene un timbre o un color de voz muy diferente del de la persona con la que va a cantar.

¿Cómo es su proceso de creación?

J.: Normalmente nos reunimos en las mañanas. Ese momento es muy importante para juntarnos a crear o a ensayar el concierto que tengamos pronto. Además, es el momento del día en el que tenemos más lucidez.
V.: Para la composición lo que hacemos es que cada una lo hace por separado. Entonces pasa mucho que alguna llega con una canción terminada o casi terminada con los acordes en piano o en guitarra, y lo que hacemos juntas es hacer que suene a Las Áñez, que es un formato sin esos instrumentos. Y bueno, en eso cada una tiene sus mañas; por ejemplo, a mí me gusta más empezar por la melodía, mientras que a Juanita le gusta más empezar por la letra.

La primera canción que escribieron fue ‘Semillas’, hace más de diez años. ¿Cómo ven esa primera canción ahora que han sacado tres álbumes y han colaborado con tantos músicos dentro y fuera de Latinoamérica?

J.: Increíblemente, siempre hemos sido muy cercanas a esa canción y nos fluye mucho cantarla en vivo. Creo que es porque tiene esa atmósfera que nos atrapó. Gracias a ella, ambas dijimos: “Deberíamos seguir haciendo esto”.
V.: Sí, se escucha muy diferente con respecto a los nuevos lanzamientos. Ahí sí se notan los años, porque ahora nos aliamos con dos productores para buscar unos sonidos más digitales que ‘empujen’ un poco más. Jugar con el sonido siempre nos ha llamado muchísimo la atención y eso se ve en las nuevas canciones, queríamos incorporar nuevos sonidos a la onda de crear una atmósfera con voces.

Uno de sus últimos sencillos fue ‘Como si fuera yo’, que sacaron con Lido Pimienta, ¿cómo fue el proceso de creación de esa canción?

J.: La compuse pensando en esos pensamientos que uno no quiere, que le estorban, pero que a veces terminan manipulándonos. Cuando la traje eran apenas unos acordes y una melodía con el teclado, y a Valentina se le ocurrió hacerle esos efectos con la voz que terminaron convirtiéndose en la personalidad de la canción.

¿Y Lido Pimienta en qué momento llegó?

J.: Nosotras casi la lanzamos sin Lido, eso fue una coincidencia increíble.
V.: En el concierto Equal, de Spotify, estábamos haciéndole coros a Andrea Echeverri, y Lido nos invitó a cantar con ella ‘Nada’.
J.: Ya habíamos visto que ella estaba compartiendo nuestra música en sus redes, pero fue ese día cuando nos conocimos personalmente. Y nos dijo: “Yo voy a estar aquí unos días, ya verán ustedes qué”, y de una pensamos en Como si fuera yo. Nosotras tenemos un pequeño ritual de imitar la voz que creemos le falta a una canción, y en este caso encajaba perfecto.
V.: Ella entonces llegó con su micrófono, grabó y le sonó increíble. Es una persona que no planea nada, es muy espontánea, y fue esa espontaneidad lo que quedó en la canción.

Ustedes utilizan muchos elementos no convencionales para poder crear esa atmósfera. ¿Cómo identifican lo que necesita una canción?

V.: Hay algunas canciones que suenan huecas porque les falta alguna frecuencia. Nosotras pensamos mucho así por lo que no somos cantautoras tradicionales de guitarra y voz. Como tenemos un formato no convencional que a veces es solo voces o un teclado que hace líneas mínimas, buscamos qué puede rellenar esas otras frecuencias que le hacen falta.
J.: Sobre todo durante nuestros primeros discos lo hacíamos con lo que teníamos a la mano. Decíamos: ‘Aquí necesito un sonido celestial’ y buscábamos algo brillante, como una campanita. También muchas veces hacíamos efectos con la voz. Siempre era con cosas que teníamos en la casa, excepto en el caso de las tres canciones que lanzamos este año, porque ahí contamos con dos amigos productores que pudieron incorporar varios elementos a la música.

