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Preocupante panorama de agresiones de pasajeros y colados a operadores de TransMilenio
Les pegan con puños y patadas, los insultan y hasta los han apuñalado. El daño es cada vez peor.
Nueva agresión a conductor de SITP. Foto: Archivo Particular
El martes 12 de diciembre de 2023, en plena carrera séptima con calle 118, una pasajera se dirige hacia la cabina de un bus del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) de la ruta Z8, conducido por una mujer.
la denuncia fue realizada a través de City Tv Foto:City Tv
Con los ojos llenos de ira, la agarra del cabello y la comienza a zarandear mientras ella aguanta el dolor a la vista de todos. Algunos le gritan a la agresora que es una abusiva, que la suelte, pero nadie detiene a la mujer en su ira.
La usuaria arremete con groserías y puños en contra de la conductora, quien resignada no pone ningún tipo de resistencia. EL TIEMPO supo que la mujer, además de las lesiones personales, sufre ahora de ataques de ansiedad. Nunca entendió el nivel de violencia que ejercieron en su contra. Se sintió sola, vulnerable.
"El señor frenaba y aceleraba, me gritaba groserías y estando en esas, se cayó solito y su moto quedó en frente del bus”.
Y este no ha sido el único caso de violencia ejercida contra los trabajadores del servicio público en Bogotá. Según cifras aportadas por la empresa TransMilenio, este año han resultado agredidos físicamente 562 operadores y el año pasado fueron 545 entre los trabajadores de buses alimentadores, troncales y zonales.
En la tarde del sábado 23 de diciembre se registró otro caso de violencia contra un conductor de SITP en Bogotá, quien quedó con una fractura en su mano después de ser agredido por tres hombres que, al parecer, se movilizaban en un bus del municipio de Soacha.
Marcela Mahecha fue otra mujer que recuerda como si fuera ayer cuando un motociclista le pegó con el casco en su rostro. Ese día, 26 de octubre, ella estaba manejando la ruta Perdomo-Chapinero, que es la 61. Eran aproximadamente las 7 de la mañana. “Había mucho trancón y me pidieron ayudar a mi compañera para recogerle los pasajeros, entonces me adelanté y una mujer que iba en una moto scooter me pitó, dijo algo, no la escuché, pero ella siguió su camino”.
Un del servicio integral de transporte público denunció una agresión verbal por parte del conductor del servicio. Según Luis Barón, las agresiones del conductor vinieron luego de que se opusiera a bajarse en un paradero. Foto:Abel Cárdenas / EL TIEMPO
El conductor de una moto, que transitaba por la vía, aprovechando la situación, se posicionó en frente del bus operado por Marcela y, retándola, le impedía movilizarse. “El señor frenaba y aceleraba, me gritaba groserías y estando en esas, se cayó solito y su moto quedó en frente del bus”.
La escena siguiente fue en cámara lenta para Marcela. “Se quitó el casco, lo puso en su mano y me comenzó a golpear el rostro por la ventana del bus. No lo podía creer. Yo, como pude, lo cogí y lo dejé ahí atrapado”.
Afortunadamente, los s fueron testigos del hecho y, aunque el agresor intentó acusarla de atropellamiento, quienes vieron todo advertían: “Ese señor se tiró, se tiró solo”.
Según la víctima, se trataba del operador de una ambulancia que iba para su trabajo y que no tenía nada que ver con el altercado inicial. “Uno tiene muchos puntos ciegos y los demás actores de la vía son muy inconscientes de esto. Se acercan y luego reaccionan de forma muy violenta”. Ella dice que todo el tiempo son blanco, como trabajadoras de La Rolita, de violencia de género.
En eso también coincide Tatiana Walteros, quien dice que los malos tratos son “pan de cada día”. Incluso, las mismas mujeres les dicen brutas, bestias, idiotas e inclusive frases como que se vayan a la casa a cuidar a los hijos o a lavar la ropa. “Un día un tipo se metió al bus por la parte de atrás mientras se bajaba una adulta mayor y comenzó a amenazar a los pasajeros y a mí. Una mujer se volteó y me dijo que si algo les pasaba, era mi culpa. De verdad, es absurdo”.
