Pelé, quien falleció este jueves 29 de diciembre, no tiene doble, nadie se le parece, nadie hace lo que él hizo, nadie podía compararse con él. Su derroche de gambeta iluminó estadios, y los ojos de los espectadores de esa fantasía.
Su esplendor en la hierba de los estadios, es una forma de la inmortalidad, así lo dijo, en un hermoso texto dedicado a él, el escritor uruguayo Eduardo Galeano.
Galeano, uruguayo, hombre de letras y de fútbol, y de letras de fútbol, escribió las más bellas historias, cortas, de los héroes de la cancha, todas expresadas en el libro El Fútbol a sol y sombra.
Pelé es un artista recurrente, aparece en varias páginas de ese memorable libro. Pero hay dos textos especiales que van dedicados a él.
Galeano, sobre Pelé, dijo: "Cien canciones lo nombran. A los diecisiete años fue campeón del mundo y rey del fútbol. No había cumplido veinte cuando el Gobierno de Brasil lo declaró tesoro nacional y prohibió su exportación. Ganó tres campeonatos mundiales con la Selección brasilera y dos con el Club Santos. Después de su gol número mil siguió sumando. Jugó más de mil trescientos partidos en ochenta países, un partido tras otro a ritmo de paliza, y convirtió casi mil trescientos goles. Una vez detuvo una guerra: Nigeria y Biafra hicieron una tregua para verlo jugar".
Pelé fue uno de los jugadores que más conmovió a Galeano, por su juego, por sus goles, por su personalidad. Galeano así lo escribe.
Fotografía de la camiseta con la que Pelé marcó el primer gol de Brasil en la final del Mundial de 1970 ante Italia, parte de la exposición "Pelé 80 - El rey del fútbol" que abre sus puertas en el Museo del Fútbol de Sao Paulo (Brasil). La exposición hace un repaso a la biografía de Edson Arantes do Nascimento. Foto:EFE
"Cuando Pelé iba a la carrera, pasaba a través de los rivales como un cuchillo. Cuando se detenía, los rivales se perdían en los laberintos que sus piernas dibujaban. Cuando saltaba, subía en el aire como si el aire fuera una escalera. Cuando ejecutaba un tiro libre, vales que formaban la barrera querían ponerse al revés, a la meta, para no perderse el golazo".
El escritor se rinde ante el astro que lo inspira.
"Pero quienes tuvimos la oportunidad de verlo jugar hemos recibido ofrendas de rara belleza: momentos esos tan dignos de inmortalidad que nos permiten creer que la inmortalidad existe".
Además, Galeano describe de manera maravillosa, en otro texto, cómo fue el famoso gol 1000 en la carrera del astro brasileño anotado a Vasco.
"Pelé y el arquero, Andrada, estaban solos. A solas, esperaban. Pelé, parado junto a la pelota en el punto blanco de penal. Doce pasos más allá, Andrada, encfogido, al acecho, entre los palos. el guardamenta alcanzó a rozarla, pero Pelé clavó la pelota en la red...".
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