A veces los nombres dicen mucho, o no dicen nada o no tienen un significado definido (Corolla, Celica, Astra, Vectra), y pueden provenir de palabras o fusiones entre estas. Uno de los más curiosos es el del Renault Twingo, cuyo nombre es la fusión de ‘twist’ y ‘tango’.
Pueden evocar conceptos como libertad o aventura, o que toman literalmente estas palabras, como Jeep Liberty, Ford Explorer Aventura o Fiat Idea Adventure; o vinculados a estos, como Free Lander de Land Rover; Com de Jeep.
Otros sugieren diversión como Fiesta de Ford; exotismo, Tuareg de VW; exclusividad, Sovereign (‘soverano’ en inglés) de Jaguar; arte, Picasso de Peugeot, o deporte, como los casos de los VW Golf y Polo.
Otras marcas no se complican y bautizan sus modelos combinando letras y números, entre estas están Audi (A1, A3, A4, A5, A6, A7, A8); Citroën (C1, C2, C4, C5) o Peugeot (208, 308, 408, 508).
El Audi SQ7 tiene motor de gasolina V8 cilindros con inyección directa. Foto:Página oficial de Audi
En conclusión, hay tres alternativas para ‘bautizar’ los carros: nombres descriptivos o palabras reales; sugerentes o compuestos, y nombres abstractos, que son palabras inventadas que no tienen un significado.
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