La educación superior ha sido uno de los sectores más afectados por la pandemia, especialmente por los cierres que generó en las instituciones, las cuales tuvieron que migrar de la noche a la mañana hacia la virtualidad, tanto en su operación académica como istrativa.
Si bien las universidades, en su gran mayoría, ya están 100 por ciento en presencialidad en todo el país, cumpliendo de manera estricta con los protocolos de bioseguridad en las aulas y los campus, lo cierto que es que en el ambiente académico quedó la incógnita de si los procesos de certificaciones de calidad, mejor conocidos como acreditaciones de instituciones y programas, se vieron afectados a raíz de la virtualidad o, al contrario, siguieron su curso sin mayor dificultad.
Al consultar al Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (Snies), del Ministerio de Educación Nacional (MEN), se encuentra que 21 Instituciones de Educación Superior (IES), entre el 2020 y el 2021, años en los que se desarrolló con mayor fuerza la pandemia, adelantaron algún proceso de acreditación, bien sea para obtener por primera vez esta certificación de calidad o para renovarla. Así mismo, 425 programas académicos de pregrado realizaron este proceso.
Proceso en medio de la virtualidad
Una de las instituciones que realizó su proceso de acreditación durante la pandemia fue la Universidad Simón Bolívar. Su directora de Autoevaluación Institucional, Vilma Cabarcas Alonso, señala que este trabajo, que involucró directivos, docentes, funcionarios y de hecho también a un par de estudiantes y graduados, entre otros, se hizo de manera virtual sin mayor inconveniente.
“Al inicio hubo incertidumbre por la importancia que representa la acreditación para la Universidad y la pregunta esencial giraba en torno a si virtualmente se podría dar cuenta de todos los avances logrados por la institución y cómo dar a conocerlos, especialmente en el factor de infraestructura y el recorrido institucional virtual. Sin embargo, las orientaciones brindadas por el Consejo Nacional de Acreditación (CNA) fueron fundamentales en la preparación de la visita y, por lo tanto, en el impacto positivo en los procesos de autoevaluación de programas académicos”, comentó.
Si bien Cabarcas reconoce que al inicio el proceso fue lento mientras se asimilaba el cambio de paradigma y la Unisimón se documentaba en las nuevas formas de actuación ante las visitas de evaluación externa, se logró la participación de todos los entes durante la visita institucional y de programas, las cuales fueron alrededor de 10 visitas de evaluación externa y dos de ellas a nivel internacional.
Así mismo, la Universidad de Antioquia comentó que sus procesos de acreditación y demás certificaciones de calidad se realizaron sin mayores contratiempos. Señaló que “se utilizaron otras estrategias para la comunicación y los encuentros. La pandemia potenció particularmente las asesorías y reuniones virtuales. Se contó con asesores, tanto para los procesos de autoevaluación de pregrado como de posgrados y a nivel institucional”.
“Con el objetivo de acercar a la comunidad al proceso de autoevaluación institucional (clave para renovación de la acreditación de la UdeA), en la pandemia se potenciaron los encuentros virtuales con los coordinadores de autoevaluación. Si bien las asesorías se pudieron continuar, para los programas académicos implicó una reorganización en la obtención de la información. Se tenía la ventaja de que varias dependencias contaban con varios datos en la nube, lo cual permitió que los programas pudieran recopilar información solicitada”, explicó Elvira María González, vicerrectora de Docencia de la Universidad de Antioquia.
De otra parte, Carlos Rico, director de Programas Académicos de la Pontificia Universidad Javeriana, dijo que el sistema interno de aseguramiento de la calidad de la institución se ha mantenido en operación permanente, incluso durante la emergencia sanitaria. “Desde luego, los procesos de acreditación en alta calidad han seguido desarrollándose dentro de las proyecciones establecidas periódicamente”, asegura.
En cuanto a la acreditación de alta calidad a nivel institucional, vale la pena resaltar que la Javeriana ya había completado su ejercicio de autoevaluación institucional y recibió la visita de pares antes de la pandemia.
Finalmente, la Universidad del Rosario, a través de Sergio Pulgarín, vicerrector de la Institución, dijo que, en el marco de la pandemia, esta alma mater continuó con sus procesos de acreditación y los cambios implementados radicaron fundamentalmente en la forma de organización de los talleres de valoración.
“En este sentido, haciendo uso de las herramientas tecnológicas como Zoom, se desarrollaron las jornadas de valoración a través de sesiones programadas mediante dicha herramienta, en donde se garantiza la representatividad de todos los actores de la comunidad académica, se hicieron trabajos en subgrupos y se concertaron los juicios de valor cuantitativos y cualitativos, así como, la identificación de fortalezas y debilidades. Las instancias de socialización, aprobación y aval definidas en el sistema interno de aseguramiento de la calidad para estos procesos, igualmente siguieron sesionando de manera periódica y sin inconvenientes a través de sesiones virtuales y se mantuvo la aplicación de instrumentos de percepción (encuestas y grupos focales) a través de herramientas de aplicación y participación en línea que no demandaban de la presencialidad para desarrollarse”, afirmó.
Pulgarín enfatizó en que ningún proceso (renovación de acreditación o nuevas acreditaciones) se suspendió a raíz de la no presencialidad, especialmente gracias a la implementación de las TIC.