Incluso, un niño de diez años, de los que se agarran de la parte de atrás y esperan a que su bicicleta sea arrastrada, la trató mal. “Como le dije que no hiciera eso, que le podía pasar algo o causar un accidente, me respondió que no fuera sapa, que por eso es que nos rompían los vidrios. ¡Era un niño! Ahí se da uno cuenta de que es algo cultural”.
Pero los hombres también son víctimas de las violencias. José Giovanni Aguilar Aguirre, operador del SITP, un día, iba cubriendo la ruta 6-12 que va de San Joaquín a Villa María. En El Tesoro, recogió a un quien le dijo que por favor lo llevara gratis a El Lucero. “Yo le dije que no podía porque el bus tenía cámara y que la empresa no lo tenía permitido”.
El ciudadano, sin embargo, se saltó el torniquete violentamente. Ya José no pudo hacer nada. Luego entró una mujer y se hizo a su lado. “Yo le pregunté que si ese tipo estaba robando y me dijo que sí. Yo me levanté de la silla, le dije que qué estaba haciendo. Un pasajero, aturdido del miedo, me dijo que nada. Luego el colado me atacó con un puñal en el brazo. Salió corriendo y se escabulló por un potrero”. Quedó gravemente herido y dos policías que pasaban por el lugar no lograron capturar al agresor porque se desapareció por una canal de aguas.
La agresión se generó, al parecer, porque el atacante se quiso bajar en un lugar no autorizado. Foto:Citynoticias
Otros conductores relataron que hay que optimizar el funcionamiento del botón de pánico porque muchas veces, si no hay heridos, los instan a que continúen sus recorridos. “La gracia de ese sistema es que sea lo que se lleguen rápido las autoridades o alguien a auxiliarlo a uno”, dijo otro conductor, quien prefirió ocultar su identidad. Y no solo son agresiones físicas; verbales, este año, ya hay registradas 114 y actos de vandalismo: 951.
Tanto TransMilenio (TM), como La Rolita cuentan con botones de pánico, pero, según conductores y s, estos mecanismos no son suficientes para evitar este tipo de agresiones.
TM rechaza todos estos actos de violencia e intolerancia que ponen en riesgo la integridad de los colaboradores y s.
“El transporte público es un bien esencial de la sociedad, este debe tener prioridad y ser respetado. El personal brinda un servicio indispensable para la ciudad y para más de 4’000.000 de s que a diario se movilizan en el SITP”.
Conductor Sitp Foto:Redes Sociales
La empresa pidió respeto por el personal e hizo un llamado a todos los actores viales a encontrar canales de comunicación asertivos para la resolución de conflictos. “Reiteramos que quienes estén involucrados en estos actos pueden ser sancionados por la Ley hasta con tres años de cárcel por agresión a personas con actividades públicas”.
La Rolita, por su parte, ha entrado a fortalecer la salud mental de sus trabajadores a través del manejo de las emociones.
El proceso inició hace seis meses con un plan piloto en Ciudad Bolívar, donde se identificó la necesidad de trabajar con los actores viales en estrategias que permitan evitar accidentes, riñas y agresiones entre conductores y s por el manejo indebido de situaciones que ocurren diariamente en las vías de la ciudad.
Las operadoras fueron invitadas a participar de este proceso, teniendo en cuenta que trabajan en una zona topográficamente difícil, en un sector tradicionalmente masculinizado, y varias de ellas han sido víctimas de agresiones físicas y verbales. A pesar del miedo y la vulnerabilidad que sienten estas personas, las habilidades adquiridas para el manejo de sus emociones les han permitido sobreponerse y seguir al frente de sus actividades, pero, claramente, requieren de más apoyos.
En lo que respecta a los hombres, estas habilidades les han permitido tener autocontrol. Los trabajadores de La Rolita se convierten en promotoras y promotores del bienestar emocional. Esto significa que están en capacidad de escuchar, analizar y orientar adecuadamente a otras personas, incluso de su familia, para superar situaciones difíciles.