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El golpe en la mesa de Juan Daniel Oviedo en la política bogotana
Conquistó un impensado segundo lugar y se proyecta como una de las figuras claves para la capital.
Ocho meses y 22 días fue la cuenta que hizo Juan Daniel Oviedo del arduo trabajo que lo llevó a conquistar el segundo puesto en las elecciones por la alcaldía mayor de Bogotá y en las que marcó el hito político de derrotar a Gustavo Bolívar, candidato del movimiento del presidente Gustavo Petro. Muy poco tiempo en términos nominales y toda una osadía en una ciudad donde en teoría la izquierda tiene su gran bastión, pero que esta vez sacó uno de sus peores resultados de la historia reciente.
Y si bien todo el tiempo se quejó de que el voto útil a favor de Carlos Fernando Galán, a la postre alcalde electo, lo invisibilizaba, al final le sirvió para derrotar a Bolívar.
Fueron más de 614.000 votos que, si bien no le alcanzaron para clasificar a segunda vuelta –como era su idea–, sí le sirvieron para dar un golpe en la mesa de la política bogotana y para validar la ya comprobada tendencia capitalina de abrirles espacio democrático a voces diversas que no necesariamente forman parte de los partidos tradicionales ni de los ires y venires de las fuerzas políticas habituales.
Empezó a llamar la atención y a marcar bien arriba en las evaluaciones que se hacían de los funcionarios del Gobierno, en tiempos especialmente críticos por la pandemia del covid-19
Porque nada más alejado de la política tradicional que la figura de Oviedo, un hombre de la entraña de la academia y de los ambientes técnicos de los estudios de economía que desde el –si se quiere– gris escenario de la dirección del Departamento Nacional de Estadística (Dane) en tiempos del gobierno del presidente Iván Duque supo proyectar un liderazgo, en sus inicios controvertido, pero que luego se volvió cálido y cercano.
“Al principio le dieron mucho palo por su forma de hablar, por su manera de expresarse que identificaban como la de un gomelo bogotano, que en su caso ya parece una frase de Perogrullo. Pero luego, por la forma pedagógica en la que explicaba los datos de inflación o desempleo, por su particular manera de aterrizar las estadísticas y por empezar a hacer mediciones efectivas sobre ciertas comunidades que tendían a ser invisibilizadas –como la LGBTIQ+–, empezó a llamar la atención y a marcar bien arriba en las evaluaciones que se hacían de los funcionarios del Gobierno, en tiempos especialmente críticos por la pandemia del covid-19”, explica una reportera que lo sigue desde sus tiempos en el gobierno Duque.
“Al final lo de ‘gomelo’ terminó siendo más una virtud que un defecto porque, además de su buen trabajo en el manejo y en la confiabilidad de las estadísticas del país, le sirvió para diferenciarse y hacerse popular en sectores que rara vez identifican al funcionario encargado de los datos más importantes de la vida económica de un país”, explica otro, quien añadió que “precisamente tener en la cabeza con exactitud todos esos datos sobre las cifras que golpean o afectan a los colombianos, y en este caso a los bogotanos, le sirvió para confeccionar un mensaje a la medida de las necesidades de la gente”.
Y si Oviedo logró romper los paradigmas de los movimientos políticos tradicionales, también lo hizo rompiendo el de las ideologías, un mensaje particularmente poderoso en tiempos de enorme polarización.
Bogotá. 29 de Octubre de 2023. El Candidato Juan Daniel Oviedo llega a la sede de la Calle 49d Bis Sur #88f - 18 en la Localidad de Bosa, para recibir de esta manera los informes del conteo de votos. Foto: Sergio Acero Yate / El Tiempo. Foto:Sergio Acero Yate / El Tiempo.
Analistas consultados por EL TIEMPO coinciden en que esta fue una de sus principales virtudes, la de armar una propuesta sólida de gobierno distrital no a partir de postulados ideológicos, sino de fijarse en lo que necesita la gente: “A Oviedo mientras estaba en la Universidad del Rosario le dio su primera oportunidad el gobierno de derecha del presidente Iván Duque a través de la uribista María del Rosario Guerra, entonces su mentora. Luego, el presidente de izquierda Gustavo Petro lo invitó a que continuara su labor en el Dane, algo que no se dio por alguna exigencia que hizo el mandatario. Y es bien sabido que otros movimientos de corte liberal y conservador que vieron en él potencial y pasta para llegar lejos intentaron seducirlo. Entonces Oviedo se hizo refractario a las cuestiones ideológicas y políticas y armó su programa de gobierno a partir de, por ejemplo, las necesidades específicas de la comunidad LGBTIQ+ en el barrio Santa Fe, o las de los dramas y angustias de los habitantes de Bosa, localidad adonde se fue a vivir y que quizás no le salió tan bien como esperaba, pues se lo señaló de populista".
Por eso, inscribió su movimiento a través de la recolección de firmas y su lugar de trabajo no era la sede de su campaña de Teusaquillo, sino que se le veía a menudo en las calles repartiendo volantes, haciéndose selfis y hablando con los bogotanos en medio de un jolgorio de músicos que a menudo lo acompañaban en una comparsa a la que cada vez se unían más jóvenes.
Necesitamos que Bogotá sea capaz de resolver sus propios problemas escuchando a los habitantes de Bogotá
A ellos y a su mamá, Miriam Arango, les dedicó Oviedo sus primeras palabras luego de conocido su segundo lugar. “No tenemos nada que reprocharnos”, dijo. Y añadió: “Hemos construido con todos ustedes una propuesta basada en la verdad, una propuesta que quiere resolver problemas, y que es un mensaje contundente al Gobierno Nacional de que no queremos más improvisación en Bogotá; de que no queremos más intervención del presidente Gustavo Petro en las decisiones que se toman en la ciudad; de que necesitamos que Bogotá sea capaz de resolver sus propios problemas escuchando a los habitantes de Bogotá, pero sobre todo siendo muy rigurosos a la hora de construir soluciones para la ciudad”.
Lo que no es claro de momento es cuál será su futuro cercano. A una pregunta de una reportera de Citynoticias sobre si se posesionaría de la curul a la que tiene derecho como concejal dijo que este lunes tendría una reunión para analizarlo.
Un capital político de más de 600.000 votos es nada desdeñable. Pero a la luz de su discurso, cree que su movimiento puede tener más fuelle: “Esta segunda posición es un mensaje claro de que tenemos una gran oportunidad de seguir siendo útiles para la ciudad, y útiles para todo el país”.