Tras la destrucción de una importante presa hidroeléctrica de Kajovka, en el sur de
Ucrania,
cientos de personas han sido evacuadas.
De hecho, la alerta ha aumentado cuando el alcalde de la localidad, Vladímir Leontiev, informó que el agua ya ha subido más de 10 metros.
Según varios videos y fotografías compartidos en redes sociales, el agua en las islas ha llegado a los techos de las casas.
Autoridades estiman que este es solo el inicio, pues el desbordamiento podría afectar hasta a 80 localidades de la región y cerca de 16.000 personas que viven en la “zona crítica” más expuesta a las inundaciones.
Por lo pronto, Ucrania y Rusia niegan ser culpables del suceso. Sin embargo, Zelenski habla de una “detonación interna” como la causa de la destrucción de la presa y acusa a Rusia del acto.
Se elevan los riesgos nucleares, ecológicos y humanos
La voladura de la presa de Kajovka pone en riesgo a la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, y se convierte en una potencial amenaza ecológica para toda la región, de donde se ha comenzado a evacuar a parte de la población.
"El nivel de agua del embalse de Kajovka está disminuyendo rápidamente, lo que representa una amenaza adicional a la central nuclear temporalmente ocupada", comunicó el operador nuclear ucraniano, Energoatom, tras conocerse la rotura de la presa.
El agua procedente del embalse es necesaria para refrigerar los reactores de la planta y prevenir una fuga radioactiva. El embalse de la propia infraestructura está actualmente lleno y el nivel del agua es de 16.6 metros, suficiente para las necesidades de la central, estimó la empresa.
GERALDINE BAJONERO VÁSQUEZ
REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS
*EFE
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