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‘Hay que parar al enemigo de Bogotá, que es Gustavo Bolívar’: Diego Molano
El exministro y ahora aspirante a la alcaldía de Bogotá analiza a dos de los candidatos adversarios.
Diego Molano, exministro de Defensa y candidato a la Alcaldía de Bogotá. Foto: Karen Salamanca
El exministro de Defensa y candidato a la Alcaldía, Diego Molano, analiza sus debates contra dos candidatos adversarios; uno, quien fuera su subalterno, el general Vargas, y contra quien cree que es el enemigo de la ciudad: Gustavo Bolívar. Pide a la alcaldesa que pare la licitación del Corredor Verde en la carrera 7.ª.
¿De dónde sale la idea de que salte del Ministerio de Defensa a la Alcaldía de Bogotá?
En 1994, el rector de la época de la Universidad del Rosario, Mario Suárez Melo, me invitó a meterme en los temas de Bogotá. Decía que las universidades forman a la gente para gobernar el país, pero no para manejar la ciudad. Creamos una cátedra y de ahí me surgió la idea de trabajar por la ciudad y ser alcalde de Bogotá.
¿O sea, usted desde cuándo lleva estudiando para ser alcalde de Bogotá?
Desde 1994. A partir de eso hice una maestría en istración Pública porque creo en el poder transformador de las ciudades. Entonces, por ejemplo, estuve en Acción Social y trajimos 200.000 familias al programa Familias en Acción. Como director del ICBF, y con un modelo italiano, creamos un programa de ciudades para los niños. Después estuve en una fundación privada, en Bavaria, y les propuse que hiciéramos un programa de tenderos, que son los que mueven la ciudad. Luego estuve de concejal, donde profundicé en el tema de la ciudad, trabajamos temas del metro, de seguridad. Y luego, como ministro de Defensa, impulsé una ley de seguridad ciudadana para los problemas urbanos. Hoy creo que tengo la oportunidad de ser alcalde y de poder contribuir ante el caos de la ciudad.
Cada candidato tiene una visión distinta sobre el metro que se está construyendo. Mientras unos dicen que lo van a parar mientras lo vuelven subterráneo, otros dicen que lo aceptarán en el estado en que lo encuentren. ¿Cuál es su posición?
En Bogotá tenemos que tomar decisiones contundentes de obras que benefician a los ciudadanos. Vamos a hacer una megacárcel para llevar a todos los delincuentes, a los reincidentes, a los venezolanos criminales, y a todos aquellos que, por ejemplo, están acosando a las mujeres en TransMilenio. Y la otra, la del metro de Bogotá. Ahora no podemos permitir, después de que la obra fue contratada legal, técnica y fue financieramente evaluada, que por un ‘petrocapricho’ se pare esa obra. Parte de la razón de por qué me fui con este movimiento independiente es que en Bogotá las obras no pueden tener color político. El metro elevado no es de Peñalosa, ni el subterráneo es de Petro. El metro es de los bogotanos, nos lo merecemos. Ya está en construcción, tiene el 89 por ciento de los lotes comprados. Esa obra ya no la podemos parar por un capricho, que nos costaría 10 años más y 15 billones más. El metro no lo voy a prometer, lo voy a poner a rodar.
¿Y el Corredor Verde por la 7.ª, que nos tiene a muchos aterrados?
Puntos del corredor verde a lo largo de la carrera séptima. Foto:IDU
Es un esperpento urbanístico. Con ese proyecto no estoy de acuerdo, inclusive desde que Peñalosa trató de plantear el TransMilenio por la 7.ª, siendo yo concejal. Esa no es una solución de fondo a los problemas de la 7.ª y sí afecta especialmente el tramo de la 94 a la 32, donde eliminan el carril, el carril occidental de carros particulares. Y ahora la alcaldesa, con tal de correr y dejarlo, de forma irresponsable, inclusive en esta licitación abierta, ha dejado por fuera los diseños de la carrera 11. Eso va a colapsar el oriente de la ciudad, especialmente en el norte. Yo sí le pido a la alcaldesa que pare esa licitación.
El lanzamiento de su candidatura coincidió con el de su libro, 'Bajo amenaza. La cara oculta del ‘estallido social’ que golpeó a Colombia'. Y afirma que esas protestas tuvieron tres etapas o escenas…
Tres escenas de una misma hora, las llamo en el libro…
Dice que la primera escena estaba encaminada a tumbar al Presidente. La segunda, a desprestigiar y desmoralizar a la Policía. Y la tercera, con ayuda del microtráfico, organizaron los bloqueos en las ciudades. ¿Estoy en lo correcto?
