La bici como el lienzo que se descuelga y rueda por las calles

Camilo González, un joven de 15 años, está caminando por el centro comercial Unicentro. Entre paso y paso se topa con un personaje que estaría a punto de definir el futuro artístico que le aguarda: la personalización de artículos u objetos con pintura. Sus ojos, de forma inevitable, se posan sobre aquel muchacho, quien viste un buzo con franjas oscuras y un par de Converse azules. “Tiene lo mismo que yo traigo puesto”, piensa.

Después de ese momento, su mente solo le pide una cosa: volver a casa, tomar un par de marcadores Sharpie y llenar de color sus prendas.

Fue así, en el año 2002, cómo empezó a customizar las camisetas y zapatos que tenía en la habitación con sus propios diseños, para los que luego utilizó pintura para tela. Incluso personalizaba artículos de amigos, familiares y conocidos. Desde que era un niño, su influencia artística fue impulsada por su mamá, Zulma Villar, quien le regalaba marcadores y colores. “Yo tenía como una miscelánea”, cuenta.

Hoy, 17 años después, Camilo plasma su arte en el objeto que él define como su lienzo: el marco de la bicicleta.

Inspirado por un video de 8bar, marca alemana de ciclas, comenzó a pintar estos vehículos en el 2015. En ese entonces, creó su propia marca con la que espera salir a competir alrededor del mundo: Afropec.

“Además de mi gusto por la música afro, nació de un personaje que justo para ese momento estaba dibujando con esas características”, cuenta Camilo, “y el pec son las siglas de una ideología que me define: puro estilo callejero”.

Lo que empezó como un hobby, se convirtió en una propuesta artística que cuenta la historia de una persona, del lugar de dónde viene o de sus gustos a través de detalles plasmados con pincel. Camilo ha pintado alrededor de 150 bicicletas.

Según cuenta, como artista quiere cambiar el imaginario sobre la obra de arte que debe estar en un espacio cerrado, en una galería o un museo.

Camilo trabaja con pinturas poliéster y poliuretano, es decir, la misma línea que es utilizada en los automóviles. Él destaca que este material y acabado es prémium, el cual permite hacer detalles a pincel.

Parte de su línea plástica se basa en el dibujo monolineal, que quiere decir pintar de forma continua sin levantar la mano. Asimismo, realiza detalles tallados a mano con efecto tridimensional.

El precio por personalizar una bici puede variar según el diseño. Las tarifas van desde 160.000 pesos hasta 350.000 pesos.

El proceso para customizar el vehículo empieza por despintarlo completamente. Si se trata de marcos en aluminio y acero, la pintura se quita con arena a presión.

Para marcos de fibra de carbono se utiliza lija. Paso seguido, se aplica un fondo y un color base. Luego vienen los detalles a pincel y finaliza con un barniz, una sustancia que sella el diseño y le da brillo.

Camilo destaca que su emprendimiento se ha difundido gracias al voz a voz. Las bicicletas que ruedan alrededor de Bógotá, e incluso algunas que ha enviado a Cali y a Pasto, permiten que su público aumente cada vez más.

El artista recuerda que pudo articular con mucha más gente en agosto del 2018 gracias al Foro Nacional de la Bicicleta en Popayán. Allí llevó una personalizada que se robó la iración de los payaneses y otros visitantes de la ciudad.

Uno de los objetivos que tiene es volver al mismo foro, que se llevará a cabo en Cali este año. Además, espera poder montar una exposición con diferentes actores de la movilidad en esa ciudad; desde el bicimensajero, la persona que se dedica al ciclomontañismo y el que vende cualquier producto mientras se moviliza en cicla.

“Es importante para mí crear una, no solo donde se puedan vender otros artículos, como ropa y rios, sino también ser escuela en habilidades artísticas”, señala.

Camilo, quien también es profesor de artes plásticas, espera seguir llevando y compartiendo su conocimiento para que otras personas puedan explotar su potencial.

CATALINA ARANGO BEDOYA

ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO