Tome nota: así puede evitar que su gato rasguñe y dañe los muebles de su casa

Los gatos arañan cosas de forma instintiva para marcar territorio y afilar sus garras.

Los métodos de aprendizaje de los gatos son diferentes a los de los perros. Foto: iStock

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Los gatos, al igual que los perros, son una de las mascotas más comunes que los humanos tienen en sus casas. Hoy en día, las mascotas son consideradas un miembro más de la familia.
Sin embargo, criar un animal en casa e intentar modificar sus instintos para que se “porten bien” puede ser una tarea difícil, y más aún cuando se trata de un gato, cuyo comportamiento puede ser mucho más complicado de moldear que el de un perro.
Los gatos, por ejemplo, tienen la tendencia instintiva de arañar cosas para afilar sus garras, que son su principal método de defensa. Además, los gatos son animales muy territoriales, por lo que frotar sus garras contra los objetos de su hábitat no es más que una forma de marcarlas como suyas y de los de su manada, es decir, sus cuidadores.
Es por esto que uno de los principales problemas que tienen los dueños gatunos es el de evitar que su minino rasguñe, rasgue y dañe los muebles de la casa.
La solución más efectiva y menos dañina para este problema es redirigirlo, no castigarlo. Según el doctor y veterinario Juan Enrique Romero, de la Unam, crear un rascador casero con cartón corrugado le puede dar a los mininos una superficie que prefieran rasguñar antes que los muebles.
La presencia de este material en los lugares favoritos del gato le dará a su mascota una alternativa para desarrollar sus instintos, y además le permitirá liberar estrés, descargar energía y mejorar la convivencia.

¿Cómo regañar correctamente a su gato?

Claro está que existen casos en que este método puede fallar, y los dueños se vean obligados a reprimir a sus animales para que cambien el comportamiento. Sin embargo, el procedimiento no es como muchos creen.
El portal ‘Nature’s Variety’ explica que el comportamiento y los métodos de aprendizaje de los gatos es muy diferente al de los perros. Los mininos no responden a los gritos, a los golpes, al encierro o al decomiso. Estos comportamientos no corregirán actitudes, sino que solo generarán miedo, baja sociabilidad e incluso ganas de escapar.
Tampoco relacionarán una reprimenda con algo que no sucedió hace instantes, es decir, si hicieron sus necesidades en el lugar equivocado, pero ocurrió hace bastantes minutos, no entenderán el motivo del regaño.
Cuando un gato haga algo indebido, ‘Nature’s Variety’ recomienda tomar actitudes que no infundan miedo, pero que sí proporcionen una experiencia negativa derivada del mal comportamiento, como no darle ninguna golosina, no jugar con él, ignorarlo, y, en casos más graves, hacer un acto indirecto disimulado, como rociar agua con un spray, pero disimuladamente, intentando que no asocie al acto con usted. Así, el gato crea la noción de que cuando hace esa acción, algo malo pasa.
ALEJANDRO VICTORIA TOBÓN
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO

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