La carrera 7.ª, el corredor más importante de Bogotá, vuelve a ver pasar una propuesta de transformación de sus calles y andenes. Es la séptima idea que llega en menos de 15 años. Esta vez se llama Corredor Verde; pero en la istración de
Enrique Peñalosa se llamó troncal de TransMilenio,
cuya licitación se hundió este año y después de varios tropiezos con decisiones judiciales que frenaron el proceso. Y así se puede seguir enumerando las promesas sin cumplir.
Desde la alcaldía de Lucho Garzón (2004-2007) se habló de una troncal de TransMilenio. Hubo estudios y diseños, pero el proyecto cayó durante la alcaldía de Samuel Moreno (2008-2011), quien propuso, en su lugar, llevar el metro y, luego, un TransMilenio ligero, pero al final se dio un reversazo.
Mientras tanto, en su fugaz paso como alcaldesa encargada, Clara López (2011) prometió un corredor verde con movilidad eléctrica: de eso quedó la idea. Entonces, en la alcaldía de Gustavo Petro (2012-2015) se planteó el tranvía, que tampoco progresó.
En todo este proceso se ha perdido dinero, tiempo y la paciencia de los vecinos y s de la 7.ª. Mientras eso sucede, la población y el parque automotor crecen y la arteria de movilidad en el oriente de Bogotá sigue colapsando.
Eso, incluso, lo reconoció ayer la alcaldesa Claudia López: “Hace cincuenta años se hizo la última intervención sobre la carrera 7.ª, para dar más espacio a los carros. Desde entonces comenzó a crecer el flujo no solo de vehículos, sino de peatones, ciclistas y s del transporte público, haciendo cada vez más urgente una nueva intervención”.
Ahora la nueva promesa es el Corredor Verde, que costaría cerca de 2,1 billones de pesos, se entregaría en 2025 y se regiría de siete ‘mandamientos’: promover la arborización urbana, garantizar alumbrado público, operar un sistema de bicicletas públicas, pacificar el tránsito, contribuir a mejorar la calidad del aire, hacer parte del proyecto urbano del borde oriental (con metro y Regiotram, entre otros) y garantizar andenes de calidad. Pero la realidad es que nada está definido al ciento por ciento y, según indicó la Alcaldía, buena parte del proyecto se estructurará de mano de los ciudadanos.
Según López, este proyecto, a diferencia de sus antecesores, no fracasaría debido al componente de participación y cocreación que diseñó el Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal (Idpac).
Sin embargo, hay que decir que en proyectos anteriores, como el TransMilenio de Peñalosa, hubo procesos de participación y construcción conjunta, como lo fue Construyendo nuestra Séptima, en el que participaron Bogotá Cómo Vamos, Corposéptima, la Universidad El Bosque, la Cámara de Comercio de Bogotá, la Veeduría Distrital y la Universidad Javeriana.
“Este es un antecedente importante de participación; hicieron varias mesas de trabajo con residentes, comerciantes e interesados, y lograron canalizar ideas y propuestas de necesidades a lo largo de la 7.ª para entregarlo al IDU. Es importante mirar ese ejercicio y rescatarlo en metodología y resultados. El tema de la 7.ª busca respuesta desde los años noventa y no se ha podido resolver”, asegura Erik Vergel, Ph. D. en Planificación Urbana y Regional y docente de la Universidad de los Andes.
Retomando, el proceso de la istración de Claudia López contempla varios pasos que permitirían que el 18 de diciembre el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) tuviera listo el diseño conceptual y pudiera empezar el proceso de contratación de estudios y diseños (ver recuadro).
“No vamos a invitar a la gente a echar globos”, dijo López, y añadió que se buscará que se involucren la mayor cantidad de actores posible. Pero seguramente esta propuesta no estará exenta de críticas y resistencias.
Para la muestra, un botón: la ciclorruta de la 7.ª, que se estableció hace unos meses como una alternativa de movilidad en el marco de la pandemia, no se ha salvado de las quejas de conductores y algunos ciudadanos que consideran que fue un desatino haberles quitado un carril a los carros para entregárselo a las bicicletas.
El proyecto de Corredor de la Séptima es, esencialmente, una redistribución del espacio vial que apuntará no al carro particular, sino a la movilidad peatonal, en bicicleta y en sistemas de bajas emisiones. Y en ese ejercicio de nueva repartición del espacio no todos quedarán contentos.
Ayer comenzó la carrera contra el tiempo para que este Corredor Verde pueda ser adjudicado en 2021 con el fin de que entre 2021 y 2024 se construya y empiece a verse la transformación. Hay que recordar que, según la Alcaldía, este será solo uno de los múltiples corredores verdes que tendrá Bogotá. Con el Plan de Desarollo y el POT, vienen otros en camino.
¿Cómo será el proceso participativo?
Para la participación ciudadana en el proyecto del Corredor Verde de la Séptima, el Distrito trabajará en etapas:
Del 1.º al 31 de octubre: cocreación.
Esto implicará, primero, una cualificación de la participación a través de la formación de los ciudadanos en temas relacionados con el proyecto. Para acceder a los espacios, se habilitó la página www.septimaverde.gov.co. Allí, usted podrá saber cuándo habrá foros, laboratorios de innovación, talleres temáticos y vecinales, trabajo con niños, y una escuela de participación en los que se pueda expresar qué espera que sea la carrera 7.ª.
Incluso, hacia mediados de octubre se utilizará la herramienta digital Streetmix. Carlos Felipe Pardo, de Numo Alliance y quien impulsa esta parte de la participación, explica que “es una plataforma de código abierto y gratuita donde cualquier persona con conexión a internet puede proponer cambios de un perfil vial. La ventaja es que cualquier persona puede hacer cambios a un diseño (¡no necesitan un arquitecto!) y, además, pueden ver qué cabe y qué no cabe en la calle y cuántas personas pueden movilizarse en cada opción”.
Hasta el 15 de noviembre: diseño.
Con ese material el mano, el IDU, apoyado por la firma internacional Gehl Architects, comenzará a integrarlo a un primer diseño conceptual. Desde este punto, habrá una veeduría que vigile que se tengan en cuenta los resultados de la participación ciudadana. El 15 entrega la idea a la ciudad.
Del 15 de noviembre al 18 de diciembre: estructuración.
Se pule el diseño conceptual. Y se presenta para consenso o votación.
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