Un trágico incidente cobró la vida de un turista en Córdoba, Argentina, este lunes, cuando el hombre sufrió un fatal accidente al zambullirse en el río San Antonio. Emiliano Ustari, de 33 años, falleció tras golpear su cabeza contra una roca, de manera accidental, en el balneario "Cuesta Blanca", ubicado en el valle de Punilla, cerca de Villa Carlos Paz.
El suceso ocurrió cerca de las 15 horas del lunes 6 de enero, cuando Ustari, acompañado por su pareja de 40 años, disfrutaba de una calurosa jornada de verano. Según relató la compañera del fallecido a los investigadores, Emiliano decidió refrescarse con un chapuzón en el río. Durante el salto, desde una altura aproximada de ocho metros en la zona conocida como Bajada del Ruiseñor, Ustari impactó su cabeza contra una piedra, causando una grave lesión en el parietal derecho.
Fuentes policiales informaron que el turista recibió inmediatas maniobras de reanimación por parte de los servicios de emergencia, aunque lamentablemente fueron infructuosas. El deceso de Ustari se confirmó en el mismo lugar del accidente.
Este lamentable hecho eleva a cinco el número de muertes por ahogamiento en distintos cursos de agua de la provincia durante la actual temporada de verano en Argentina.
Además, otros casos similares ocurrieron recientemente en Córdoba. El pasado jueves, un turista local de 48 años murió en "El Fantasio", en Villa Carlos Paz. El hombre, diagnosticado con esquizofrenia y bajo influencia de alcohol, fue encontrado por los guardavidas, quienes intentaron infructuosamente reanimarlo.
Otro incidente se reportó el 27 de diciembre, cuando fue hallado el cuerpo de un hombre de 37 años en La Calera, Argentina, quien había sido visto por última vez cinco días antes en "El Diquecito".
Estos eventos subrayan la importancia de tomar precauciones al disfrutar de actividades acuáticas y resaltar la necesidad de medidas de seguridad adicionales en los puntos de riesgo durante la temporada de verano y vacaciones.
La Nación (Argentina)/ GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor