El consumo de pescado crudo, presente en platillos como sushi, sashimi y ceviche, se ha popularizado a nivel mundial por su frescura y atractivo sabor. Sin embargo, este hábito puede representar riesgos significativos para la salud si no se toman las medidas necesarias.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el pescado crudo puede estar contaminado con microorganismos peligrosos y sustancias tóxicas que afectan la salud.
A continuación, se detallan cinco de las consecuencias más comunes que puede ocasionar el consumo de pescado crudo.
1. Infecciones bacterianas severas
El pescado crudo puede albergar bacterias como Salmonella, Listeria y Escherichia coli, capaces de causar diarrea, fiebre, vómitos y dolores abdominales.
Estos síntomas suelen ser más graves en mujeres embarazadas, adultos mayores, niños y personas con sistemas inmunológicos debilitados. En estas poblaciones vulnerables, las infecciones pueden complicarse y derivar en cuadros sistémicos o deshidratación severa.
2. Riesgo por Vibrio vulnificus
Entre las bacterias más peligrosas asociadas con el consumo de mariscos crudos se encuentra el Vibrio vulnificus, que prospera en aguas costeras.
Esta bacteria puede ingresar al organismo por heridas abiertas o al ingerir mariscos contaminados, causando infecciones graves. En casos extremos, como uno registrado en Corea del Sur, la infección llevó a amputaciones. Según las estadísticas, las tasas de mortalidad oscilan entre el 15 % y el 30 % en los casos más críticos.
Consumir pescado crudo aumenta el riesgo de infecciones bacterianas como Salmonella y Listeria. Foto:istock
El anisakis, un parásito común en pescados como el salmón y el bacalao, es otra preocupación al consumir pescado crudo.
Al ingerir pescado infectado, el parásito puede provocar dolores abdominales, náuseas y diarrea, además de complicaciones gastrointestinales severas. Aunque su incidencia es mayor en regiones donde el pescado crudo es un alimento básico, las autoridades sanitarias sugieren congelar el pescado antes de consumirlo para minimizar este riesgo.
4. Exposición al mercurio
Las especies de pescado más grandes, como el atún y el pez espada, suelen contener concentraciones significativas de mercurio.
Este metal tóxico representa un riesgo particular para mujeres embarazadas y niños, ya que puede perjudicar el desarrollo neurológico del feto y los niños pequeños. Por esta razón, limitar el consumo de estos pescados es una medida clave para proteger la salud.
Manipular pescado crudo en el hogar puede facilitar la transferencia de bacterias y parásitos a otros alimentos o utensilios, aumentando el riesgo de contaminación cruzada.
Para evitar infecciones, es fundamental mantener limpias las superficies, separar los alimentos crudos de los cocidos y refrigerar adecuadamente el pescado.
Recomendaciones para minimizar los riesgos
Las autoridades sanitarias, como la FDA, aconsejan congelar el pescado a -20°C por al menos siete días o a -35°C durante 15 horas antes de consumirlo crudo.
Comprar pescado en lugares confiables, verificar que la carne esté firme, sin olores fuertes ni signos de descomposición, y mantener una higiene estricta al prepararlo son medidas esenciales para disfrutar de estos alimentos de manera más segura.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.
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