El sacerdote, identificado como Michael Coghill, solía trotar cerca de un paradero de bus. En muchas ocasiones se detenía para acercarse a los menores que en ese punto esperaban el transporte.
Coghill, en una de las pausas de su ejercicio, se acercó a un pequeño de tan solo nueve años. Le palmoteó la espalda y luego lo tocó de forma inapropiada.
Ese acto fue visto por el propio padre del niño, quien, además, estaba grabando el momento.
Ese metraje es una de las pruebas principales en contra del sacerdote.
No fue casualidad que el hombre estuviera vigilando a su hijo.
Según las investigaciones de las autoridades, fue el propio niño quien, días atrás, le había informado a su familia que aquel sacerdote se detuvo en la estación del bus y lo hizo sentir ‘incómodo’.
Para cerciorarse que su hijo no sufriera daños, el padre decidió acompañarlo ‘en las sombras’: se estacionaba en cercanías de la estación y esperaba a que su pequeño abordara el transporte indicado.
Cuando comenzaron a destaparse las ollas podridas de la Iglesia Católica, varios medios y personalidades recordaron las palabras pronunciadas por un obispo durante una entrevista en 2007. Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife (España) en ese entonces, declaró que había menores que desean el abuso “e incluso te provocan”. Para Álvarez, sin mayor pudor en sus declaraciones, los abusos homosexuales ocurrían con “consentimiento” de las partes; y, para mayor descaro, aseguró que “si te descuidas, te provocan”. Foto:istock
Este seguimiento le sirvió para atrapar y filmar a Coghill cometiendo “actos lascivos contra un menor de edad”, cargo que lo tiene ante la justicia.
Pese a todo, el caso del cura se reveló tras un suceso escabroso: el padre del niño salió corriendo de su auto y atacó a Coghill de forma brutal.
Según indicaron los reportes médicos oficiales, el sacerdote sufrió una fractura en el cráneo y terminó con la cavidad orbital izquierda rota.
Tras el análisis del metraje por parte de las autoridades, el sacerdote está en un centro de detención de Oklahoma a la espera del desenlace de su caso.
Michael Coghill era el pastor de la iglesia ‘Cristo de Lakehoma’. Tras conocer su implicación en tocamiento inapropiado a un menor, el centro eclesiástico se pronunció por medio de un comunicado en el cual lamentaba el hecho y repudiaba las acciones del cura:
“Nos rompió el corazón enterarnos del incidente que involucró a uno de nuestros ministros adultos y nuestros corazones están con el niño y la familia involucrados. Nos sorprendió esta noticia, ya que tenía una verificación de antecedentes limpia y no hemos recibido informes ni reclamos en su contra durante su mandato. El liderazgo de la Iglesia no tolera ningún tipo de abuso (…) Cooperaremos con las autoridades según sea necesario”.
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