Sí. Realmente lo que describo es que esto tuvo influencia de un movimiento internacional que utiliza la indignación social. Pasó en Chile, pasó en Ecuador y luego pasó en Colombia, donde utilizan la indignación social y la exacerban por redes sociales.
Pero usted acepta que la gente tiene derecho a estar indignada…
Claro. Y además a manifestarlo pacíficamente. El problema es utilizar el método de exacerbar, con mentiras y con noticias falsas, la insatisfacción social. La primera línea fue creada para destruir y desestabilizar. Y ahí se metieron el narcotráfico, el Eln, las disidencias de las Farc. Diferenciar lo uno de lo otro nos costó trabajo, pero lo logramos.
Además de afirmar que detrás de esas protestas violentas estuvieron Eln y disidencias de las Farc, como ministro de Defensa se quejó de que los alcaldes no lo apoyaban, unos por miedo, otros por complicidad. Pero entre dos que menciona con más intensidad están el alcalde de Cali, el señor Ospina, y la alcaldesa Claudia, de Bogotá…
Ospina facilitó que la ciudad fuera tomada. Decía unas cosas en el consejo de seguridad y en las ruedas de prensa decía otras. En muchas oportunidades no respaldó a la Fuerza Pública, sino que dejó que un grupo de indígenas entrara para hacer destrucción en la ciudad. No colaboró en la restitución rápida del sistema MIO. Una noche vimos cómo la ciudad estaba llena de basuras y no permitía que llegaran los operadores de la Alcaldía para recogerlas. Ahí, realmente, parte de lo que le pasó a Cali es que el alcalde no colaboró.
¿Y la gente en Cali está consciente de eso?
Pues mire los niveles de desaprobación del alcalde. Más del 80 por ciento...
También ha criticado a la alcaldesa Claudia López, que al principio comenzó maltratando a la Policía, sin desconocer que en las últimas épocas se ha acercado y se ha vuelto más solidaria…
No sé si sea por convicción o por encuestas. Pero cuando la alcaldesa calificó y defendió a sus muchachos de la primera línea y se refirió en muchas oportunidades como asesinos a los policías perdió autoridad y a su vez hizo perder respeto hacia la Policía de Bogotá. Recuperar ese respeto ha sido muy difícil y hoy se está viendo en los problemas de inseguridad que tenemos.
Pero hoy sí pide más policías…
Con el ministerio hicimos el acuerdo de que si la Alcaldía pagaba, le entregaríamos más de 2.500 hombres a Bogotá de pie de fuerza, pero este gobierno del presidente Petro le quitó 1.500. En estar furiosa por eso, ella tiene la razón.
O sea, la plata que metimos para prepararlos nos la ‘tumbaron’…
No le respetaron el convenio firmado con Bogotá.
Bueno, hablemos de la campaña a la Alcaldía de Bogotá. Porque lo noto un poquito olvidado, ignorado. Incluso cuando publican encuestas, a veces ni lo mencionan. ¿Por qué?
Hay una técnica que utiliza la izquierda y es buscar invisibilizar a todo aquel que se les puede convertir en una amenaza. Y mucho más cuando la izquierda está en el gobierno. Pero la verdad es que aquí trabajamos todos los días para convencer a los bogotanos.
¿Cree que Bogotá es de izquierda?
No lo creo. Creo más bien que los bogotanos somos un electorado más independiente, exigente y rebelde que el resto de los colombianos. Pero aquí se ganaba por poquitos votos, el 30 por ciento de la votación, porque no había segunda vuelta. Ahora que sí la hay, vamos a trabajar para convocar y no permitir que este gobierno del caos y del odio que tiene Petro se tome la ciudad.
Su inscripción por firmas, si bien lo hace a usted independiente, lo aleja de unos apoyos definidos. ¿Quién lo apoya?
Nos fuimos por firmas. Para unir a los bogotanos hay que ir más allá de un partido. Venimos trabajando con Salvación Nacional, pero seguiremos convocando gente de otros partidos con los que compartimos los mismos valores, a los jóvenes y a los trabajadores.
No deja de ser una tremenda coincidencia que en esta campaña usted tendrá como adversarios a dos personas en particular. Una, Gustavo Bolívar, a quien usted le ha criticado hasta la saciedad haber llamado “malditos cerdos” a la Policía. Y le dio muchos dolores de cabeza contrarrestar el apoyo de Bolívar a las primeras líneas, suministrándoles elementos de protección contra la Fuerza Pública…
Nadie tiene que defenderse de la Fuerza Pública en una manifestación pacífica.