¿Atreverse a utilizar todos estos elementos para hacer música alguna vez les ha traído problemas?

V.: Tengo el recuerdo de un concierto en Alemania en el que nos aventuramos a ir sin ningún apoyo técnico y eso no salió nada bien, porque nuestra música, al no ser con instrumentos convencionales, requiere un apoyo técnico especial. No es lo mismo amplificar una guitarra que un pedal de loops. Y hacer que los golpes al micrófono suenen bien y que los brillos funcionen y demás es una tarea difícil. Entonces ese fue un golpe duro, pero también nos hizo darnos cuenta del enorme apoyo que tenemos en Colombia y que aún nos faltaba construir afuera.

Con respecto a eso, ¿cómo ha sido esa acogida dentro y fuera de Latinoamérica?

J.: En realidad, a pesar de ese caso, la acogida ha sido muy buena. Recuerdo que nuestro primer concierto fuera de Colombia fue en Uruguay. Nos invitaron a un festival de cantautores, nosotras apenas estábamos empezando el proyecto y cuando estábamos tocando nos dimos cuenta de que la gente se sentía muy conectada con nuestra música. Nosotras llegamos sin muchas expectativas, y el público al final se puso de pie y fue muy emocionante para ser nuestra primera presentación afuera del país.

Cuando tienen que responder rápido, ustedes dicen que hacen “nueva canción latinoamericana”, pero su música va mucho más allá de eso. ¿Cuáles son los retos de no casarse con un solo género?

J.: Comercialmente no es bueno.
V.: Hoy en día, sí, pero hace unos años era más difícil. Por ejemplo, al Estéreo Pícnic le interesó llevar esta música rara.
J.: Bueno, es cierto. Pero yo entiendo que para un programador es difícil decir: ‘¿Y ahora en qué franja meto a estas niñas?’. Lo cierto es que no siempre fue así, porque antes estábamos mucho más encasilladas como world music porque sonábamos mucho más a folclor. Ahora seguimos teniendo mucho de eso, pero nuestro concierto se ha diversificado más. Además, no se llama ni siquiera fusión, porque fusión es tal con tal y nosotras somos más un revuelto. Pero es chévere porque, afortunadamente, no hemos estado tomando decisiones según el mundo comercial, sino según la música que vamos sintiendo y que nos va gustando en el momento.
V.: La otra dificultad es que nuestro proyecto no se casa con ninguna fórmula. Y creo que esa es una actitud muy vanguardista que seguramente aprendimos en la universidad estudiando el jazz. Tenemos esa actitud de explorar y de sorprendernos a nosotras mismas, lo cual ha servido para cultivar un público que también se quiere sorprender.

¿En qué medida creen que su música está atravesada por el feminismo?

J.: No ha sido un norte consciente en realidad, pero sí nos hemos dado cuenta a lo largo de todos estos años de que la experiencia femenina sí ha atravesado la forma como abordamos algunas canciones. Sobre todo De curvo cuerpo, que la escribió Valentina.
V.: Sí, esa en realidad es nuestra única canción específicamente feminista porque la lanzamos el Día de la Mujer y habla de los estándares de belleza sobre nosotras. Es muy bonito porque eso nos ha abierto espacios para compartir con otras mujeres y nos han felicitado mucho por estar al frente de este proyecto tan diferente que, además, no depende de nuestra sensualidad. Y eso no digo que esté mal, sino que nos alegra no tener que depender de eso para poder sacar adelante nuestro proyecto.

Más noticias A Fondo

SANTIAGO GÓMEZ CUBILLOS
Escuela de periodismo multimedia EL TIEMPO

Sigue toda la información de Cultura en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

Conforme a los criterios de

Saber más
Mis portales

¡Notamos que te gusta estar bien informado!

¡Notamos que te gusta

estar bien informado!

Para continuar leyendo, si ya eres suscriptor:

En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí