Hoy se llevaría a cabo la audiencia final por la muerte de la joven
Ana María Castro, quien murió de manera trágica y violenta la madrugada del 5 de marzo de 2020, con apenas 21 años y sin que pudiera cumplir sus sueños luego de departir con unos amigos en unos bares de la calle 116 en el norte de Bogotá.
En conclusión, se sabrá si esta es la historia de un brutal feminicidio, como lo dice la Fiscalía, o de un supuesto accidente, como ha venido alegando la defensa de los implicados.
Nidia Romero, mamá de Ana María Castro, dice que su hija fue asesinada a golpes el 5 de marzo de 2020. No deja de pensar en el día en que la halló en el hospital Simón Bolívar, porque fue en ese momento en que supo que algo raro había pasado esa noche, en la que la vio por última vez.
En entrevista con EL TIEMPO se quejó de las dilaciones en el caso al durante las primeras audiencias por parte de la Fiscalía General de la Nación y sigue sosteniendo la tesis de que el caso de su hija es un feminicidio. No entiende por qué, si Paúl Naranjo estaba celoso, y Mateo Reyes le caía mal, los condujo en su carro.
¿Más de un año después de la muerte de su hija, ha avanzado el caso?
Podría decir que hasta cierto punto. Hubo muchos aplazamientos en las audiencias.
¿Y qué argumentos tiene la Fiscalía para esto?
Por ejemplo. El 18 de junio había una audiencia y la Fiscalía la aplazó porque operaron al fiscal del caso. Luego la audiencia quedó para la semana pasada. Se presentó una nueva fiscal, pero para decir que no se había posesionado en el cargo, es decir, que no tenía un nombramiento legal, entonces no tenía voz ni voto. Yo me pregunto por qué no se hizo ese proceso con tiempo. Parece que ese trámite solo lo hacen los viernes. La misma fiscal pidió prontitud en el proceso lo mismo que los abogados de Paúl Naranjo y Julián Ortegón. La sorpresa es que todo lo dejaron para hoy 26 de agosto. Eso dilató mucho el caso.
¿Cómo afectó todas estas demoras a usted y a su familia?
Pues fue muy angustiante no saber cómo iba a terminar el caso. Nosotros no vivimos, nosotros sobrevivimos día tras día. No he podido sobreponerme a la ausencia de mi hija, no he podido hacer un duelo. A ella me la mataron a golpes. Estamos muy afectados psicológicamente. No tenemos calma, no tenemos paz, no hay sosiego para nadie en mi familia, especialmente para mí, yo era su mamá. Estoy en tratamiento psicológico.
¿Qué opina de los argumentos de los abogados Paúl Naranjo y Julián Ortegón quienes afirman que Ana María fue víctima de un impacto con otro carro?
Los muertos hablan. El cuerpo de mi hija estaba muy golpeado, de pies a cabeza. No pudo ser un accidente de tránsito, a ella la mataron a golpes. No creo en esa tesis, rotundo no, yo sí me esperaba que ellos se valieron de algo así y quién sabe de qué más cosas para tapar el crimen que cometieron sus clientes.
¿La Fiscalía ha avanzó en el hallazgo de nuevas pruebas que corroboren su temor?
El caso avanzó hasta cierto punto y luego de tantas dilaciones se quedó un tiempo quieto. La Fiscalía tuvo un papel muy importante porque fue quien reunió las pruebas, no solamente las que existieron desde un comienzo, sino las que aparecieron después, las que respaldaron los juicios.
¿A usted le parece que ellos han hecho un buen trabajo o que les ha faltado?
Han fallado. Este es un caso de connotación nacional. Un caso que dijeron que iban a priorizar. Tenían que avanzar más rápido. Por eso fui a hablar con el fiscal Francisco Barbosa.
¿Usted sigue creyendo que este caso es un feminicidio?
Sí. Ahí hubo un detonante que fueron los celos. Por eso ellos, los que iban en ese carro actuaron como actuaron. No es muy normal que uno salga con tres personas y resulte muerto. Si yo tengo una cita con alguien y lo encuentro con otro, pues me retiro y ya. No entiendo por qué Paúl Naranjo, a pesar de todo lo que él comenta, decide subirla a su carro y, además, con un acompañante que le caía mal. Esa parte no la entiendo.
¿Usted ha sabido algo de Mateo Reyes? ¿Por qué él no está en la cárcel?
De ese señor solo sé que cuando la Fiscalía lo ha requerido él colabora. Él viene, da sus declaraciones, y se va. Lo que no entiendo es por qué no está vinculado al proceso. Repito, en este caso no tenemos que buscar entre 50 personas a ver quién mató a mi hija, ella iba con tres personas. Todas deberían darle la cara a la justicia, incluido Mateo Reyes, en eso es en lo único que coincido con la defensa de Paúl Naranjo y Julián Ortegón.
¿Qué les pide a las autoridades?
Lo mínimo que merecemos como familia es justicia. Yo lidio a diario con muchos sentimientos, esto es un desgaste, pero no voy a parar hasta no obtener justicia.
¿Ha vuelto a soñar con su hija?
Sí, yo la sueño, es muy triste, no hay un segundo de mi vida en que no la recuerde, la piense y la extrañe.
CAROL MALAVER
SUBEDITORA BOGOTÁ