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¿Cómo actuaban los fleteros que se hacían pasar por comerciantes?
La Sijín siguió por seis meses a ‘los Fijadores’ que, en 12 asaltos, robaron más de $ 240 millones.
La víctima estaba inquieta. Iba a retirar más de 47 millones de pesos de un banco y tomó varias decisiones que consideró claves para que no la robaran: hacerlo en una entidad bancaria de un centro comercial —es más seguro, supuso— y pedirle a su hijo y a un primo que la acompañaran y que ellos se llevaran el dinero en el carro mientras ella tomaba otro rumbo; todo un plan de seguridad personal.
Estaba tan confiada que no le pareció sospechoso que un hombre con quien se cruzó saliendo del banco caminara a su lado en el parqueadero del centro comercial, cuando estaba despidiendo a sus acompañantes. Coincidencia, pensó inocentemente.
Minutos antes, mientras esperaba su dinero escoltada por sus familiares, alias Mula, bien vestido y pasando desapercibido, posaba de cliente en la misma entidad bancaria, mientras observaba con detenimiento a la mujer.
Cuánto tardó con el cajero, qué ropa vestía, con quién estaba, en dónde guardó la plata, el color del cabello, los zapatos: escanear sus víctimas, esa es la labor del ‘marcador’, el rol que, según los investigadores de la Sijín, es el más importante de las bandas dedicadas al fleteo. Incluso, este individuo es quien suele pedir la tajada más grande de los asaltos que comenten, porque es quien se expone a las cámaras de seguridad.
Esta persona jamás hace una transacción bancaria, aunque pide turno para ir con un asesor comercial, o para hablar con el subgerente del banco o para ir a la caja. Puede entrar y salir varias veces, pero su finalidad es informar al ‘caminador’, con una llamada o un mensaje de WhatsApp, quién es la víctima.
La mujer, su hijo y su primo fueron marcados. El segundo delincuente, denominado el caminador, entra en acción y empieza a seguirlos cautelosamente, guardando una distancia prudente, pero sin perder de vista ningún movimiento.
“Camina por todo el centro comercial, sigue a la víctima por donde tenga que seguirla, si se queda tres horas comprando cosas, la espera; si entra a ver una película, aguarda pacientemente a que termine”, describe las labores de este delincuente un investigador del equipo especial de fleteos de la Sijín de la Policía de Bogotá, que lleva varios años combatiendo esta modalidad en la capital del país.
La tarea del caminador termina cuando observa qué tipo de vehículo aborda la víctima: taxi, moto o automóvil. El hijo y el primo de la mujer abordaron un Volkswagen Jetta gris en el estacionamiento del centro comercial, información que llegó a las personas que estaban afuera, esperando para empezar la persecución por la ciudad hasta encontrar el momento indicado para atacar.
“Uno va en moto, solo, y en otro vehículo —a veces un taxi, a veces un carro particular—, se movilizan quien conduce y a quien conocemos como el ‘instalador’, que es quien desciende del automóvil y, con un arma de fuego, intimida para que le den la plata. Después de esto, aborda la moto y huye con el botín”.
A los hombres que llevaban los 47 millones de pesos los siguieron desde el centro comercial Calima, en la carrera 30 con calle 19, hasta la carrera 24 con calle 67, donde un trancón facilitó el ataque. Dos disparos al carro y éxito en el asalto.
Empieza la investigación
Este caso, ocurrido en julio del 2018, fue el primero que conoció el equipo especial de fleteos de la Sijín cometido por la banda delincuencial denominada ‘los Fijadores’, que en 12 asaltos, entre julio del año pasado y febrero de este, se robaron más de 240 millones de pesos.
Ese día, los rostros de alias Mula, marcador, conductor y líder de la banda; Mayerly, caminadora y esposa de Mula; John, motociclista, y Camilo, el instalador, quedaron en las cámaras de seguridad del banco, del centro comercial y las calles por las que transitaron.
Desde entonces, los hurtos bajo esta modalidad y cometidos por estas personas empezaron a ser recurrentes y, de a poco, los investigadores lograron establecer los roles de cada uno e identificar los vehículos en los que se movilizaban, pero no sabían dónde vivían, cómo se llamaban, quiénes eran.
