Noticia

Así celebraron los bogotanos el medio siglo de la emblemática ciclovía de la ciudad

Eventos deportivos y culturales hicieron parte de la celebración.

Así celebraron los bogotanos el aniversario 50 de la ciclovía.

Link

Jonathan Toro Romero

PERIODISTA DE BOGOTÁ15.12.2024 21:03 Actualizado: 15.12.2024 22:20

Comentar

Bogotá y su ciclovía amanecieron diferentes. Se cumplieron 50 años desde que, por primera vez, se pensó en este espacio de recreación y deporte para los bogotanos, y que hoy, luego de medio siglo, se ha convertido no solo en motivo de orgullo para la ciudad, sino en un referente a nivel mundial, lo que hizo acreedora a Bogotá del título de “capital mundial de la bici”.

(Vea el especial: Ciclovía, medio siglo de fiebre por la bicicleta en Bogotá; esta es la historia del simbólico espacio en la ciudad).

La jornada comenzó con recorridos en bicicleta a lo largo de rutas especiales diseñadas para conmemorar las cinco décadas de la ciclovía, conectando diferentes puntos estratégicos de la ciudad. Al llegar al parque Nacional, los asistentes participaron en una programación que incluyó pausas activas lideradas por recreadores del IDRD y la presentación de un emotivo video conmemorativo que repasó los hitos más destacados de este programa.

Uno de los momentos más especiales fue la premiación del concurso literario “Cuentos de la Ciclovía”, una iniciativa que invitó a estudiantes de colegios oficiales a reflexionar sobre el impacto de este espacio. En la ceremonia, se reconoció la creatividad de cinco estudiantes: tres de grado tercero y dos de noveno, quienes fueron galardonados con bicicletas, patines y otros elementos como incentivo a su talento y compromiso.

El director del IDRD, Daniel García Cañón, destacó el papel transformador de la ciclovía en la vida de Bogotá.

“Nuestro programa se ha convertido en un legado construido con el esfuerzo de miles de personas que han creído en la posibilidad de una ciudad más saludable, sostenible e inclusiva. Hoy celebramos su impacto, pero también reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando para mantener este patrimonio vivo por muchas décadas más, fomentando mayor inclusión, impulsando la participación de más mujeres y con la intención de llegar a 19 de las 20 localidades de Bogotá”.

(Además: La primera vez que se habló de la ciclovía para Bogotá fue en la tesis de un barranquillero).

Por su parte, el alcalde mayor de Bogotá, Carlos Fernando Galán, destacó la proyección del programa insignia del IDRD como un referente global. “La ciclovía no solo ha transformado la forma en que nos movemos por Bogotá, sino que también se ha convertido en un modelo exportable a otras ciudades del mundo. Este programa demuestra que podemos construir espacios que promuevan la sostenibilidad, el bienestar y la convivencia”.

Pero fueron los bogotanos los que más celebraron la existencia de la ciclovía. Desde los más pequeños hasta los más grandes, señalan que han encontrado en esta actividad tradicional dominguera de Bogotá un espacio para la libertad, para el deporte, pero sobre todo, para recorrer su ciudad, observarla, valorarla y sentirla de maneras diferentes.

“Salir a ciclovía es ver a Bogotá de otra manera porque muchos de los caminos por donde pasamos son los mismos que recorremos entre semana, llenos de trancones y de inseguridad... Los domingos, esos corredores están despejados, limpios, alegres y llenos de gente pasándola bien”, señaló Rosa Álvarez, de 56 años y usuaria consagrada de la ciclovía.

Sin embargo, este hito bogotano no solo ha abrazado a deportistas y aficionados de rodar en la ciudad, sino que ha sido el espacio para que la economía popular tenga un lugar de florecimiento. A lo largo de sus más de 120 kilómetros también se extiende un sinfín de casetas comerciales que venden productos sin los cuales la ciclovía no sería lo mismo.

“¿Qué sería de esto tan maravilloso si uno no se pudiera tomar un salpicón en las carpas o comerse un sándwich combinado, o poder parar por un jugo de naranja y zanahoria...? Eso también es la ciclovía, salir a desayunar barato en el camino con alimentos simples”, dijo Miguel Sarmiento mientras comía en una de las carpas de la calle 26 con avenida Esperanza.

Lo que Bogotá vivió en la mañana de ayer no fue solo una celebración en torno al deporte bogotano por excelencia, sino una jornada en la que todos, sin importar condición alguna, tuvieron lugar para expresar el orgullo que sienten por su ciudad y contar con espacios como la ciclovía.

“Yo salgo casi todos los domingos, pero hoy se ha sentido diferente; no sé si es por el sol, o porque es diciembre o porque estamos celebrando la ciclovía, pero todos se ven felices y tranquilos, y eso llena el corazón”, puntualizó Sarmiento.