Como en una película de acción, un grupo de delincuentes planeó el millonario robo que se realizó entre el 1.º y el 2 de enero pasado, en un exclusivo conjunto residencial del sector del Salitre, en el noroccidente de Bogotá.
Un botín de 1.000 millones de pesos es el estimado que las autoridades dicen se pudieron haber llevado los ladrones luego de saquear el lujoso apartamento de una familia de comerciantes. Al parecer, los delincuentes habrían entrado camuflados al edificio, logrando evadir los controles de seguridad.
“Nosotros salimos de vacaciones desde el 30 de diciembre a eso del mediodía. Yo misma verifiqué que las puertas y ventanas estuvieran bien cerradas y que todo quedara con llave. Sin embargo, cuando volvimos, la puerta estaba sin seguro y no estaba forzada”, así relató los hechos Ana María Jiménez*, propietaria del inmueble afectado.
En este robo las pistas parecen no estar tan claras. Según los investigadores del caso, las versiones sobre cómo ingresaron los delincuentes al edificio aún son difusas, pues el personal de seguridad afirma que no notaron nada extraño y que en ningún momento se dio ingreso a personas desconocidas o trabajadores que no estuvieran autorizados, como se supone es el conducto regular.
Sin embargo, hay un elemento clave dentro de las pesquisas que adelanta el CTI de la Fiscalía y es el hecho de que antes del robo, al apartamento ubicado en un décimo piso le fue suspendido el suministro de luz y, según relatan otros residentes, por lo menos cinco apartamentos más habrían resultado afectados por dicho corte. Uno de los testigos asegura que alguien llegó a la torre para cortar la luz.
No obstante, el cuerpo de vigilancia de esa noche asegura que no hubo ingresos extraños y en la minuta de seguridad que relaciona a los visitantes y personas que no son residentes tampoco aparece registro alguno sobre una visita para revisión de energía ni en el apartamento saqueado ni en la torre donde está ubicado.
“Cuando mi hija llegó no había luz, pero sí notó que había algo raro en el piso. Ella fue a subir los tacos y ahí se dio cuenta de que habían robado el apartamento. Nosotros preguntamos si es que se había ido la luz y nos dijeron que no, que habían entrado a cortarle la luz a todo el mundo, lo que nos pareció muy sospechoso”, narró la víctima.
Hechos inconexos
Pero en este caso hay más elementos que llevan a las autoridades a pensar que el o los delincuentes ya habían estudiado a la familia y que incluso estaban dentro del conjunto desde horas o días antes.
Según el relato de una de las afectadas, los ladrones habrían llegado específicamente al lugar donde tenían la caja fuerte con varios millones de pesos. Además, rompieron los espaldares de los guardarropas y las camas. Ambas cosas, incrustadas en la pared.
Por esta razón, dicen los investigadores, es como si los delincuentes hubieran estado buscando algún elemento en concreto, algo escondido dentro del lujoso apartamento. Levanta toda clase de sospechas que la puerta principal hubiera sido abierta, al parecer, con la llave que le corresponde. La caja fuerte tampoco reveló mayor signo de forcejeo.
Sin embargo, la familia que fue víctima del millonario hurto asegura que nunca habían notado nada sospechoso en su lugar de residencia, que son prudentes con la información que suministran a los amigos y vecinos, y que esta es la primera vez que les ocurre un hecho como estos.
Incluso, entre las hipótesis que manejan las autoridades también se contemplaría que alguna persona que conocía a la familia, que sabía de sus movimientos y de los artículos que se guardaban dentro del dúplex del décimo piso pudo haber estado involucrada o fue quien reveló los detalles para que otros pudieran haber ingresado a cometer el ilícito.
No obstante, hasta el momento son solo hipótesis, pues los investigadores dicen estar analizando los videos de seguridad del lugar y las huellas dactilares que se lograron recuperar de la escena del crimen.
Esta no es la primera vez que un hecho de esta magnitud ocurre en el exclusivo sector. EL TIEMPO había contado hace unos meses cómo una banda de apartamenteros que se hacía pasar por personal de servicios generales le suministró escopolamina a un hombre de la tercera edad y le robaron un monto de 800 millones de pesos que también guardaba en su apartamento.
Aunque las autoridades dicen que investigan los hechos, también advierten que esta zona se ha convertido en una de las preferidas por los ladrones de apartamentos e invitan a la ciudadanía a extremar las medidas de seguridad en el interior de sus hogares.
*El nombre de la víctima fue cambiado para proteger la identidad de la víctima.
JONATHAN TORO ROMERO
REDACCIÓN BOGOTÁ