Y en muchos casos estas no lo fueron…
Alrededor del que pase a segunda vuelta nos unamos todos para enfrentar a aquellos que quieren imponer ese caos y odio en la ciudad
No. Lo que hicieron fue atacar a la Fuerza Pública con bombas incendiarias, quemaron CAI, agredieron con palos, con piedras, inclusive les dispararon a los policías con armas traumáticas. Entre el 28 de abril y el 1.º de julio de 2021, hubo 15.000 manifestaciones pacíficas en Colombia; en 1.700 oportunidades hubo violencia. Eso quiere decir que se transgredieron los derechos de los otros ciudadanos. Y lo que hizo la Policía fue intervenir, porque una cosa es la manifestación pacífica y otra es cometer delitos como destruir un bien público o bloquear una vía, degollar a un motociclista o dejar morir a un bebé en una ambulancia.
¿Entonces, ante tantas críticas que le ha hecho, cómo serán sus debates con el candidato Bolívar?
Uno no puede ser jefe de la Policía cuando considera que sus policías son unos “malditos cerdos”… Porque el alcalde es el jefe de Policía de Bogotá, tiene 17.000 hombres a su mando, que son los que tienen que restaurar la seguridad y la tranquilidad de los bogotanos. Y si el alcalde lo que piensa es que son unos “malditos cerdos”, pues no tiene ni autoridad moral ni capacidad de garantizarles la seguridad a los bogotanos.
El otro adversario muy curioso que tendrá usted en esta campaña va a ser un exsubalterno suyo, el exdirector de la Policía, general Jorge Luis Vargas. ¿Cómo serán esos debates?
Él es muy buen general; bajo mi mando en el Ministerio de Defensa cumplió sus tareas y, por supuesto, yo respeto a la Policía profundamente. Se logró con él y con el Ejército y con las otras empresas del ministerio, son 16, una política de seguridad global. Y con la directriz y el apoyo del presidente Duque logramos recuperar a Colombia. Ambos conocemos la ciudad. Pero aquí hay que aplicar no solo conceptos de seguridad, sino también conocimiento sobre los aspectos sociales y de urbanismo.
¿Esperaría que, de acuerdo a como vayan saliendo las cosas, él termine apoyándolo a usted o usted a él?
No, definitivamente que él nos apoye. Aquí lo principal que tenemos que garantizar es que el enemigo de Bogotá, que es Gustavo Bolívar, no llegue a la alcaldía.
A ese respecto he escuchado a mucha gente opinar que otra vez están cometiendo la derecha y la centroderecha un error, que es dividirse para abrirle el camino a la izquierda. ¿Ustedes no han pensado, y estoy hablando del general Vargas, de Galán, de Oviedo, de Lara, y de usted, que es mejor que uno de ustedes represente a los demás, para enfrentársele al candidato de izquierda, que dispersar de esta manera los votos?
Sí, a Bogotá le pasó eso anteriormente en la elección de Petro, que ganó solo con el 30 por ciento, y en la elección de Claudia; pero hay una gran diferencia en esta elección y es que va a haber segunda vuelta. Así, los bogotanos van a poder votar en la primera por aquel que tiene el carácter, la experiencia, el conocimiento, y espero ser yo el elegido. Lo que sí nos tiene que unir a todos es que alrededor del que pase a segunda vuelta nos unamos todos para enfrentar a aquellos que quieren imponer ese caos y odio en la ciudad.
Finalmente, doctor Diego, en su libro demuestra su gran conocimiento acerca de cómo funciona el orden público o mejor, el desorden público, no solamente en Bogotá, sino en el país. Eso me hace preguntarle si usted sería un alcalde militarista o uno dialogante…
He sido un civilista y un demócrata toda la vida. Y aquí lo que van a tener es un alcalde muy comprometido con lo social. Tengo conocimiento, he trabajado con la comunidad en todos los programas que he manejado. Pero lo que sí pueden tener claro los colombianos es que así como la manifestación pacífica la vamos a respetar, tendremos el carácter para tomar decisiones en momentos difíciles cuando haya amenaza a sus derechos, si llegan a destruir un CAI, a obstaculizar las vías, y no vamos a permitir que esas bandas crezcan en la ciudad. Y mucho menos vamos a permitir que en Bogotá se les tenga que pagar a los delincuentes por no matar. Esta ciudad va a tener un alcalde que respeta y apoya a los ciudadanos que hacen lo correcto, que se levantan, que estudian, que trabajan y que viven en paz.