Mientras intentaban llevar a cabo una
redada contra migrantes en San Diego, California,
agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) debieron
interrumpir su tarea para enfrentar a los manifestantes que los rodearon cantando al unísono: "Vergüenza".
Alrededor de todo el territorio estadounidense, la istración del presidente Donald Trump lleva a cabo
redadas contra los migrantes, y es
en California en donde encuentra su mayor resistencia. Con políticas santuario, que limitan la cooperación de los policías locales con los funcionarios de migración, el estado enarbola la bandera de la lucha contra las medidas restrictivas.
Dentro del estado, en la ciudad de San Diego, manifestantes hicieron retroceder a los agentes que pretendían detener a migrantes. Golpeando a los vehículos o colocándose frente a ellos para obstruir su paso, los manifestantes hicieron lo posible para impedir la detención, pero finalmente los agentes lanzaron bombas de ruido y se llevaron a trabajadores de distintos restaurantes de la zona, según los testigos del episodio.
La subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), Tricia McLaughlin, citada por el medio Newsweek, cuestionó el accionar de los manifestantes. "El 30 de mayo, mientras se ejecutaban dos órdenes de allanamiento penal de empresas que contrataron a sabiendas a inmigrantes ilegales en San Diego, más de 250 manifestantes acosaron verbalmente a los agentes de ICE, golpearon las ventanillas de los automóviles e incluso bloquearon carreteras para evitar que ICE se fuera", expresó sobre la protesta.
La resistencia contra los trabajadores de ICE en Estados Unidos
En diferentes partes de Estados Unidos, tanto manifestantes como organizaciones de los derechos de migrantes llevan a cabo medidas para frustrar los intentos de los agentes para llevarse detenidos a los ciudadanos extranjeros. En medio de este contexto, DHS publicó recientemente un informe sobre el aumento de ataques contra agentes, citando el hecho que tuvo lugar en San Diego.
"Es REPUGNANTE que los funcionarios electos comparen a los agentes encargados de hacer cumplir la ley del ICE con terroristas. Los ataques y la demonización de ICE y sus colaboradores son erróneos. Los agentes se enfrentan ahora a un aumento del 413 por ciento en las agresiones", señaló la agencia, y luego completó asegurando que está "trabajando día y noche para eliminar a asesinos, pedófilos y pandilleros de las comunidades estadounidenses".