En el amplio, nutrido y a veces ‘oscuro’ mundo del carro usado hay de todo para escoger: algunos todavía con olor a nuevo, o ‘viejos’ muy bien conservados; los ‘envenenados’ en donde le tratan de meter ‘gato por liebre’, y con los que más cuidado hay que tener. Y están los de salvamento.
¿Qué es un carro de salvamento? Es un vehículo que de acuerdo con el mecanismo de tasación de la compañía aseguradora, supera el costo de reparación. Es decir, que al evaluar los daños y el valor de los repuestos a cambiar después de un siniestro, le resulta más costoso repararlo, lo declara como pérdida total o de mayor cuantía.
De acuerdo con las políticas de las aseguradoras, estas deciden si lo sacan a subasta como salvamento, o lo desintegran. Los carros de salvamento son los que han sufrido un accidente, como choques, volcamiento, incineración, robo parcial o total, o inundación.
Hay dos situaciones puntuales, en caso de inundación, si se repara bien, se puede vender a un tercero y técnicamente no se afecta. Si es incineración hay que cancelar la matrícula y enviarlo a desintegración física.
Un carro es declarado en pérdida total cuando los costos de sus repuestos o su reparación luego de un accidente es más cara para la compañía aseguradora. Foto:Archivo EL TIEMPO
En algunos casos los carros siniestrados se desarman y sus partes en buen estado son contramarcadas y vendidas a precios más económicos. Foto:Archivo EL TIEMPO
En el país hay empresas con amplia trayectoria dedicadas a recuperar salvamentos, talleres que los compran, los reparan y los venden como salvamento, aclarándoles a los compradores que no son asegurables (dato a tener en cuenta)”. No obstante, hay compañías que, previa inspección, sí los aseguran pero no con los mismos porcentajes de cobertura de un carro ‘normal’.
En este negocio están los llamados ‘pasamanos’, que son personas que venden el vehículo en el estado en que lo recibieron, solo se ganan una comisión y los venden para que otro los repare. Y hay otro grupo de compradores, que son el ‘uno a uno’, que compran un vehículo y lo reparan por su propia cuenta para luego venderlo y entrar al negocio, o lo dejan para su uso personal.
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