En Bogotá se duplicó la violencia en contra de los niños, estos son los dramáticos casos que llevaron a tomar medidas urgentes

En julio, un hombre fue golpeado violentamente por la comunidad luego de que este le causara una herida en el cuello a un niño con un arma cortopunzante en un barrio de la localidad de Fontibón mientras que el pequeño era llevado a un centro de salud.

Ese mismo mes el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) reveló que conoció una denuncia de abuso sexual cometido contra dos menores de edad indígenas tras verificar los derechos de una niña de 11 años y una adolescente de 14 años pertenecientes a la comunidad emberá, presuntas víctimas en la UPI La Florida.

El 31 de mayo de 2024 falleció una niña de tres años, identificada como Celeste. Llegó sin signos vitales al hospital de Kennedy después de una grave golpiza. Los médicos dijeron que no tenía signos vitales, que en su cuerpo había varios moretones y que, probablemente, llevaba muerta por lo menos dos horas.

Lamentablemente, esta es solo una muestra de los vejámenes y abusos a los que son sometidos los niños en Bogotá. Según el secretario de Integración Social, Roberto Angulo, el maltrato a niños, niñas y adolescentes (NNA) en Bogotá se duplicó entre 2020 y 2023.

Explicó que la tasa de maltrato infantil, que incluye el físico, sexual, económico, de negligencia o de abandono, pasó de 8,2 a 17,2 NNA. Además, la entidad que lidera Angulo, también alertó sobre una escalada sin precedentes en la historia reciente del abuso sexual en contra de menores de edad, que pasó de 5.112 casos en 2020 a 12.446 en 2023. Para rematar, en lo corrido de 2024, la violencia contra NNA sigue creciendo, las cifras de enero a abril de 2024 aumentaron 34,6 por ciento con respecto al año inmediatamente anterior.

Según los registros de las Comisarías de Familia, de cada 10 víctimas de violencia en el contexto familiar registradas, 3 son menores de edad y la proporción viene creciendo desde 2020. Este año, de 19 mil víctimas registradas en comisarías, 6.825 son niñas, niños o adolescentes; el grupo etario más afectado son los que están en el rango de 6 a 12 años y las principales vulneraciones son violencia psicológica, física y sexual.

Al analizar los agresores, el panorama es desolador, dice Angulo, pues en el 90,1 por ciento de los casos el agresor está en el círculo más cercano de los menores: el 79,3 por ciento son el padre o la madre y en el 10,6 por ciento el padrastro o la madrastra. “La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos”, dijo Angulo.

Según cifras consultadas por EL TIEMPO al ICBF, con corte a junio de 2024, se han abierto 1.935 procesos de restablecimiento de derechos por violencia sexual en Bogotá y, en lo que se refiere a otros tipos de violencia, 2.085.

El Plan de Desarrollo del alcalde Carlos Fernando Galán plantea “Cero tolerancia a la violencia contra niñas, niños y adolescentes” y por eso, bajo la cabeza de la secretaría de Integración Social, lidera una estrategia para coordinar un Plan Distrital de Prevención de violencias dirigido a personas que estén en riesgo, sean o hayan sido víctimas en el contexto familiar. Esta tendrá su respectiva línea de política pública distrital que incluya un reporte único de presuntos y casos efectivos de abuso sexual contra menores de edad.

Parte de ese plan incluye el fortalecimiento de las comisarías de familia. Estas aumentarán de 51 a 67 equipos con enfoques diferenciales y a la vez se implementará el traslado de las mismas a la Secretaría de Justicia, Convivencia y Seguridad.

En este momento, la entidad cuenta con más de 400 unidades operativas de los servicios sociales de Integración Social dirigidos a infancia y adolescencia ubicados en todas las localidades, incluyendo las comisarías de familia.

“La presencia institucional de Integración Social en las localidades más pobres y vulnerables que al tiempo son las que concentran más víctimas de la violencia en el contexto familiar conforman una red valiosísima de apoyo para prevenir, mitigar y superar la violencia en niños, niñas y adolescentes”, dijo Angulo.

El Distrito busca fortalecer la posibilidad de la denuncia en los servicios de Integración Social y la tipificación de víctimas en las comisarías de familia, desde el primer eslabón de identificación, ponderación y tipificación de riesgos, hasta el de seguimiento.

La entidad también fortalecerá el Consejo Distrital para la Atención Integral a Víctimas de la Violencia Intrafamiliar y Violencia y Explotación Sexual.

Es fundamental, dice la entidad, la interoperabilidad de la información de los distintos sectores y rutas de prevención, mitigación y superación de violencias, así como el seguimiento y creación del reporte único de presuntos casos de abuso sexual NNA.

También, explicaron, se trabajará de forma coordinada con la Policía Nacional a través de su estrategia País que busca brindar un servicio diferencial para atender de manera inmediata las situaciones de vulneración y amenazas del multicrimen, que se presenten en los entornos donde se desenvuelve esta población, a través de la participación social, articulación interinstitucional y la solución de conflictos con impactos duraderos (…) mediante acciones de gestión comunitaria, vigilancia, control, investigación criminal e inteligencia.

Ambas conformarán una la red de apoyo, realizarán una matriz de ponderación del riesgo, capacitarán 400 comisionados locales para la protección de la niñez y la adolescencia a través de la Escuela de Seguridad y Protección de la Policía Nacional, realizarán acciones lúdico-pedagógicas en las unidades operativas y servicios a través de movilizaciones sociales que cuenten con participación de los padres y madres, cuidadoras y cuidadores, así como colaboradores en atención a la primera infancia, la infancia y la adolescencia en Integración Social y la Policía Metropolitana y una campaña de comunicaciones para sensibilizar y comprometer la acción ciudadana en el marco del principio de corresponsabilidad.

“Todas estas acciones, que ya empezamos a implementar en un solo equipo de trabajo de las dos instituciones, son las que van a iniciar las transformaciones sociales. Alcanzar un mayor bienestar y avanzar en la igualdad de oportunidades en Bogotá exige de trabajo interinstitucional y coordinado. Los niños, las niñas y los adolescentes de Bogotá encontrarán en los servicios de Integración Social un espacio seguro para su desarrollo”, concluyó Angulo.

CAROL MALAVER

SUBEDITORA BOGOTÁ

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