La Contraloría de Bogotá se pronunció sobre la posible suspensión de la temporada taurina en Bogotá y sobre los hechos que denunció la Personería y que se registraron en la primera corrida de toros en la Santamaría el pasado domingo.
Juan Carlos Granados, contralor de la ciudad manifestó que en el caso del funcionario o contratista de la alcaldía de Bogotá o de uno de sus institutos que se ve en los videos en presunto estado de alicoramiento se debe investigar y sancionar si se encuentra responsable por parte de la Personería.
"Pero usar ese argumento como causal para terminar un contrato de manera unilateral entre el Distrito y unos particulares, sería alegar la propia culpa o la de uno de sus agentes y permitiría que esos particulares reclamaran unos eventuales perjuicios", agregó el Contralor Granados. Esto significaría que se estaría configurando en un detrimento patrimonial para la ciudad.
Hay que tener en cuenta que esto se da solo tres días después de haber comenzado la temporada taurina 2019 y luego de las denuncias hechas por parte de la Personería de Bogotá, tras varios presuntos incidentes con licor a bordo.
Según el ente de control, hubo ingreso y consumo en la plaza de bebidas alcohólicas el domingo, 10 de febrero. E, incluso, tiene fotos y videos que lo demostrarían. Por ello, solicitó a la Alcaldía Mayor suspender la temporada, pero no es tan fácil.
El alcalde Enrique Peñalosa explicó que el préstamo de la Santamaría a la Corporación Taurina de Bogotá es una orden de la Corte Constitucional y que las corridas se realizan “pese a que la inmensa mayoría de los bogotanos no quieren que haya”.
Eso quiere decir que la solución estaría en manos del equipo jurídico de la Alcaldía, que estudia el caso, pues la orden de la Corte no solo obligó a Bogotá a permitir estos eventos, sino que, además, debe prestar la Santamaría.
Para el alcalde Peñalosa, este es un tema de alta jurisprudencia, que deben analizar con cautela, pues se contraponen la orden de la Corte y la de la Personería.
Sin embargo, la Personería expuso que la solicitud radica en que se incumplieron los acuerdos de no vender ni consumir alcohol, ni en la plaza ni en sus alrededores, pues había presencia de menores de edad, y esto va en contravía del Código de Policía.
Lo que ocurrió el domingo
De acuerdo con la Personería de Bogotá, funcionarios del organismo de control registraron, en fotos y videos, cómo algunos de los asistentes a la corrida de toros del 10 de febrero pasaron el filtro de seguridad con botas (recipientes en donde tradicionalmente se bebe licor) o cervezas en vasos plásticos.
La Secretaría de Gobierno reportó asimismo el decomiso de una caja de licor en el palco de la plaza, “pero no se evidencian comparendos o sanciones a los responsables por parte de la Policía”, señaló la Personería en un comunicado.
El asunto radica, según explicó el alcalde Peñalosa, en que se había acordado que en el espectáculo o asistían menores de edad, o había venta y consumo de licor, pero no ambas al tiempo.
“Los promotores eligieron la asistencia de los menores”, señaló, por lo que el compromiso habría sido incumplido, según la Personería.
A través de un comunicado, Juan Bernardo Caicedo, gerente general de la Corporación Taurina de Bogotá, señaló que ellos no permitieron el expendio de licor dentro de la Santamaría, el pasado domingo.
La Corporación Taurina de Bogotá respetó y respetará la resolución expedida por la Alcaldía Mayor en este sentido
“La Corporación Taurina de Bogotá respetó y respetará la resolución expedida por la Alcaldía Mayor en este sentido”, indicó en el comunicado Caicedo. Además, aclaró que el de la plaza, quien presuntamente se encontraba en estado de alicoramiento, no tiene vínculo laboral con la corporación, sino que es funcionario del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD).
El alcalde Peñalosa reconoció que este funcionario sí estaba vinculado a la entidad, y que por el hecho “se le terminó el contrato de inmediato”. En el IDRD explicaron que el trabajador en mención era Mauricio Ribón, de la plaza, y quien trabajaba para la entidad desde el 2016.
Según la Personería, ese domingo “delegados del Idiger, de la logística y de la Policía Metropolitana evidenciaron que el de la plaza estaba presuntamente en estado de alicoramiento, y que tuvo un incidente con un funcionario de la Alcaldía de Santa Fe, tanto así que se cerró el puesto de mando unificado a las 7:20 p.m., sin la presencia de los dos funcionarios”, afirmó.
Ahora, la Personería continuará con la indagación de las presuntas irregularidades mientras se espera la decisión de la Alcaldía.
BOGOTÁ