En el Centro de Psicomotricidad ubicado en el Centro Felicidad (CEFE) El Tunal, Tiago Aguilar Rodríguez corría evadiendo diferentes obstáculos, saltaba unas cuerdas y agarraba las pelotas del color que indicaba la profesora de este centro. Su abuela, Amparo Osorio, lo acompañaba durante las clases que le ayudan a mejorar su habilidades motoras.
El niño tiene tres años y para su abuela el cambio de actitud que ha tenido Tiago es de irar. “El niño ha aprendido mucho en el Centro de Psicomotricidad, porque se nos estaba quedando, en el sentido de los juegos. No se desempeñaba bien, no movía correctamente las piernitas ni caminaba bien. Si salía corriendo, se caía. No saltaba. Y mírelo hoy, corre y brinca. Él aquí está muy adelantado”, señaló su abuela Amparo.
Ella se turna con su hija y su yerno para traer al pequeño a las clases que recibe los martes y jueves, de 10:30 de la mañana a mediodía en el CEFE El Tunal.
En la pandemia a todos nos tocó encerrarnos y para los niños fue más duro porque sin poder salir al parque ni nada, entonces no estaba viviendo la etapa de socialización
Como este, el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) habilitó otros nueve Centros de Psicomotricidad, localizados en parques de la ciudad: San Cristóbal (San Cristóbal), Virrey (Usme), Autopista Sur (Bosa), Cayetano Cañizares y Gilma Jiménez (Kennedy), La Serena (Engativá), CEFE Fontanar Del Río (Suba), Renacimiento (Mártires) y Ciudad Montes (Puente Aranda).
Los papás de Tiago se enteraron de los Centro de Psicomotricidad por medio de la página web del IDRD y en el primer semestre de este 2021 lo inscribieron para recibir sus clases. Otro de los puntos positivos que destacó Amparo, la abuela de Tiago, es que el niño ha mejorado sus habilidades de socialización:
“En la pandemia a todos nos tocó encerrarnos y para los niños fue más duro porque sin poder salir al parque ni nada, entonces no estaba viviendo la etapa de socialización que es tan importante a su edad. Él solo jugaba con la hermanita, que tiene 7 años. Aquí él explora su creatividad y sus habilidades sociales”, recordó Amparo.
Lo mismo destacó Astrid Bernal, madre de Julián Felipe Alfonso, de 5 años. Ella llevó a su hijo al Centro de Psicomotricidad, en el CEFE El Tunal, para que Julián Felipe compartiera con otros niños y niñas, después del encierro vivido por la pandemia del covid-19.
“El niño estaba estudiando virtual, entonces yo quería que saliera y socializara, que tuviera otro espacio que no fuera la casa. Además, quería que aprendiera a compartir, a seguir indicaciones y desarrollara sus habilidades”, relató Astrid.
Primer paso para futuros deportistas
En menores de tres años se estimulan los patrones básicos del movimiento, como correr, trepar y reptar. Foto:Archivo Particular
Blanca Inés Durán, directora del IDRD, explicó que los Centros de Psicomotricidad son espacios diseñados para que la primera infancia mejore la motricidad, la coordinación y otras cualidades del movimiento. También son el primer paso para vincularlos a alguna disciplina.
“Como estamos apostándole a formar a los futuros deportistas en el largo plazo, debemos comenzar por los bebés entre los 0 y los 5 años, porque allí es donde los seres humanos desarrollamos nuestras capacidades físicas para hacer deporte o para practicar alguna actividad física”, explicó la directora Durán.
Agregó que “puede que más adelante no se conviertan en deportistas de alto rendimiento, pero sí van a adquirir el hábito de hacer ejercicio y así tendrán una vida saludable”.
Cada Centro de Psicomotricidad se encuentra dotado de materiales y juguetes para atender las edades de los niños y las niñas que asisten. Allí, acompañados de sus padres o acudientes, los niños y las niñas reciben una estimulación integral para desarrollar habilidades de coordinación y de orientación espacial, y se realiza por etapas, dependiendo la edad.
En el caso de Julián Felipe, de 5 años, en sus clases hace ejercicios de motricidad fina, lateralidad y equilibrio. En las clases de Tiago, de tres años, se estimulan los patrones básicos del movimiento, como correr, trepar y reptar (arrastrarse), lanzar y atrapar objetos o trasladarlos de un lugar a otro. Los bebés de 0 a 1 año reciben clases para fortalecer la parte cervical, estimular la parte auditiva y la parte afectiva con los papás.
+ CONTENIDO*. Un proyecto de Contenidos Editoriales Especiales de EL TIEMPO con el auspicio del IDRD.
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