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Pueblo y progresismo

¿Dónde está el foco del Gobierno, ya que no en la seguridad, la economía, la salud, crisis de maestros que lo apoyaron, dónde?

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Según Castañeda y Ominami, Project Syndicate, Ciudad de México, el foco del progresismo latinoamericano debería estar en dar seguridad al pueblo, elemento esencial de la protección social, porque, además, no hacerlo está en la raíz de sus derrotas electorales y proponen, exministro y académico, cambiar el paradigma hacia el “Estado seguro”, para fortalecer el “estado de bienestar”... 

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Pero el pueblo, según reveló su Defensor en reciente y minucioso análisis publicado por este diario, está siendo reclutado, bombardeado, carnetizado, confinado, secuestrado, extorsionado, entre otros vejámenes a la declaración universal de los derechos humanos en todos los rincones del país, bajo la sutileza del fusil, el estallido de los tatucos y las amenazas, que cumplen no menos de 30 disidencias de las ex-Farc. El informe es sobrecogedor y confirma, sin lugar a refutación, un retroceso en la seguridad de las regiones, entendidas como zonas relativamente alejadas de los principales cascos urbanos, como Jamundí...

“Cuando el Estado retrocede un paso, los grupos armados ilegales avanzan dos” dice la Defensoría del Pueblo. Sí, esos grupos, que en el trasfondo son carteles de la droga, unos con pretensiones políticas y así una especie de patente de corso bajo el rótulo de una esquiva paz total, siguen creciendo en control territorial y capacidad militar, por ejemplo, al momento de escribir esta columna oigo en la radio que alguno de estos grupos amenazó con estallar pronto una bomba en zona urbana, el conflicto se trasladaría a los cascos urbanos, cúspide del plan de la VII conferencia guerrillera del 82: Entrar victoriosos a las ciudades, ser apoyados por el pueblo (el mismo que martirizan), como Fidel en el 59.
Me decía alguien, decepcionado exmilitante del Pacto Histórico, que le resulta inverosímil la pérdida de oportunidad de probar que la izquierda también puede, con un modelo más humano.
Las regiones, en tal inseguridad, sembradas como nunca de coca productiva, con las FF. MM. aquietadas, son tierra de nadie, como lo son las cárceles, donde no hay control del Estado sobre los bandidos que controlan patios escalofriantes como el cuarto de La Modelo. Así lo probó el asesinato (impune) del comandante de esa prisión, y si un aparato judicial castiga, busca aislar o/y rehabilitar delincuentes, no hay dónde ocurra la primera y la segunda sucede, pero en antro de maestría delincuencial. La justicia no está funcionando.

De seguir así, volverá, y pronto, la imposibilidad de salir de las ciudades sin alto riesgo de secuestro. Ya por la Panamericana se transita bajo el azar de los retenes resucitados por tanta impunidad. Se volverá al jaque de los 90, que trajo crudas dinámicas de guerra, pero no solo para la “oligarquía corrupta”, sino para el pueblo entero, en la acepción que corresponde a una nación democrática, la integridad de la población.

El gasto público más alto de la historia, la caída del recaudo de impuestos anuncia –como explicó el exministro Cárdenas ayer en el foro de presidentes del Nogal–, una crisis fiscal que se busca tapar con mayor endeudamiento, sin disminuir el gasto, en momentos en que tres millones de compatriotas buscan oficio, bajo la ausencia absoluta del plan de reindustrialización, crecimiento empresarial, capital bruto o innovación. Sombrío paisaje, desde el ángulo que se le mire.

¿Será por todo esto que el presidente Petro está de noveno en popularidad (sí, vox populi) entre diez presidentes de la región? ¿Dónde está el foco del Gobierno, ya que no en la seguridad, la economía, la salud, cierre de Sura, crisis de maestros que lo apoyaron, dónde? ¿Solo en migrar hacia un modelo económico estatista? Me decía alguien, decepcionado exmilitante del Pacto Histórico, que le resulta inverosímil la pérdida de oportunidad de probar que la izquierda también puede, con un modelo más humano. Y, lo peor, el que no recuerden las décadas y miles de vidas que costó que la izquierda llegara a Palacio.

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