En una audiencia realizada ante un juzgado de Cundinamarca, la Fiscalía General de la Nación sostuvo su hipótesis de que Jorge Enrique Pizano, el excontroller de la Ruta del Sol II, murió de manera por natural, y no por el consumo de cianuro asociada a un homicidio.
Igualmente, consideró que la muerte de su hijo Alejandro se dio como consecuencia de la acción de su padre de dejar una botella con esa sustancia encima de su escritorio.
El ingeniero Pizano murió el 8 de noviembre de 2018, y por ese suceso se abrió una investigación a nivel penal que terminó cerrándose. Sin embargo, la intención de su familia es que la justicia la reabra, pues ellos consideran que hay elementos que faltan por tenerse en cuenta.
En su intervención de este viernes, el ente acusador retomó las declaraciones que en su momento dio el Instituto Nacional de Medicina Legal, al indicar que Pizano falleció producto de un infarto fulminante.
En la audiencia la Fiscalía presentó fotos en las que se observa a Pizano comprando botellas de agua de la misma marca en la que se encontraba el cianuro que acabó con la vida de su hijo.
Para el ente acusador no hay evidencias de que otra persona hubiera intervenido en la manipulación del agua o la dejara en la casa de la familia Pizano a la que sólo tenían los integrantes del núcleo familiar.
El fiscal del caso sostuvo que legalmente el ente acusador tiene la facultad de pedir la preclusión de las investigaciones. Enfatizó que "está probada" la muerte de natural de Jorge Enrique Pizano y que así lo determinaron peritos expertos. Uno de los dictámenes, presentado en la audiencia, señala que en su cuerpo no se encontraron evidencias sobre el consumo de sustancias tóxicas que hubieran llevado a su muerte.
Además presentó la declaración del personal médico que atendió a Pizano en el centro asistencial de Subachoque al que fue llevado que señaló que en principio la causa de la muerte pudo ser por un infarto agudo o una enfermedad cerebrovascular, pero que solo un dictamen de peritos expertos daría una conclusión definitiva.
De otro lado las autoridades evidenciaron tras una investigación que Alejandro, uno de los hijos de Pizano, murió 48 horas después de su papá al beber accidentalmente agua de una botella que contenía cianuro. Si bien él se dio cuenta de que el agua sabía raro, no alcanzó a expulsarla toda y su salud se complicó. La botella estaba en el escritorio de su papá.
El fiscal del caso señaló en la audiencia, que en el ático de la casa de la familia se encontró en una inspección judicial autorizada por la familia "un pote de cianuro" y que Jorge Enrique Pizano había expresado ideas suicidas y que incluso hablado de la posible utilización de una sustancia como el cianuro.
sostuvo que la botella con cianuro, tenía el ADN de Jorge Enrique y que los testigos en poder de la Fiscalía señalan que fue dejada el 8 de noviembre en el el lugar en donde su hijo la encontró el 11 de noviembre.
Enfatizó que Jorge Enrique no tuvo la intención de hacerle daño a ningún integrante de su familia: "murió repentinamente y lamentablemente la botella quedó en su escritorio" de donde la tomó su hijo Alejandro.
"No existe una persona distinta a Jorge Enrique Pizano que haya sido quien colocó la botella allí, por eso la Fiscalía reitera que no hay una salida distinta a que se decrete la preclusión de la acción penal", dijo e fiscal del caso.
Jorge Enrique Pizano falleció después de sufrir un infarto. Foto:Archivo particular
Esa hipótesis es contraria a la de la familia, la cual ha insistido a través de su abogado, el penalista Miguel Ángel del Río, que la muerte del excontroller no fue natural. La ampliación de esa versión la hará el abogado cuando intervenga ante el despacho del juez que lleva el caso.
Si bien su declaración estaba programada para este 29 de septiembre, la Fiscalía se tomó más de cinco horas en su versión, por lo que Del Río tendrá la palabra el próximo 24 de noviembre. De acuerdo a la explicación que el penalista le dio a este diario, durante todo ese día va a referirse a una prueba que a su juicio contradice la versión de la Fiscalía.
Miguel Ángel del Río, apoderado de Armando Benedetti. Foto:Archivo particular
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