Llamadas a la línea de emergencia de la ciudad, videos y la explicación que dio la médica forense que le realizó la necropsia al cuerpo de la joven Ana María Castro, quien murió el 5 de marzo de 2020, después de departir con unos amigos en varios bares de la calle 116, hicieron parte de las pruebas reveladas ayer en la audiencia de juicio oral realizada en los estrados de Paloquemao.
Hay un total de 86 imágenes fotográficas tomadas del cuerpo de la joven que tendrán que ser analizadas de forma minuciosa.
La primera en pasar a rendir su declaración fue la médica Rocío Carolina Rosso Cifuentes, quien trabaja en el Instituto Nacional de Medicina Legal.
Ella ratificó los hallazgos encontrados en el cuerpo de la joven. En la necropsia, se destaca que es una mujer adulta joven con signos de trauma contundente en cráneo, tórax y abdomen, y lesiones en los pulmones y el hígado.
También se detectaron fracturas costales. “El trauma en el cráneo generó fractura temporal y parietal que devino en un síndrome de hipertensión endocraneana”, cita el informe.
Según el análisis de expertos, el trauma pulmonar y hepático llevó a que se produjera un choque hemorrágico en la víctima. “Explicando la muerte por un choque mixto en el contexto de un politraumatismo contundente en circunstancias no claras”.
En el informe es evidente que la causa básica de muerte fue politraumatismo contundente y que la manera de su muerte fue “violenta, a determinar en el transcurso de la investigación”.
También se reveló que la paciente, quien fue encontrada en plena vía pública, fue trasladada a un centro médico en ambulancia y que fue llevada con alteración del estado de conciencia: pupilas midriáticas no reactivas a la luz, sangrado por la cavidad oral y por las fosas nasales.
La experta dijo que dos de los golpes más fuertes no se pudieron dar en un mismo momento por su localización. Hay lesiones que se pudieron haber ocasionado en otro momento por un mecanismo contundente. Reveló que, aunque no se puede descartar un accidente de tránsito, se necesitan más elementos, pues en su experiencia en estos eventos pueden ser usuales más traumas. “Depende mucho del tipo de vehículo y la velocidad. Eso lo determinará mejor un físico”, dijo. También respondió al abogado John Cadena que no había evidencia de violencia sexual ni fracturas dentales o lesiones en sus labios.
La expulsión desde un vehículo tampoco se descarta, pero también se necesitarían de muchos más elementos para corroborarlo porque según la velocidad se esperarían más traumas de los que se encontraron. “Tampoco hay evidencia de arrastre ni de rotación”, señaló la experta.
Eso sí, aclaró que las lesiones de
Ana María Castro no pueden ser de una caída desde su propia altura y dijo que sería más posible que sean por la caída desde un vehículo. “Son golpes de alta energía”. Todas estas posibilidades aún no están claras. Requieren de más pruebas.
Llamadas
Durante el juicio también se revelaron los seis registros telefónicos de las llamadas a la línea de emergencias 123, la madrugada del 5 de marzo de 2020, cuando la universitaria yacía malherida en el asfalto de la calle 80. Las horas de estas son claves en el contexto del caso y para dos hombres que enfrentarán el juicio. Quien reveló las mismas fue el investigador Edwin Yesid Romero López, del CTI de la Fiscalía.
En estas, tal como lo reveló EL TIEMPO, coinciden en que hay una joven tirada en el piso sobre la calle 80 y que está sangrando en varias partes del cuerpo. También se constata la presencia de Mateo Reyes en un estado de conmoción, pidiendo ayuda y confundido.
En cuanto a la versión del testigo, Daniel Vega, quien aseguró que a la joven la habían lanzado desde un vehículo en movimiento, se confirmó que la llamada había sido registrada a las 1:42 de la mañana.
Durante el juicio también se escuchó la declaración del investigador Ánderson Alfonso Vargas, quien fue el encargado de conseguir todos los videos disponibles que dieran cuenta de lo sucedido la noche de la tragedia. Fue él quien aportó los videos de la Chatarrería Tolima, claves para determinar elementos de tiempo, modo y lugar en este caso. Hubo dos cámaras que registraron parte de los hechos.
En ellas, lo más relevante es que se alcanzan a notar las piernas de una persona en la mitad de la vía pidiendo el pare a varios carros; a su vez, varios vehículos y motos detenidos y, finalmente, otros carros que transitaron por el lugar en el mismo momento.
Nidia Romero, la mamá de Ana María, se derrumbó en la audiencia al recordar cómo tuvo que reconocer a su hija el día en que la encontró con muerte cerebral en el hospital Simón Bolívar.
John Cadena le preguntó sobre el estado de salud de Castro y ella le contestó que antes de su muerte había sufrido de depresión por la muerte de su padre y que incluso pensó en internarla en la clínica La Paz, situación que finalmente se superó y que también supo que había consumido drogas y que de esto se enteró después de la tragedia. “Antes de morir, ella suspendió la medicación. Ella no quería seguir tomando droga”, agregó.
Durante la audiencia también rindió su declaración Víctor Alfonso Gamara Mendoza, técnico profesional en seguridad vial, quien llegó a la escena de los hechos después del primer respondiente. Recibió el caso como si se tratara de un accidente de tránsito. “Solo encontré una mancha de sangre. No había huellas de arrastre, ni de frenado”.
CAROL MALAVER
SUBEDITORA BOGOTÁ