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Esta es la zona del centro de Bogotá que está ‘acorralada’ por los robos
Habitantes de la zona de Los Mártires denuncian que son asediados por la delincuencia común.
Policía Antinarcóticos hizo presencia en la localidad de Los Mártires, en Bogotá. Foto: Policía Antinarcóticos
Los constantes robos, las amenazas a los habitantes y las extorsiones a comerciantes en el barrio El Listón, en la localidad de Los Mártires, han terminado convirtiendo a esta pequeña zona del centro en la más peligrosa de Bogotá.
“Los habitantes de la calle, los consumidores de drogas y los ladrones ahora son más que las mismas personas que vivimos aquí en nuestras casas (...), este sector es intransitable a cualquier hora del día porque, sí o sí, uno siempre sale o robado o al menos correteado”, contó Olga Pastrana, habitante de esa zona de la ciudad.
Allí, la inseguridad parece no dar tregua. Según las cifras de la Secretaría de Seguridad, entre enero y octubre de este año, en el sector de El Listón, que abarca desde la calle 13 hasta la 22, y entre las carreras 17 y 22, se ha registrado un aumento de 1.122 por ciento en los hurtos a personas con un conteo de 2.249 casos, frente a 184 que fueron reportados entre enero y octubre de 2022.
Cuando se revisan las cifras de toda la localidad también hay aumentos alarmantes. Los hurtos a personas en Los Mártires tuvieron un incremento del 56 por ciento en comparación con el dato del mismo periodo del año pasado (enero-octubre). En palabras de sus propios habitantes, la localidad se está convirtiendo en un lugar “invivible”.
Según testimonios de residentes de El Listón y sectores vecinos, los ladrones no solo se estarían apoderando de las esquinas, sino que han desplegado una “ola de terror” al meterse a comercios y viviendas para robar a quienes encuentren en ellos. Según estos relatos, todo ocurre a plena luz del día.
“Definitivamente, estamos encerrados. La situación se desbordó y la prostitución se salió de su zona de tolerancia. Todo está sitiado y en todo momento, ya no es solo en las noches. En las tardes o en cualquier hora tenemos temor de salir a la calle porque se encuentra uno con cosas que no quiere ver”, señaló uno de los habitantes de la zona, que prefirió reservar su identidad.
Sin embargo, esta situación presenta dos panoramas: por un lado, la histórica tradición de inseguridad y violencia de algunos sectores de esta localidad y, por otro, el alto volumen de denuncias que llegan a los complejos judiciales, que coincidencialmente se ubican, en su mayoría, en Los Mártires.
Según Andrés Nieto, subsecretario de Seguridad de Bogotá, el hecho de que el complejo de recepción de denuncias de Paloquemao esté ubicado en esta zona de la ciudad podría tener que ver con el alto número de casos reportados, pues explica que cuando las denuncias por algún tipo de hurtos llegan a los centros sin especificar el lugar de ocurrencia, estas se suman a la localidad donde son recibidas.
Estamos encerrados. La situación se desbordó y la prostitución se salió de su zona de tolerancia.
No obstante, también señaló que Los Mártires, con el pasar de los años, se ha convertido en el centro de distribución y punto de partida de las líneas criminales del narcotráfico y la venta de armas que se extienden hacia el occidente y el sur de la ciudad.
Además, partes del centro, como el barrio Santa Fe, ubicado en la misma localidad, también son el centro de acopio de toda clase de delitos relacionados con el narcotráfico, el sicariato, los ajustes de cuentas, los hurtos de todo tipo y la comercialización ilegal de material armamentístico.
La concejal Diana Diago, del Centro Democrático, ya había expuesto esta situación cuando señaló que el aumento de los hurtos en Los Mártires era el más alto de toda la ciudad.
De hecho, la magnitud de esta denuncia fue respaldada por Yurdair Castaño, líder social de la zona, quien afirmó que su localidad “se ha convertido poco a poco en un sector de tolerancia, apoderada por los habitantes de la calle y el consumo desmedido de todo tipo de droga”.
Así luce la localidad de Los Mártires este viernes, un día después de la batalla campal. Foto:Milton Díaz / EL TIEMPO
La historia que no muere
El otro bastión del problema en esta localidad se centra en el barrio Santa Fe, donde se han concentrado focos de delincuencia organizada controlada por bandas transnacionales que se han disputado el negocio de la prostitución, la extorsión, la droga y el sicariato.
“Nosotros no podemos salir a disfrutar con nuestros hijos porque estamos en constante peligro. Aquí hay una guerra entre bandas que se pelean día y noche la venta de todo tipo de sustancias y por eso se están matando. Salir al colegio con los niños y que ellos tengan que ver muertos en las calles es algo que nadie imagina”, contó Ismael Peña, residente de ese sector.
Cuando aumenta el homicidio pero bajan los delitos contra el patrimonio (hurtos) es porque hay control de bandas organizadas..
No obstante, explicó Nieto, la dinámica delictiva de Santa Fe es distinta a la del resto de la localidad y, a diferencia de sectores como El Listón, Paloquemao e, incluso, los sanandresitos, desde 2021 ya no se puede hablar de una estructura delictiva robusta que tenga el control de las líneas delictivas, por cuanto los fuertes operativos efectuados durante ese año diseminaron la delincuencia y acabaron con el crimen organizado.
Según Nieto, para entender lo que pasa en Los Mártires hay que entender una fórmula: “Cuando aumenta el homicidio, pero bajan los delitos contra el patrimonio (hurtos) es porque hay control de bandas organizadas. Pero cuando baja el homicidio y aumentan el resto de delitos es porque hay crecimiento de la delincuencia común”, y eso es lo que está ocurriendo en esa localidad.
En 2021, los operativos de la Policía Metropolitana de Bogotá lograron la desarticulación de la organización ‘la Fortaleza’, que era la encargada de mantener el control del narcotráfico y el homicidio en esa zona del centro.
Según reposa en los archivos de inteligencia, esta organización mantenía un control territorial y desarrolló un esquema de seguridad para los habitantes. El propósito era reducir los delitos comunes para mantener a las autoridades lejos de la localidad y que no se pusiera en evidencia el centro de operaciones de narcotráfico y homicidio que tenían allí.
“Cuando se desarticula la organización ‘la Fortaleza’, en Los Mártires, la delincuencia común se expande porque se elimina el control territorial de las grandes estructuras. Si alguien robaba o cometía un delito menor, pagaba con la vida. Eso dejó de pasar y por eso se expandieron el hurto y los delitos del día a día”.
Los locales no contaban con la reglamentación necesaria para su funcionamiento. Foto:Secretaría de Seguridad
Los rezagos del Bronx
Esa comunidad también ha señalado que desde la desarticulación del centro de drogas y crimen que funcionaba en El Bronx, en 2016, el problema de inseguridad en vez de mermar creció exponencialmente.
“Nos alegramos cuando nos dijeron sobre la intervención porque pensamos que se acabarían los problemas, pero se aumentaron”, afirmó un líder comunal de la zona.
Respecto a este factor, expertos en seguridad explican que lo que pasó en ese antiguo epicentro del crimen irradió por completo a la localidad y que el exilio de peligrosos delincuentes como ‘los Sayayines’, que controlaban el sector de La Favorita y la disputa entre alias Gancho Mosca y Gancho Mero, que tenían el mando de la reconocida zona de la ‘L’, es la clave para entender el panorama delictivo de hoy en día.
“Delincuentes como ‘Gancho Mero’ y ‘Gancho Mosca’ se fueron a pelear a muerte en Kennedy y Rafael Uribe por el control de la droga luego de que los sacaron del centro. Allí no pudieron e intentaron regresar al centro, pero se encontraron con que ya había otros grupos de criminales controlando (...), eso desató una ola de violencia y de inseguridad”, anotó Nieto.
Zonas identificadas
Actualmente, la localidad tiene tres zonas diferenciadas: la zona central, que va desde la calle 26 hasta la 19 y acoge al barrio Santa Fe. Esta es la más complicada y donde hay operación permanente de la policía con el Comando Especial del Centro.
Luego están la zona comercial de los sanandresitos y el polígono de la venta de repuestos que va de la calle 16 a la 18 (abajo de la Caracas) y donde se ha intervenido de manera especial el delito de extorsión a comerciantes. De hecho, una última operación de inteligencia determinó que los panfletos amenazantes no provenían del ‘Tren de Aragua’ sino de grupos de delincuentes comunes.
Finalmente, el tercer componente de la localidad es la zona residencial de Santa Isabel, que, según las autoridades, “no genera problema” y donde hay acción permanente del Modelo Nacional de Vigilancia por Cuadrantes de la Policía Nacional. Esto demuestra, de acuerdo con los expertos, que si no se controlan los focos de delincuencia común, podrían empezar a formarse estructuras de crimen organizado que se apoderan de la localidad.