Mientras avanzaban las investigaciones, la llamada de un funcionario de un banco del centro comercial Centro Mayor, en el sur de la ciudad, a quien le pareció sospechosa la actitud de dos personas, puso en alerta a la Policía.
La pareja fue conducida al CAI más cercano, allí les pidieron sus datos, les tomaron fotografías, les impusieron una anotación y los dejaron ir; creyeron que no había pasado nada. Sin embargo, los detectives fueron hasta ese comando de la Policía y confirmaron que las personas que quedaron registradas allí eran ‘Mula’ y su esposa, Mayerly.
La Sijín de Bogotá siguió por seis meses a ‘los Fijadores’ que, en 12 asaltos, se robaron más de 240 millones de pesos. Foto:
De inmediato, tomaron sus números celulares y solicitaron a la Fiscalía autorización para interceptar las líneas. En las conversaciones, obtuvieron los os de los otros integrantes de la banda delincuencial y, también, comenzaron a escucharlos. Los esposos se hacían pasar por comerciantes exitosos y respetados de la localidad de Rafael Uribe Uribe.
“Un analista empezó a escuchar lo que hablaban: cosas personales que no tenían nada que ver con su actividad criminal, pero también cómo planeaban algunos asaltos, como el que ocurrió en febrero pasado en Soacha. En este, le robaron a una mujer de la tercera edad 15 millones de pesos, después de retirar el dinero de un banco. Ellos hablaban cifrado: ‘Estoy jugando un partido de fútbol, voy para el segundo tiempo y los de nacional están dando vueltas’ ”, describió uno de los investigadores.
Después de escuchar esta conversación y tras obtener las coordenadas de ubicación que arrojan las llamadas de los celulares, detectaron que este robo ocurrió en el centro comercial Mercurio, de Soacha.
Cuando llegaron, la Policía confirmó el fleteo y las imágenes de cámaras de seguridad del sector dejaron en evidencia, de nuevo, el actuar de ‘los Fijadores’. Los uniformados que le seguían la pista a estos delincuentes aron algunas víctimas para confirmar la identidad de los criminales, y después de tener una importante cantidad de pruebas, solicitaron las órdenes de captura.
Iban a irse del país
Las detenciones estaban programadas para el mes de abril, pero comunicaciones telefónicas en las que los delincuentes manifestaban la intención de irse a México a delinquir en ese país adelantaron el operativo de captura para marzo.
Alias Mula y su esposa vivían en el barrio Diana Turbay, en la localidad de Rafael Uribe Uribe, con sus dos hijos de 5 y 8 años. Sus vecinos, incluso sus familiares, no sospechaban sobre lo que hacían.
Los investigadores tenían la vivienda ubicada, así que fueron hasta allá y esperaron a que llegaran para capturarlos.
John, otro de los delincuentes, en una llamada, manifestó que estaba vendiendo una motocicleta en la Primero de Mayo, así que hasta este sector fueron los detectives, quienes después de varios minutos caminando por la zona, lograron ubicarlo. Camilo vivía en el barrio Venecia y fue detenido, días antes, en flagrancia por porte ilegal de armas.
Estas cuatro personas (todas tenían antecedentes judiciales) fueron presentadas por las autoridades ante un juez, quien los envió a prisión.
Mula y Camilo aceptaron los cargos, mientras que Mayerly y John los negaron. A todos les imputaron concierto para delinquir, hurto agravado y calificado, y porte ilegal de armas. Podrían ser condenados hasta con 25 años de cárcel.
Según explicó uno de los investigadores de la Sijín, aunque el fleteo entre enero y mayo de este año se redujo un 35 por ciento, pues pasó de 35 casos en el 2018 a 20 en el 2019, en la ciudad están operando, en este momento, tres bandas más. Las investigaciones en contra de una de esas estructuras están adelantadas, y se espera capturar a sus integrantes en las próximas semanas.
A partir de hoy, EL TIEMPO publicará los viernes las seis entregas del especial periodístico Bandas tras las rejas, en las que se explicará las diferentes modalidades de robos que ocurren en Bogotá y las investigaciones que ha adelantado la Sijín de la Policía para desarticular alguna de las estructuras criminales responsables de cometer estos delitos.