En enero y febrero se podrían activar alertas por la calidad del aire en Bogotá

Pese a que Bogotá presentó una leve mejora en la calidad del aire durante los últimos días del 2023, algunos expertos advierten que entre enero y febrero la capital podría entrar en alerta por el aumento de material particulado.

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Si bien el inicio del fenómeno de El Niño pronosticaba una posible desmejora en la calidad del aire de la ciudad durante el último mes de 2023, la capital cerró el año con una leve disminución en su concentración de material particulado.

Esto, en parte, se les pudo atribuir a la descongestión vehicular y a las lluvias durante fiestas de fin de año. Sin embargo, algunos expertos consideran que entre enero y febrero de 2024 en la capital se podrían presentar alertas por su estado del aire, las condiciones metereológicas de esta época y fenómenos regionales externos a la ciudad.

Entre las principales causas de este posible aumento se encuentran los incendios forestales, la falta de precipitaciones y la inversión térmica, un fenómeno ocasionado por los cambios bruscos de temperatura que calientan el aire superior de la ciudad y evitan la dispersión de la materia particulada.

“Enero y febrero son meses de muy poca lluvia, son secos y frecuentemente experimentan inversiones térmicas que acumulan la contaminación y generan altas concentraciones de material particulado”, le dijo a EL TIEMPO Carolina Urrutia antes de entregar su cargo de secretaria de Ambiente. Urrutia también hizo una radiografía de los fenómenos que ya empezaron a afectar el aire.

La gran mayoría de estos problemas se le atribuyen al fenómeno de El Niño, que genera reducciones en lluvias y esas sequías facilitan la proliferación de incendios forestales en la Orinoquía, la Amazonía y Venezuela.

Por sorprendente que parezca, los residuos de estas conflagraciones, que están a cientos de kilómetros de la capital, llegan hasta la ciudad y afectan el aire que respiran los bogotanos.

En el potencial deterioro de la calidad del aire que se podría evidenciar durante los próximos meses también influye el bajo nivel de vientos que se presentan durante esta época, lo que impide que el material particulado que se concentra en el aire se desplace y pueda dispersarse.

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A este fenómeno se le añade la presencia de las arenas del Sahara, las cuales ya llegaron a Bogotá desde mediados de diciembre y pueden permanecer mientras no haya vientos fuertes que las movilicen. Aunque estas arenas fertilizan algunas zonas selváticas, en las ciudades incrementan el material particulado y empeoran la calidad del aire.

Otro problema que se acentúa durante estas fechas soleadas es la dispersión de material resuspendible. “Este polvillo es muy fino y proviene de procesos de combustión antiguos, de la mala condición de las vías o de incendios anteriores. El material se queda posado sobre las áreas que no tienen coberturas vegetales y cada vez que pasa un carro o el viento se vuelven a suspender y entran nuevamente al aire”, dijo la exsecretaria.

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Según el más reciente inventario de emisiones, en 2021 este polvillo o material resuspendible representaba el 69 por ciento del total de emisiones anuales de la capital. La falta de lluvias empeora la situación, pues impide que el material sea atrapado y arrastrado por el agua.

Acorde con Urrutia, los principales difusores de material resuspendible son las obras de construcción que no cuentan con medidas requeridas para contener este polvillo, las canteras y las vías en mal estado. Esto explica por qué en las zonas cercanas a estos focos de partículas la calidad del aire suele ser regular o baja.

Si bien desde la istración distrital no se pueden evitar fenómenos metereológicos tales como sequías o la regularidad de los vientos, sí se puede disminuir la cantidad de material resuspendible a través de la pavimentación de vías en mal estado y la adecuada supervisión de las múltiples obras que actualmente se adelantan en la capital.

Atacar las futuras alertas en la calidad del aire desde los frentes previamente mencionados será uno de los retos que tendrá la nueva Secretaría de Ambiente para disminuir la concentración de material particulado en una temporada en donde las condiciones climatológicas y los fenómenos externos juegan en contra.

REDACCIÓN BOGOTÁ

JULIÁN CAMILO SANDOVAL BLANCO

ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO