30 años después de la incursión de las Farc a La Calera, estudiantes de un colegio recuperan la memoria histórica de la toma

Es curiosa la forma en como los colombianos tendemos a darle la espalda a nuestra historia. Sobre todo nosotros, los jóvenes, quienes padecemos de esta ausencia de memoria. No conocemos nuestra historia no solo porque no estuviéramos aquí en el momento que ocurrieron los hechos violentos que quebraron y marcaron al país, si no, tal vez, porque no deseamos hacerlo.

Este fue el golpe de realidad con el que nos encontramos seis estudiantes de once grado del Colegio Hacienda Los Alcaparros en el proceso de escoger un tema para nuestro proyecto de grado.

Asistimos 14 años a La Calera a estudiar sin conocer que en la noche del 19 de Julio de 1994 un centenar de hombres y mujeres armados, de los frentes 53 y 54 de las Farc, bajaron por las laderas del pueblo desde la zona del Páramo de Chingaza. Lo descubrimos buscando una historia que contar para nuestro proyecto.

Desde este punto el proyecto más que una obligación académica se convirtió en un reto personal para conocer no solo lo que sucedió en el pueblo de La Calera esa noche. Era una manera, también, de cierta forma, de conocer nuestra propia historia.

Después de todo, de forma directa o indirecta, todos los estudiantes de aquella institución educativa teníamos una relación cercana con la población y aun así le dábamos la espalda a los acontecimientos que hacen del pueblo lo que es hoy.

A medida que avanzábamos en la reconstrucción de los hechos nos dábamos cuenta de la precariedad de la información que hay disponible sobre lo sucedido. Esto hacía más dificultoso el trabajo, pero también nos daba la razón sobre nuestra “hipótesis” inicial: el país padece de falta de memoria.

En medio de la escasez de información recurrimos a quienes se les podría llamar el “alma” de este proyecto. Quién mejor para narrar la historia que sus protagonistas, las víctimas. Recolectamos diez declaraciones de personas que estuvieron presentes esa noche y les pedimos su testimonio para documentar y reconstruir una historia que había quedado en el olvido.

Así empezó a moldearse lo que sería nuestro producto final. Este documental que narra los hechos sucedidos en esa Calera del 94 y que pretende enviar un mensaje: La Calera es una analogía de lo que es Colombia, no se quedó en la noche del 19 de julio de 1994; se recuperó, salió adelante y en eso se parece mucho al país que tenemos en la actualidad, un país que que se ha sobrepuesto a la violencia, que la rechaza.

Eso es simplemente lo que quiere mostrar este proyecto de grado de seis muchachos de un colegio de ese municipio que hoy se preparan para aventurarse al llamado mundo real.

Ignacio De la Pava y Simón Camacho hicieron la música, la sintieron. Juliana Vélez y María José Vargas produjeron las entrevistas, Sara Castillo y yo editamos la pieza audiovisual para contar el antes y el después de un lugar que se parece al país y así actuar como voceros para que muchas otras personas como nosotros conozcan su pasado al escuchar en un futuro esta historia para no olvidar.

JACOBO RITORÉ

Especial para EL TIEMPO